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Fundación Rostros Nuevos: la lucha por ayudar a adultos con discapacidad mental y en situación de pobreza Inclusión social

Fundación Rostros Nuevos: la lucha por ayudar a adultos con discapacidad mental y en situación de pobreza

María Isabel Robles, directora ejecutiva de la Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo, conversó con Agenda País 2030 de El Mostrador sobre el trabajo que hacen como fundación especialmente dedicada a la inclusión social de adultos con discapacidad mental.


Aproximadamente 1.400 personas reciben anualmente el apoyo de la Fundación Rostros Nuevos. Son adultos con discapacidad mental que además se encuentran en situación de pobreza. «Si bien en un comienzo se trabajó con la lógica de pan y abrigo para las personas con discapacidad mental, con el tiempo se empezó a mirar que había necesidad de generar otras actividades, como talleres de formación humana, antes le decíamos talleres laborales, actividades recreativas. En el tiempo se fue ordenando y sintonizando con los nuevos caminos que Chile comenzó a recorrer y a desarrollar una lógica permitiera que siga inserto en su comunidad, que permanezca con su familia, si está en situación de calle que lo podamos acompañar y resolver tema habitacional», dice María Isabel.

Hoy, el trabajo de la fundación se reparte a lo largo de 6 regiones de Chile, y se centran especialmente en el trabajo en hospederías, programas ambulatorios y con las familias.  En las residencias de la fundación, el trabajo principal -según María Isabel- no es solo garantizar que su estadía sea buena, sino que mantenerlos integrados en su barrio. «Tenemos casas insertas en la sociedad en Conchalí, Quinta Normal, y ahí tratamos que realicen actividades en su comunidad, por ejemplo, que asistan al consultorio que les corresponde a su domicilio, si tienen un interés particular pueden participar de talleres en la municipalidad, cuesta, pero lo hemos logrado. Parte del trabajo no es motivarlos, sino que hablar con los municipios para que los talleres deportivos de la mañana sean inclusivos, y esas experiencias han sido complejas, pero funcionan. Hoy los chiquillos que quieren participar van a los talleres de algunas comunas», agrega Robles.

Uno de los trabajos que realizan como fundación es permitir los barrios y comunidad en los que están insertos es que les abran las puertas y les permitan participar. Uno de los programas ambulatorios que han desarrollado es un taller de tejido en el que las propias vecinas son las profesoras y van a la casa de acogida para enseñar.

Esta necesidad de acomodar los ambientes que rodean a las personas con discapacidad mental viene de la invisibilidad que tiene este tipo de discapacidad específica. «Una de las dificultades que vemos en las familias que buscamos atender es la situación de aislamiento en la que se encuentran y muchas veces esta ha durado muchos años. Un 67% de las cuidadoras son mujeres que ya tienen hijos de 40 o 45 años y se desconectaron de la comunidad desde que el chico salió de su escuela especial», dice Robles.

Es por esto que gran parte de la acción de la fundación es dando apoyo psicológico a las familias y enseñándoles la importancia de los tratamientos médicos y de la independencia. Exclusivamente sobre este tema un de los programas más innovadores de la fundación permite la independencia de las personas con discapacidad mental.

El programa Vida Independiente aún se mantiene pequeño, solo participan 35 personas, pero son personas a las cuales la fundación ayuda a mantener su independencia. «Son personas, que viven de forma independiente y lo pueden seguir haciendo si hay alguien que los vaya a visitar cada cierto tiempo, que les recuerden los remedios o las horas médicas; si están trabajando les preguntan cómo les ha ido, acompañarlos si pasan por un tiempo difícil para que no dejen de vivir solos. Es un modelo de trabajo de Canadá que se llama asertivo comunitario en el que todos los servicios se ajustan, no hemos logrado que todos los servicios lo hagan, pero como fundación si nos hemos ajustado a las personas en situación de discapacidad.», dice Robles. Para llevar a cabo el programa la fundación cuenta con técnicos especializados encargados de acompañar a los que participan de la iniciativa.

El trabajo de la fundación seguirá siendo en torno a dar visibilidad a los discapacitados mentales, los que según María Isabel «aún persiste mucha estigmatización y discriminación, especialmente a las personas con discapacidad mental, incluso la discriminación positiva es atentatoria contra los derechos de las personas, las actitudes paternalistas, infantilizadoras», dice Robles.

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