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¿Preparado para envejecer? Opinión

¿Preparado para envejecer?

Camila Quinteros
Por : Camila Quinteros Socia Fundadora 60 y Más Consultores
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Las proyecciones demográficas indican que, en pocos años, Chile será el país más longevo de Sudamérica y que en el 2023 cerca del 23% de los chilenos sobrepasará los 60 años. En este contexto, vale la pena preguntarse si estamos preparados para envejecer con calidad y para enfrentar este periodo.


Si lo miramos desde la perspectiva del monto de la pensión, claramente, no estamos preparados. Pero hay otros factores a considerar.

Según un reciente estudio Chilescopio, realizado por Visión Humana, la mitad de los chilenos tiene miedo a envejecer. ¿Y quién no? Si vivimos en una sociedad que ensalza la juventud, desprecia las arrugas y las canas y asocia vejez con enfermedad, deterioro e inactividad. En general, tenemos una visión muy devaluada de la vejez y de las personas mayores.

El estudio agrega que el 49% de los chilenos siente poco agrado ante la idea de la vejez y que el 59% de las personas entre 15 y 59 años siente rechazo ante la idea de envejecer. Curioso, si consideramos que envejecemos día a día y que el secreto para envejecer con calidad es el autocuidado. No por tener 60 años o más las personas, de la noche a la mañana, enfrentan enfermedades o sienten que ya no pueden realizar ciertas tareas. Son cambios progresivos, que se dan a lo largo de la vida y que, dependiendo de cómo hayamos vivido, serán más o menos fuertes en la adultez mayor.

Las cifras de Chilescopio se condicen con las de la Encuesta de Inclusión y Exclusión Social en la Vejez realizada por la Universidad de Chile y el Servicio Nacional del Adulto Mayor en 2015 que dice que solo el 32% de los chilenos se siente mucho o algo preparado para envejecer. Respecto de la responsabilidad que cada uno tiene sobre su propio proceso de envejecimiento, solo el 4,2% de los chilenos se considera responsable. El resto de la población siente que es la familia (57%) o el Estado (38%) quienes deberían hacerse cargo del envejecimiento de las personas.

En este contexto, cómo no sentir temor ante una etapa de la vida que se prevé compleja, con poco acceso a la salud, con dificultades económicas, muchas veces con soledad y con poca oferta de servicios de cuidado, recreacionales, educacionales y sociales diseñados especialmente para aquellos que sobrepasan los 60 años.

Si todas las estadísticas demográficas coinciden en que estamos viviendo más años y que nacen menos años, quiere decir que seremos un país de viejos y de viejos cada vez más viejos, por lo que es lógico pensar que todos: Estado, empresarios, universidades, personas comunes y corrientes, debiéramos comenzar a cambiar la mirada  que tenemos respecto de la vejez y promover espacios de integración e inclusión en los que la edad no sea un factor de discriminación.

Si logramos derribar la barrera de la edad, así como lo hemos ido haciendo con las temáticas de género y discapacidad, por ejemplo, podremos convertirnos en un país en el que se envejece y se vive la vejez con calidad y bienestar. Un país que promueve la vejez activa, que considera las necesidades de aquellas personas que requieren de cuidados específicos y que genera las condiciones necesarias para que todas las personas convivan en armonía independiente de la edad y su condición.

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