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Energía oceánica puede disminuir emisión de gases de efecto invernadero Cambio climático

Energía oceánica puede disminuir emisión de gases de efecto invernadero

La tendencia actual a nivel internacional de explotación de energía oceánica está centrada en la energía producida por las olas, las mareas y las corrientes, aunque existe mucho más potencial.


La energía oceánica, pese a sus altos costos en investigación y desarrollo de tecnologías competitivas, es una alternativa a futuro para producir electricidad y su eficacia disminuiría las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) mexicano.

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el aprovechamiento de la energía oceánica tendría potencial en 2050 para ahorrar 500 millones de toneladas de emisiones de esos gases.

Asimismo, según el comunicado de Conacyt, el potencial marino permitiría también implementar más de 300 gigavatios de capacidad instalada a nivel mundial y esto repercutiría en el suministro de energía eléctrica, calefacción, refrigeración y producción de agua potable para comunidades costeras.

Al mismo tiempo, se lograría la generación de más de 680.000 empleos directos y un ahorro de 500 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

Los océanos, que contienen un 97 % del agua del planeta, poseen 5 fuentes de aprovechamiento para la generación de energía sustentable, siendo estas las corrientes marinas, mareas, oleaje, gradientes térmicos y gradientes salinos.

Estas fuentes no se encuentran distribuidas uniformemente en el mundo, por lo que cada región evalúa la disponibilidad de recursos y aprovechamiento.

En lo que se refiere a México, el país se ha sumado a los esfuerzos globales de innovación energética y desde 2017 investiga el aprovechamiento de energía oceánica al contar con uno de los pocos grupos multidisciplinarios de investigación para el desarrollo de tecnologías proveedoras de energía eléctrica a partir de los océanos que delimitan el país..

La institución forma parte, junto a otros 24 países afiliados, del Programa de Colaboración Tecnológica para los Sistemas de Energía Oceánica (OES, por sus siglas en inglés), del cual Chile ha sido observador, pero no miembro, en el último tiempo.

El objetivo final es invertir en el impulso local de investigación y desarrollo de tecnologías de vanguardia que promuevan el desarrollo de energías limpias, la reducción de la dependencia energética de combustibles fósiles, la disminución de la emisión de (GEI) y el fomento de un crecimiento sustentable que garantice la seguridad energética.

Por ejemplo, en un área de agua moviéndose a 20 kilómetros por hora se ejerce la misma fuerza que un viento que sopla a 176 kilómetros por hora, lo que muestra el alto potencial energético de las corrientes oceánicas.

Estos datos surgen a raíz de estudios de barimetría en los que se ha elaborado un mapa topográfico del fondo marino para cada uno de los sitios donde se pretende instalar generadores de energía.

Los estudios proveen datos como la profundidad ideal para la instalación de las turbinas, la capacidad necesaria de los motores o la prevención de escenarios para la temporalidad dinámica de las corrientes en cada sitio.

En nuestro país. Enap ha llevado la delantera en cuanto a investigaciones de este tipo, aunque por el momento sigue siendo más costosa que energía generada por otros recursos.

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