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Cultivar el liderazgo ejecutivo en la acción Opinión

Cultivar el liderazgo ejecutivo en la acción

Vicente Gerlach
Por : Vicente Gerlach Director Ejecutivo de Fundación Trascender
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Si se digita el término “liderazgo empresarial” o simplemente “liderazgo” en Google, de inmediato aparecen cientos de sitios especializados, ofertas de centros de estudios, artículos y consejos de especialistas de connotadas universidades del orbe. Incluso, basta con poner esa misma palabra en Amazon para que el sistema arroje más de 300 títulos relacionados. ¡Y sólo en español!

La necesidad de las empresas de que los tomadores de decisión se adapten a las nuevas realidades, donde la cultura millennial y una visión más horizontal y sustentable de las organizaciones crece día a día, se está transformando en un pequeño dolor de cabeza.

Hay muchos caminos para superar esta valla, pero uno que cada vez entusiasma a más gerentes de empresas es el Voluntariado Corporativo (VC), básicamente, porque incluye varios elementos relacionados con el trabajo en equipo, fijación de objetivos y, sobretodo, desarrollo de habilidades de liderazgo más a tono con los tiempos. Todo lo anterior, sumado al indiscutible aporte que el voluntariado entrega a las comunidades beneficiadas.

Más allá de los aportes sociales y mejores relaciones con la comunidad, una segunda derivada y beneficio fundamental del VC es el desarrollo de habilidades profesionales que reciben los mismos voluntarios involucrados. Muchas veces, al evaluar estos proyectos, los participantes dicen que son los programas educativos o de liderazgo más exitosos que han experimentado.

De hecho, según un estudio de Deloitte, el 76% de los jóvenes trabajadores dijo que el voluntariado les ayuda a perfeccionar sus habilidades de liderazgo, y el 75% que el voluntariado les permite desarrollar habilidades que pueden usar en el trabajo.

Por otro lado, el 91% de los gerentes de Recursos Humanos del Fortune 500 dijo que «el voluntariado basado en habilidades entregado a una organización sin fines de lucro puede ser una forma efectiva de cultivar habilidades comerciales y de liderazgo críticas».

Para ejemplificarlo, es interesante ver lo que pasó en la ciudad de Kigali, en Ruanda. Un grupo de profesionales de cuatro grandes multinacionales (The Dow Chemical Company, SAP, GSK y WE Communications) llegaron a esta localidad a fines de febrero de 2018 para prestar servicios durante un mes a tres organizaciones locales de salud, trayendo consigo una variedad de conocimientos de negocios y gestión de proyectos para comunicaciones y asuntos públicos que no se había visto en el lugar.

Pero aparte de los beneficios de su ayuda hacia la población vulnerable de Kigali, la experiencia significó un paso trascendental para los ejecutivos, permitiéndoles mejorar sus habilidades profesionales de liderazgo, trabajo en equipo y empatía, preparándolos para nuevos desafíos al interior de sus empresas. Incluso, acciones como ésta permiten identificar nuevos líderes que, si quizás no hubiesen mostrado sus capacidades en un ambiente externo a la oficina, habrían sido imposibles de visualizar. Es así como un proyecto que buscaba beneficiar a comunidades externas se convirtió en un potente programa de desarrollo de habilidades gerenciales.

Según la última Encuesta Nacional de Voluntariado, realizada por Fundación Trascender y Cadem (2018, resultados por publicar), un 56% de los chilenos está interesado en realizar prácticas de voluntariado corporativo en el contexto laboral. Aun así, sólo un 14% tiene acceso actualmente a dichas actividades, lo que deja un tremendo margen para que las empresas cautiven a sus colaboradores a través de estas prácticas.

Al analizar la misma encuesta a lo largo de los años (se realiza desde 2006), podemos ver que esta tendencia está aumentando, tanto así, que el voluntariado corporativo gana espacio en estrategias de management y gestión de personas. Grandes compañías ya lo incorporan como un área totalmente natural en sus programas de recursos humanos y desarrollo interno.

La invitación para las empresas es a vivir la experiencia de un voluntariado corporativo, a través del cual no solo beneficiarán sus comunidades de interés, sino incluso podrán mejorar habilidades blandas en la ejecución de decisiones corporativas en el día a día lo que, al final, permite contribuir a la sustentabilidad y mejorar el clima organizacional, fomentando además valores personales y comunitarios que, bien planificados, se pueden alinear con los valores corporativos.

Lo importante es identificar qué hacer y cómo hacerlo. Hay muchísimas alternativas. Siempre habrá necesidades y personas dispuestas a ayudar… voluntariamente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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