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Cuando la adicción al amor se vuelve destructiva

Un amor adictivo según los especialistas hace referencia a un tipo de relación que se caracteriza por ser egoísta, dependiente y agobiante, y que exige atención permanente. Esto, no sólo obstaculiza el establecimiento de otras nuevas relaciones, sino que además deteriora las que se habían construido previamente, traduciéndose finalmente una suerte de “exclusividad” sobre la cual la presencia de un tercero es vista como un potencial competidor.


¿Cómo es posible significar la experiencia amorosa como destructiva? ¿Cómo resolver esta aparente disonancia? ¿Es viable la adicción al amor o es solo un recurso metafórico? ¿La adicción al amor es una enfermedad? ¿Cuál es su origen? De ser así ¿existe cura? ¿Requiere de cura? El psicólogo y especialista de la Universidad Autónoma, Eduardo Acuña García, da respuestas a estas interrogantes y señala sus consecuencias, características y razones de ser un adicto al amor.

-Un amor adictivo según los especialistas hace referencia a un tipo de relación que se caracteriza por ser egoísta, dependiente y agobiante, y que exige atención permanente. Esto, no sólo obstaculiza el establecimiento de otras nuevas relaciones, sino que además deteriora las que se habían construido previamente, traduciéndose finalmente una suerte de “exclusividad” sobre la cual la presencia de un tercero es vista como un potencial competidor.

-Un amor adictivo se caracteriza por la presencia de una serie de signos y síntomas ante la ausencia o discontinuidad del proceso de enamoramiento. Se generan los mismos síntomas que un adicto a drogas o al alcohol.

-Los adictos al amor incluso pueden llegar a soportar hasta el abuso físico y psicológico por parte del otro, y presenta la tendencia a justificar dichas agresiones envolviendo a su enamorado con un manto idealizador que amerita la entrega si sin límites ni condiciones.

– Este patrón relacional se expresa en la vida del adicto de manera recurrente y con diferentes parejas, presentándose una suerte de “recaída”, como las personas que consumen drogas y que sistemáticamente, incluso después de un largo tiempo de abstinencia, vuelven a consumir. En este lazo teñido de dramatismo, carente de límites y reciprocidad, destaca un alto nivel de erotismo por sobre la dimensión emocional (sexo sin amor).

-La adicción al amor estaría jugando en dirección opuesta al amor, toda vez que, en presencia del fenómeno adictivo se anulan factores claves de las relaciones amorosas como son la reciprocidad, el complemento y la orientación a la creación.

El experto señala que se han estudiado la biología y química del amor, y se ha descubierto que hay zonas específicas del cerebro (como el hipotálamo) y sustancias químicas específicas (como la dopamina, feniletilamina) que actúan de manera determinante, y que se caracterizan por generar una sensación de profundo bienestar y placer.

Lo relevante de estos resultados, es que aparentemente, estos mismos factores biológicos responsables del goce del amor estarían vinculados con el placer que produce consumir determinadas sustancias como el alcohol, la marihuana o la cocaína, y también con los malestares provocados por su ausencia, señala el especialista.

En síntesis, para la comprensión del la “adicción al amor” es prudente incorporar elementos que puedan entregar una visión global de la experiencia. Solo de esa manera se podrá recorrer un camino hacia el establecimiento de relaciones con otros de tipo amorosa que tiendan al crecimiento personal y mutuo, y que de una u otra manera tienda a la manifestación del potencial humano.

Para finalizar, la importancia del estudio y la intervención (si así es necesario) en los espacios relacionales de la primera infancia con los otros significativos, ya que, como así lo señalan las investigaciones, es justamente en este momento vital del ser humano donde se configuran los elementos sustantivos (como por ejemplo el “apego”) que definirán los patrones relacionales del sujeto en su adultez. En otras palabras, podríamos prevenir posibles “adictos al amor”.

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