Acompañar la carne de verduras, preferir las carnes blancas y los cortes menos grasos y consumirla lo más cocida posible, son algunas de las recomendaciones que le ayudarán a disfrutar de un 18 sin problemas intestinales.
A días de la celebración de Fiestas Patrias, las carnicerías comienzan el mayor de sus hitos en ventas durante el año. La llegada de estos días feriados supone una gran cantidad de asados, que no hacen más que afirmar la cifra récord de consumo anual de carne obtenida en 2010 de 81,9 kilogramos per cápita.
Conocido es el hecho que las proteínas que la carne aporta al organismo son necesarias en el marco de una dieta equilibrada. Pero ¿qué sucede cuando el menú considera mayoritariamente carne?
Refiriéndose a las diversas complicaciones a la salud que puede generar el consumo excesivo de este alimento, el gastroenterólogo de Clínica Vespucio Dr. Rodrigo León señala parte de las enfermedades a las que se verá expuesto si usted planea inclinar su dieta a la carne, y entrega algunos consejos para disfrutar sin malestares.
“La ingesta excesiva de carnes en general, deja una gran cantidad de ácidos grasos en el organismo. Uno de ellos es el ácido úrico que no se descompone rápidamente, generando que el cuerpo utilice reservas de minerales como el calcio, que al depositarse en tejidos blandos da lugar a cálculos renales o biliares, cataratas y artritis, entre otras”, explica.
Más allá de la preocupante obesidad provocada por su alto contenido graso, “cálculos en la vesícula, apendicitis, cáncer de colon, por mencionar algunas, son las eventuales consecuencias de su bajo aporte de fibras naturales, lo que a su vez produce estreñimiento por el prolongado tiempo de tránsito de la carne en el sistema intestinal” destaca el especialista.
Las intoxicaciones alimentarias por consumo de carne en mal estado es otro de los focos en que se debe poner atención, ya que “sus bacterias y parásitos pueden causar enfermedades como enteritis, salmonella o disentería”, afirma el gastroenterólogo.
“Si solo se come carne, el cuerpo genera un enorme gasto energético en convertir el exceso de proteína en energía, proceso que fatiga los riñones y sobrecarga el hígado”, puntualiza.
El corazón es otro de los órganos que sufre ante esta excesiva ingesta, pues “los depósitos de grasa acumuladas en las paredes de las arterias favorecen las patologías cardiovasculares”, argumenta.
El Dr. León señala que seguir algunas de las simples recomendaciones que entrega a continuación es clave para evitar problemas con la carne:
-Quite la grasa visible de la carne antes de cocinarla.
-Trate de consumirla lo más cocida posible para disminuir las bacterias.
-Al consumirla, acompáñela de ensaladas verdes para favorecer su digestión.
-Prefiera las carnes blancas como el pollo sin piel, pescado, o pavo entre otras. Las carnes rojas tienen un mayor nivel de grasa por lo que si va a consumirlas prefiera los cortes más magros como el lomo liso o la posta rosada.
-Evite comerla solo con agregados como papas, arroz, pan u otros carbohidratos que dificultan su tránsito intestinal.
-Evite acompañar la carne solo de embutidos, como longanizas, prietas o chorizos, ya que estas únicamente aportan más grasa al organismo.
-Consuma la carne bebiendo agua o vino para favorecer su digestión, si bien el vino es un carbohidrato, el alcohol lo ayudará a digerir mejor las grasas. Además está demostrado que en pacientes sin patologías cardiovasculares previas una copa de vino tinto tiene un efecto cardioprotector.
-Evite consumir bebidas gaseosas junto a la carne ya que éstas solo aportan carbohidratos.
