«Porque el sexo consensuado no es algo que los hombres toman de ti, es algo que das. No te hacer ser menos dar a alguien placer. No te degrada tener un poco para ti. Y cualquiera que diga lo contrario es un hombre que probablemente tiene un pensamiento muy pobre sobre las mujeres», agrega el texto.
Primero fue la carta de un padre que instaba a su hija a ser ella misma para mantener al hombre de sus sueños interesado. Esta vez es el escritor norteamericano Ferret Steinmetz quien difundió su propia misiva y en la que anima a retoño a que disfrute libremente de su sexualidad. «Mira, me encanta el sexo. Es muy divertido. Y porque amo a mi hija, yo quiero que ella tenga todos los mismos placeres de la vida que yo, y es de esperar que sean más», comienza el texto.
«Porque el sexo consensuado no es algo que los hombres toman de ti, es algo que das. No te hacer ser menos dar a alguien placer. No te degrada tener un poco para ti. Y cualquiera que diga lo contrario es un hombre que probablemente tiene un pensamiento muy pobre sobre las mujeres», continúa.
«Sí, todos estos niños y niñas y ‘genderqueers’ (maricas) pueden llegar a romper tu corazón, lo que a la vez romperá el mío. Te he sostenido, llorando, después de que tu novio te engañó, y me desgarró por la mitad. ¿Pero sabes lo que me partiría aún más en dos? Verte en una jaula de cristal, experimentando nada más que un vacío frío entre los dedos, mientras tu querido y anciano padre se asegura de que no experimentes nada hasta que decida lo que debe recibir», señala el texto.
«Tú no eres yo. Tampoco eres una extensión de mi voluntad. Por lo que necesitas cometer tus propios malditos errores, para aprender a levantarte cuando te caes, para saber dónde están las vendas y vendarte tus propios cortes. Yo te ayudaré. Seré tu ‘consigliere’ (consejero) cuando pueda, tu asesor, la persona que aparezca cuando todo parece perdido. Pero creo que es valioso perderse. Creo que hay una fuerza que sólo proviene de hurgar en busca de una manera propia de salir de la oscuridad», agrega el escritor.
«Tú eres tu propia persona, y algunas de las cosas que vas a amar me parecerán feas, locas, o poco placenteras. ¡Así de grande y maravilloso es nuestro mundo! Imagínate si a todos nos encantaran las mismas cosas, todos estaríamos luchando por las mismas diez personas. El milagro es la facilidad con los desechados de algunos pueden convertirse en el amado tesoro de otros. Y yo sería un hombrecillo triste, triste si te manipulé para convertirte en el clon de mis deseos. Ama la música que odio, ve las películas que detesto, conviértete en una mujer fuerte que sabe dónde está su felicidad y exactamente qué hacer para conseguirlo», dice la misiva.
Ahora, la vida te causará moretones, y a veces los hará de forma consensuada. Pero no voy a decirte que el sexo es malo, o que eres mala por quererlo, o que otros están mal por quererlo de ti mientras tú estés dispuesta a darlo. Me niego a perpetuar, incluso a través de la negación plausible del humor, la idea de que aquel por el que se siente atraída mi hija es mi enemigo», agrega.
«Yo no soy el guardia que te encerrará en una torre. Idealmente, soy un lugar seguro para mi hija, un jardín para volver a cuando el mundo ha demostrado ser un poco cruel, un lugar donde pueda recuperarse y reflexionar sobre los errores del pasado y saber que aquí hay alguien que la ama de todo corazón y la abrazará hasta las lágrimas secas. Eso es lo que quiero para ti, cariño. Una vida llena de grandes errores y incluso mayores triunfos. Ahora salir y encontrar todas las cosas que el amor de mierda, y viceversa», concluye la emotiva carta.
