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Qué tan difícil es aterrizar un avión

Qué tan difícil es aterrizar un avión

En Reino Unido, un pilotó colapsó y un pasajero tuvo que hacerse cargo del aparato. Tras cuatro intentos, pudo aterrizar la avioneta con la ayuda de dos instructores en tierra. ¿Qué se necesita para lograrlo?


Un pasajero pudo arreglárselas para aterrizar un avión luego de que el piloto se enfermara repentinamente en Reino Unido.

Pero, ¿qué tan difícil es poner un aeroplano en tierra de manera segura sin ningún tipo de entrenamiento?

Es el típico tema de películas. Quedarse atrapado en pleno vuelo sin nadie que pueda pilotar el aparato.

Y es precisamente lo que le ocurrió a un pasajero luego de que colapsara el piloto de la avioneta en la que viajaba cuando volaba sobre el condado inglés de Lincolnshire.

El pasajero pudo aterrizar el aparato en el aeropuerto de Humberside en el cuarto intento con la ayuda de dos instructores que lo guiaron durante todo el proceso. El piloto murió poco después.

«Sé exactamente lo que siente un instructor porque muy fácilmente me puedo poner en su lugar», asegura Graham Stables, instructor de la Escuela de Vuelo del Norte de Londres.

Angustiante

Por lo general, tener una muy rudimentaria experiencia de volar es clave, sugiere Stables.

Aterrizar una aeronave puede ser extremadamente difícil para un completo novato, dice. Normalmente, un piloto aprendiz debe invertir al menos 20 horas antes de intentar volar solo, e incluso la primera vez que un estudiante maneja un avión por sus propios medios es angustiante para su instructor.

Stables indica que si le pasara a él estando en tierra, lo primero que haría es no intentar que la persona frente a los controles del avión aterrice el aparato inmediatamente.

«Buscaría que se familiarice con los controles. Luego hacerle un resumen de lo que va a pasar».

Una pista más larga le da al piloto más oportunidad de aterrizar con éxito, agrega. «Humberside tiene una bastante larga, algo sumamente importante. Una que sea de menos de un kilómetro podría ser bastante complicado para un novato».

El aeropuerto tiene además que despejar el área y alertar a los servicios de emergencia.

Stables señala que como medida de precaución final, él instruiría al piloto para cortar el combustible que le llega a los motores del avión y así se apaguen justo antes de que el aparato toque tierra. Esto disminuye considerablemente la posibilidad de un incendio. Si la manguera de combustible se rompe durante el impacto con la pista, es menos probable que el avión se incendie con el motor apagado y vacío.

Stables asegura que incidentes como el de Humberside son tan raros que ningún instructor recibe entrenamiento para esas situaciones. Sin embargo, algunas escuelas -incluida la suya- tienen clases de copilotos para personas que son frecuentes pasajeros de pequeños aviones.

Estos cursos generalmente consisten en varias horas de control dual del aparato con la ejecución de un aterrizaje bajo supervisión.

Aparte de esto, la clave para un aterrizaje seguro es la actitud de la persona en la cabina y su habilidad para mantenerse en calma, de acuerdo con el expiloto Eric Moody.

«No quiero que suene fácil porque no lo es. Mucha gente que yo conozco se podría volver loca. Todo depende de cuán fuerte es su sentido de sobrevivencia».

Enfrentando lo desconocido

Moody sabe lo que es estar arriba en el cielo enfrentando lo desconocido. En 1982 estaba frente a los controles de un Boeing 747 sobre Indonesia cuando ceniza volcánica provocó que los cuatro motores fallaran a la misma vez. El escenario más claro era un amarizaje. Cree que su habilidad para mantener la calma lo ayudó durante todo el proceso.

«Si algo grande pasa, me calmo y pienso a la mitad de la velocidad y veo más allá del problema inmediato».

Moody y sus pilotos hicieron un cuidadoso y lento descenso y esa paciencia rindió frutos luego que los motores se encendieron nuevamente. Finalmente pudieron aterrizar sin problemas en Yakarta.

Moody ve paralelismos con el incidente de Humberside. «El muchacho fue valiente, pero sobre todo, quería vivir. Estaba lo suficientemente concentrado para hacer frente a la situación, no todos hubiesen podido hacer eso».

Afirma que pese a que los aviones modernos son controlados en gran medida por computadoras, duda que se pueda eliminar el elemento de la destreza y el juicio de los pilotos. Es algo que se puso a prueba en ese incidente.

«No importa cómo aterrizas el avión, sino que salgas librado de eso».

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