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Los datos más freaks de los Furbies en sus 15 años de vida

Los datos más freaks de los Furbies en sus 15 años de vida

Vetado por la NSA norteamericana, con más capacidad que el primero módulo lunar y récord de ventas en 1998. Acá algunos datos freaks sobre el muñeco que en su tercera salida al mercado vuelve a romper récords de ventas y a aumentar la histeria navideña.


Después de su éxito en 1998, el Furby se convirtió en el enemigo número uno de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU, en el estado de Maryland, por representar una amenaza para la seguridad.

Los Furbies fueron prohibidos por la ANS y ningún funcionario pudo entrar con ellos a los edificios de la agencia. ¿La razón? Se pensó que estos engendros peludos podían repetir lo que escuchaban. El veto fue total sobre los Furbies, aunque después de un tiempo desde Tiger Electronics –compañía creadora del juguete que hoy es subsidiaria de Hasbro– aclararon que todo se debía a que la NSA se informó mal, ya que el juguete no grababa voces. “LA NSA no hizo su tarea. ¡Los Furbies no son espías!”, dijeron desde la empresa. Edward Snowden y Bradley Manning se deben retorcer de la risa ante esto.

Uno de los coinventores de este juguete fue Caleb Chung. En noviembre de 1998 intentó comprar un Furby para él, pero no pudo porque la fiebre por adquirirlo ya se había desatado en EE.UU., y no quedó ninguno en las tiendas.

La voz original de los primeros Furbies la creó Tony Pope, quien también hizo voces en la serie animada Transformers y también en la película de manga japonesa Akira.

El poder de procesamiento original de los Furbies excedió en cuatro veces la capacidad que tenía el primer módulo que aterrizó en la luna, según Michael Hawley, del MIT. Se desconoce si algún científico ha vuelto a gastar su tiempo en una investigación que determine la capacidad de procesamiento actual de los Furbies.

En 1998 los norteamericanos se volvieron locos con este juguete, algo parecido a lo que sucede en Chile hoy, sólo que en versión XXL. El primer año se vendieron 1.8 millones de estos bichos peludos, y al año siguiente la cifra alcanzó los 14 millones. Ni idea de cuántos serán este año.

El Furbish –idioma que chillan estas bolas de pelos– se inspiró en varios idiomas, principalmente el alemán y japonés. El Furby original tenía un diccionario de 42 palabras en Furbish.

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