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Ahora los niños pueden diseñar sus propios juguetes y hacerlos realidad

Ahora los niños pueden diseñar sus propios juguetes y hacerlos realidad

Esto gracias a una aplicación para teléfonos móviles o Tablet que permite crear diversas figuras en 3D. Los usuarios van eligiendo las características que quieren y el software presenta opciones que son prácticamente infinitas para llegar al producto deseado. Si no se cuenta con una impresora 3D, la aplicación envía un link para que su juguete le llegue a la puerta de su casa.


Se trata de la app para Android Dr. Fluff’s Robot Factory, la primera que usa tecnología 3D para niños mayores de 4 años, quienes con simples pasos en su teléfono móvil o Tablet, crean sus propios robots. Si no tienen una impresora 3D, la aplicación envía un link para que su juguete le llegue a la puerta de su casa, en el material que escojan: plástico, goma, cerámica e incluso oro o plata.

La aplicación es gratuita y muy amigable, explica George Laskowsky quien junto a Bryan Salt crearon la app bajo el alero de su empresa Thinker Thing. La innovación está basada en simples selecciones de acuerdo a las preferencias del usuario, con un motor que utiliza un algoritmo de mutación y evolución, similar a como se crea la vida, generándose, cada vez, un modelo único. La aplicación funciona con dos partes separadas: cabeza y otra del cuerpo en general. Los usuarios van eligiendo las características que quieren que se mantengan. Se les presenta opciones que son prácticamente infinitas.

“Los niños escogen cuáles les gustan más. Las partes son diseñadas siguiendo el ADN digital de cada una. Se toma el ADN de las partes seleccionadas, se cruza, muta y como resultado se obtiene una segunda generación, igual que en la naturaleza. Entonces la siguiente generación, va a tener elementos de los padres -que fueron los que les gustaron a los niños- y, además tiene elementos nuevos y, el niño vuelve a escoger cuál le gusta más. Entonces, el diseño converge hacia lo que el niño quiere o no quiere de su robot (por ejemplo, una cabeza con 1 o 3 ojos, la forma, etc.). Primero lo hace con la cabeza y luego con el cuerpo. Una vez que termina, se ensamblan ambos y, así el diseño digital está listo para ser impreso en 3D”, explica Laskowsky.

El diseño le llega por correo electrónico al usuario. Si tiene impresora 3D en su casa lo imprime directo; de lo contrario, en el mismo correo, va un link de una página web de una empresa extranjera, que toma el diseño y lo imprime en el material solicitado; en dos semanas la figura llega a las manos del creador. Los valores varían según el material seleccionado para la impresión más el despacho, alrededor de unos 10 dólares.

El objetivo final, es “liberar la creatividad de las personas”, señala Laskowsky. La tecnología ya la están patentando y tiene múltiples proyecciones de diseños en otros campos. Thinker Thing ha sido apoyado por la Incubadora Santiago Innova vía Capital Semilla de CORFO y por WAYRA Chile.

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