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La importancia de escoger un buen cristal

La importancia de escoger un buen cristal

La necesidad médica de corregir condiciones como la miopía, el astigmatismo, y controlar otras propias de la edad como la presbicia, hacen indispensable la compra de un buen anteojo. Sin embargo, la amplia oferta de diseños y formas ha hecho que muchos ignoren que la calidad del lente es el factor clave a considerar.


Si bien hoy las personas tienden a escoger sus anteojos privilegiando formas, colores y materiales, un buen cristal es esencial al momento de cuidar la vista. Según los expertos, la calidad de este último determina el futuro de la visión de quienes padecen alguna condición visual deficiente, por lo que el lente debe estar compuesto de cuatro atributos básicos: transparencia, poder dióptrico, espesores, homogeneidad y protección del cristal.

“Lamentablemente, las personas tienden a preocuparse sólo del diseño del anteojo; otras veces sólo se preocupan que el lente cumpla con las especificaciones ordenadas por el oftalmólogo. Sin embargo, muy de vez en cuando fijan su atención en la calidad del cristal, sobre todo si esto implica un mayor costo”, afirma José Pablo Pérez, profesional óptico y Product Manager de Rodenstock.

Si bien el escenario ideal para dar vida a un anteojo perfecto recae en un equilibrio entre calidad de armazón y de cristal, los expertos coinciden que ante la disyuntiva, se debe privilegiar la calidad del lente por sobre cualquier otro atributo. “Lo importante es no dejarse llevar por ofertones que no garanticen una inversión de calidad y a largo plazo. Lo barato cuesta caro, y eso se aplica con mayor fuerza cuando se trata de nuestra salud, en especial algo tan delicado como los ojos”, argumento el experto.

Si bien lo anterior se aplica a cualquier persona que presente condiciones visuales leves como miopía o astigmatismo, adquiere aún mayor relevancia en niños y aquellas personas de edad avanzada. Y es que mientras los primeros deben poner especial cuidado ante las primeras señales de una vista deficiente, los últimos deben hacer lo mismo después de los 45 años, etapa en la cual podrían comenzar a gestarse ciertas fallas mayores en la visión como por ejemplo la presbicia o el glaucoma.

Sobre este punto, agrega que “en el caso de personas mayores o de la tercera edad, ya un lente de mala calidad podría provocar problemas de visión distorsionada, reflejos indeseables o una mala compensación del problema visual que se está tratando. Es por eso que recomendamos hacer una evaluación seria de los cristales y que estos cumpla con las necesidades que cada persona requiere”.

Para casos como presbicia y otros similares, la calidad es básica y los lentes utilizados serán progresivos. “Este tipo de lentes se recomienda a todos los présbitas; es decir, a aquellas personas que necesitan lentes para leer y que no desean usar 2 lentes (lejos y cerca) o los lentes bifocales”, explica Pérez.

En cuanto a otros atributos de los lentes, el especialista es enfático. “Hoy se recomienda que todo lente tenga filtro UV, incluso quienes no deban usar lentes por algún problema visual. En cuanto al tratamiento antirreflejo, este es importante porque mejora la transparencia del lente; se recomienda usarlo, pero no es fundamental”, explica.

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