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Muchos de los veranos memorables han transcurrido frente al mar. Pero, además de llenarte de lindos recuerdos, la playa contribuye enormemente al bienestar de tu cuerpo.
Si hay algo que los viajeros jamás conseguirán es quedarse quietos en un solo lugar. Para ellos, escapar de la rutina se ha vuelto una obligación, ya sea de vacaciones o sólo por un fin de semana.
Y, porque siempre será una de las mejores alternativas para cambiar de aire y volver renovado, Faro –la comunidad de viajeros chilenos– hizo una selección con las grandes ventajas que la playa tiene para tu salud, permitiéndote no sólo ser más feliz, sino también vivir mejor.
Aunque no hagas más que tomar sol y bañarte en el mar, es inevitable sentirte cansados después de un día de playa. Esto se debe a que tu cuerpo tiende a deshidratarse y, para no gastar más líquidos, baja la presión arterial. Además, está comprobado que el aire marino disminuye los niveles de estrés. El resultado: una siesta de aquellas al final de la tarde.
Por su superficie irregular, la arena exige de más esfuerzo al momento de hacer deportes –sobre todo cuando se trata de correr o caminar–, aumentando la potencia de las piernas. Además, en caso de estar en una zona de corrientes frías, el agua de mar contribuirá a afirmar los músculos.
El yodo propio del aire marino disminuye el ritmo cardíaco, mejorando la circulación periférica. Además, en contacto con la arena el cuerpo activa el flujo sanguíneo, previniendo la aparición de várices.
Al estar abiertas hacia el océano, las playas tienen mejor ventilación y, por lo tanto, menor contaminación que las grandes ciudades. Así llenas tu cuerpo de aire puro y, por otro lado, el aire marino ayuda a fijar el oxígeno y a producir ozono, que contribuye a la prevención de enfermedades respiratorias.
El sol es una de las principales fuentes de vitamina D y, aunque debes exponernos a él con precaución y mucho protector solar, tendrá excelentes efectos en tus huesos. Esto porque ayuda a absorber y regular los niveles de calcio en el cuerpo.
