Vida Opinión
Es responsabilidad de cada uno de nosotros, no sólo de escoger a nuestros líderes, sino de generar presión para que éstos, independiente de su color político, asuman la importancia del tema.
Quizás es un lugar común decir que la elección de Donald Trump fue una sorpresa para todos. A pesar de que es cierto, hoy es un hecho concreto. Sobre todo para nosotros, los latinoamericanos, que fuimos blanco de un tono, actitud e ideas beligerantes. Más allá de esto, que no deja de ser preocupante, existe un punto el cual aún no ahondamos y, si no nos damos cuenta y alzamos con urgencia la voz, podría acarrear una catástrofe.
Dentro de las polémicas propuestas de Trump, destaca la tozudez con la que ha abordado el cambio climático. No sólo por ser uno de los puntos que menor énfasis ha puesto en su programa, sino porque no contento con esto, hemos visto su negativa a aceptar que éste es el resultado del efecto invernadero, provocado por el uso indiscriminado de combustibles fósiles.
Su obstinación, fácilmente, se puede convertir en un hecho concreto. Es decir, ausencia absoluta de políticas públicas que se preocupen y nos resguarden sobre esta materia. De ser así, la advertencia es clara: las causas, efectos y desastres ni siquiera hoy somos capaces de dimensionarlos, sobre todo, si sigue en pie su idea de no llevar a cabo lo acordado en el COP21 (Acuerdo de Paris) y dar un impulso al uso indiscriminado de combustibles fósiles en la industria de Estados Unidos.
Sin ir más lejos, EE.UU aporta, aproximadamente, un 15%, sólo superado por China, con un 30%, por lo que es fundamental que esta «gran economía», proyecte ideas y establezca políticas verdes, ya que su macro impacto influye enormemente en la calidad de vida de nuestro planeta.
Es peligroso no poner las cosas en perspectiva y ver los datos objetivamente. La gran cantidad de investigaciones, papers y conferencias realizadas por importantes científicos, ganadores del Nobel y profesores universitarios nos advierten y ejemplifican, con claridad y hechos concretos, que el calentamiento global es una realidad, incluso si hoy parásemos el uso de petróleo, carbón, gas natural y licuado como fuente de energía.
El aumento de la temperatura global del planeta es algo que, preocupantemente, ya iniciado una carrera en la que nos vemos obligados a competir y ganar. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, no sólo de escoger a nuestros líderes, sino de generar presión para que éstos, independiente de su color político, asuman la importancia del tema y generen políticas medio ambientales que promuevan y nos aseguren una mejor calidad de vida.
Por todos es sabido que si una manzana cae del árbol es debido a que la gravedad existe. El llamado, entonces, es a no ir en contra de la ciencia y entender que el calentamiento global es una preocupación social, política y pública, que se debe abordar por todos, con seriedad y urgencia.
