Las innovaciones tecnológicas que transformarán la medicina

IBM dio a conocer un estudio en el que predice los avances tecnológicos que transformarán la medicina tal y como la conocemos hoy. Gracias a una serie de aplicaciones relacionadas con la computación cognitiva, inteligencia artificial y el internet de las cosas, avanzaremos hacia la prevención eficiente de enfermedades, diagnósticos más certeros y tratamientos adecuados.

Las predicciones de la firma tecnológica están basadas en tendencias de mercado y sociales, así como en tecnologías emergentes de sus laboratorios en todo el mundo. Rodrigo Seguel, gerente de tecnología e innovación de IBM Chile se refirió a los alcances de este estudio.

– ¿Cuáles serán los avances médicos que podemos esperar para los próximos años gracias al uso de la inteligencia artificial, la computación cognitiva y la internet de las cosas?

– El estudio de IBM apunta a avances que serán posibles gracias a la sensorización para posibilitar la detección precoz de las enfermedades.

Ello contempla tecnología cognitiva e internet de las cosas, para formar una especie de laboratorio virtual móvil, con sensores ultra sensibles y portables. Así por ejemplo, tal y como hoy existe un reloj inteligente puede medir las pulsaciones, se van a poder medir más cosas para tener un diagnóstico más preciso y una alerta temprana de lo que puede afectar en el futuro. De este modo, lo que prevemos es la creación de un dispositivo que pueda acompañar a la persona a toda hora, que sea súper portátil y pequeño y que tenga la capacidad de hacer mediciones a nivel nanométrico de fluidos, pulso, transpiración, lágrimas, etc.; vale decir, de cualquier tipo de fluido corporal que pueda ayudar a hacer una mejor medición.

Para lo anterior, se está trabajando en miniaturizar los sensores y en mejorar su portabilidad y costos de acceso.

– ¿De qué manera las nuevas tecnologías pueden apoyar la labor de los médicos en la atención de enfermedades mentales?

– En esa dimensión, nuestra mente es tan compleja que cuesta entenderla, pero existe una interfaz natural que es: Hablar, escribir, expresarse, y hoy se hace vía redes sociales. Entonces, nosotros mediante la computación cognitiva, podemos entender cómo hablamos, cómo escribimos, cuáles son las emociones… y con ello es posible diagnosticar problemas mentales frecuentes, tales como la depresión o cualquier trastorno de los que esta sociedad tan estresada está promoviendo.

Rodrigo Seguel, gerente de tecnología e innovación de IBM Chile.

En la práctica, podemos encontrar señales en la forma de escribir, en una emoción, etc. Pequeñas indicaciones que nos puedan dar indicios de que hay un patrón y que en algún momento se va a generar una enfermedad. El foco consiste en crear una alerta temprana para efectuar una acción preventiva. Será como tener un médico en el día a día, el cual podrá adelantar una alerta.

Asimismo, la información recolectada, almacenada y analizada, le mostrará a un médico real resultados certeros, para que así pueda realizar un mejor diagnóstico.

– Específicamente, ¿cómo funcionan las soluciones tecnológicas de análisis de textos y de redes sociales?

Hoy la forma de expresión natural de las personas ya no se da hablando cara a cara. Ahora es mediante un teléfono, un tuit, un post, un comentario por whatsapp, etc. O sea, las formas humanas de interacción se basan en redes sociales, videos, fotos, etc., por lo que necesitamos de tecnología capaz de leer y analizar esa información.

A su vez, casi toda la información es pública y de libre acceso, con lo cual mediante herramientas analíticas cognitivas, es posible entender lo que los datos arrojan y generar una especie de diagnóstico que va calificando si es, por ejemplo, un comentario positivo, si genera una emoción de frustración, de alegría, si es informativo, etc.

Lo importante es que la información, como se conecta a muchas fuentes, va dejando una historia. Y como va quedando en la nube, se puede tener una historia infinita, con un análisis retrospectivo interesante. Y mientras más emoción exista entre los datos, mejor va a ser el diagnóstico.

Adicionalmente, la inteligencia artificial se transformará en un asistente muy efectivo del doctor, ya que por ejemplo, junto con ver el médico a un paciente y solicitarle exámenes, podrá recurrir no sólo a su experiencia con personas o cuadros similares, sino que además tendrá la ayuda de una tecnología que ha podido leer todos los papers, todos los libros asociados a una patología específica y que le dará una segunda opinión a partir de la comprensión de todos esos conocimientos. Así, el doctor va a estar más tranquilo cuando tome una decisión y defina un tratamiento.

– ¿Y esa es ya una tecnología confiable?

Estos sistemas requieren de entrenamiento, porque no nacen aprendiendo o sabiendo todo, pues hay que enseñarles. En el área de la medicina, el objetivo es generar cada vez mejores diagnósticos, pero cada diagnóstico o predicción requiere de una cierta probabilidad. Actualmente estamos hablando de diagnósticos certeros que van a servir en el 90% de los casos.

A modo de ejemplo, gracias al uso de Watson de IBM, tenemos una situación interesante donde pudimos determinar y encontrar una patología de una señora que tenía un tipo de cáncer muy extraño, sin causa aparente. La herramienta pudo decirnos con una alta probabilidad cuál era el origen y el médico lo pudo comprobar. Entonces, estamos disminuyendo la tasa de error, porque en la medicina a veces se prueban diferentes opciones para un tratamiento. La idea es llegar a un tratamiento más certero y efectivo desde el inicio.

– ¿Cuándo va a estar disponible en Chile?

Hoy lo que estamos desarrollando son prototipos de estas innovaciones, que creemos que en algún momento van a explotar y serán muy comunes. Si uno preguntaba hace un par de años quién tenía un reloj inteligente, eran muy pocos. En la actualidad cualquiera podría tenerlo.

El tema va a explotar de forma exponencial en unos 5 años creemos en IBM, una vez que disminuyan los costos de acceso y esté todo esto en la nube para poder utilízalo fácilmente.