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Km0: un bistro francés en medio del corazón de Sanhattan Ruta Gastronómica Cusqueña

Km0: un bistro francés en medio del corazón de Sanhattan

El restaurant ubicado en el subsuelo del hotel W fue la última escala de la Ruta Gastronómica Cusqueña, donde los distintos y exquisitos platos de pescado fresco y carnes fueron maridados con diferentes tipos de cerveza.


En Isidora Goyenechea, emplazado en el subsuelo del Hotel W, se encuentra el restaurant Kilómetro 0, un reconocido espacio de encuentro entre empresarios y políticos que, especialmente durante la hora de almuerzo, acuden a este exclusivo y elegante espacio que, una vez adentro, se alza como un verdadero palacio de cristales.

Con una cava con 4.000 botellas de vino y 350 etiquetas, esta suerte de “club”, donde todos se conocen y se saludan, ofrece una atención personalizada y prolija, además de una carta que tiene el reto de satisfacer a una clientela muy exigente.

“Nuestra carta es simple, acotada, sencilla; no tenemos nada que se podría denominar exótico, pero cumplimos con creces la demanda de nuestros clientes. Aquí tenemos mesa de gente que viene todos los días, de hecho tienen su propia mesa. Eliodoro Matte, por ejemplo, que está aquí ahora, se sienta siempre por ahí”, comenta Antonio Fernández, socio fundador del restaurant.

Fueron precisamente esas características las que lo convirtieron en el lugar ideal para la última escala de la ruta Gastronómica Cusqueña y que permitió el maridaje de sus exquisitos platos de pescado fresco y carne, con distintos tipos de cerveza premium.

La Golden Lager, por ejemplo, que se caracteriza por ser una cerveza con un cuerpo bastante más sencillo, se suele combinar con un tártaro de salmón, lo cual le da una frescura interesante.

Las otras opciones de maridaje son explicadas por el chef Andre Nweh: “Con la cerveza Red Lager, también de Cusqueña, proponemos maridarla con el carpacho de mar y tierra, que combinando las carnes y los camarones crea una sensación armoniosa en el paladar; y la Dark Lager, casi siempre, con el asado de tira, porque provoca un sabor intenso”.

La impecable atención, el ambiente distendido y la exquisita oferta gastronómica han logrado reafirmar la identidad y el valor agregado de Kilómetro Cero, un lugar que, desde un comienzo, comprendió que con una clientela tan exigente no podía transar, en lo absoluto, su calidad, de modo que los pescados frescos y el asado de tira, siguen, hasta ahora, deleitando con su frescura y buen sabor, algo que se comprueba con el tiempo pues, los “mismos clientes de siempre” siguen volviendo a sus respectivas mesas, con una lealtad religiosa.

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