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China combate los sobornos en el campo farmacéutico FT Weekend

China combate los sobornos en el campo farmacéutico

La iniciativa del gobierno, conocida como «reforma de dos facturas», busca reducir los precios de los medicamentos y además terminar con los sobornos de la industria de medicamentos.


*Por Tom Hancock en Shanghai

Se espera que una iniciativa del gobierno de China reduzca a los intermediarios en el mercado farmacéutico local a más de la mitad de las compañías en el sector. Pero expertos afirman que el gobierno tendrá que luchar para cumplir su objetivo de reducir los precios de los medicamentos y combatir el soborno en las cadenas de distribución.

La gran mayoría de los $110 billones de dólares anuales de ventas en productos farmacéuticos son destinados a los hospitales publicos, ya que la mayor parte de sus ingresos dependen de ventas de equipos médicos y fármacos. Estas ventas se llevan a cabo a través de una red bizantina con aproximadamente 13.500 distribuidores, con sobornos a una gran cantidad de doctores.

Las regulaciones que limitarán la cantidad de facturas entre los farmacéuticos y hospitales a un máximo de dos, serán llevadas a cabo el próximo año a nivel nacional. Esto fue anunciado el mes pasado en el Consejo de Estado. Se espera que su resultado sea la disminución de los distribuidores de fármacos.

«Reducir la cifra de más de 10.000 a 2.000-3.000, es lo que he oído de las autoridades», dijo Xie Qilin, subsecretario general de la Asociación China de Médicos.

La «reforma de dos facturas», como es conocida, ya está siendo aplicada en 11 provincias, con Fujian en el este reportando una reducción a la mitad de los distribuidores desde su adopción en 2012. «El mercado no está lo suficientemente concentrado,» dijo el año pasado el viceministro de Administración de Alimentos y Medicamentos de China, Wu Zhen, explicando la lógica detrás de la norma.

«Las agencias tendrán que expandirse o cerrar,» dijo un empleado de una empresa fabricante de aparatos médicos en el extranjero, quien pidió no revelar su identidad. El sector emplea a más de 3 millones de personas, muchas de las cuales se verán obligadas a cambiarse a empresas más grandes o de profesión, informó el diario Economic Observer.

Eric Carlson, socio del bufete de abogados Covington & Burling, declaró en un informe reciente que la severa medida aplicada a los pequeños distribuidores podría acelerar la consolidación del sector, «centralizando la distribución en un puñado de distribuidores farmacéuticos, muchos de los cuales son de propiedad estatal o controlados por el Estado”.

Los beneficiarios incluirían a empresas como Sinopharm Group, cuya participación mayoritaria es del gobierno chino, con Fosun Pharma como socio.

Es probable que la reforma sea más bien un desafío para las empresas farmacéuticas chinas que normalmente distribuyen sus productos de manera indirecta, a través de intermediarios locales. Si esto se aplica al mercado de dispositivos médicos, podría beneficiar a empresas extranjeras reduciendo la necesidad de las complejas cadenas de distribución.

Por ejemplo, Medtronic, con sede en Irlanda, el año pasado recibió una multa de 17 millones de dólares por parte de las autoridades antimonopolio de China por la fijación de precios en su sistema multidimensional de distribución local.

Otras grandes multinacionales tienden a tener sus propios equipos de ventas, los cuales contrataron a unos 20.000 empleados a partir del 2011, según Rachel Lee, una supervisora de la industria.

Pero el uso de un personal para ventas directas no ha impedido el soborno. GlaxoSmithKline pagó una multa histórica de 297 millones de libras esterlinas luego de que su equipo de ventas fuera encontrado culpable de corrupción, mientras que Bristol-Myers Squibb se enfrentó a multas de 14 millones dólares por presuntos sobornos de los funcionarios del hospital chino. El año pasado, Novartis accedió a pagar 25 millones por cargos similares.

Funcionarios públicos han dicho que la reforma tiene como objetivo reducir los precios de los medicamentos. El actual sistema de distribución de fármacos es «bastante ineficiente y muy costoso, además el precio final corre por cuenta del paciente,» dijo Frank Le Deu de la clínica de atención médica Mckinsey. «Las provincias e incluso las ciudades pueden tener un interés personal en tener distribuidores locales.»

Sin embargo, de acuerdo con Liu Tingfang, un investigador de la reforma hospitalaria de la Universidad de Tsinghua, la presión sobre los distribuidores beneficiará más a las compañías farmacéuticas (las cuales ahorrarán en gastos de distribución) que a los mismos pacientes.

«Los precios no sufrirán gran impacto. Los sobornos seguirán existiendo,» argumentó, habiendo bajos sueldos para el equipo médico de los hospitales, ellos seguirán esperando una parte de las ventas. «Es necesario mejorar los sueldos de los doctores.»

*Traducido por: Cindy Navado, traducción Inglés-Español, Universidad Arturo Prat (UNAP).

 

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