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Yo soy un «Troll»

El partido oficialista Indio organizaría campañas virtuales a través de redes sociales para intimidar a presuntos detractores del gobierno, lo que es analizado en el libro «Yo soy un Troll, entrando al secreto mundo del Ejército Digital del PBJ».


*Por Swati Chaturvedi, resumen por Amy Kazmin

Hace dos años redacté un artículo sobre las autoridades de inmigración de la India, quienes le prohibían a una activista local de Greenpeace volar hacia Londres, lugar donde debía exponer sobre las minas de carbón en el país asiático. Pareció un hecho importante dado que hace menos de un año había sido electo el primer ministro Narendra Modi. India en algunas ocasiones le había prohibido la entrada a activistas extranjeros, pero rara vez (si es que hubo alguna vez), le impidió a sus ciudadanos salir del país.

Compartí en Twitter el link de la historia, e inoportunamente le escribí un hashtag provocativo #accheding, lo que en lenguaje hindú significa “los buenos tiempos”, que eran los que el señor Modi había prometido emprender.
A la mañana siguiente, encontré 150 tweets para o sobre mi persona. La mayoría pedía mi deportación, o peor; fue la violencia verbal cargada de obscenidad de los usuarios la que me provocó náuseas.

La embestida comenzó cuando una celebridad india de Twitter con decenas de miles de seguidores, incluyendo fieles partidarios de Modi, criticó mi tweet y la historia. Sus seguidores, como un enjambre de abejas furiosas, lo tomaron como una señal para atacarme.

No puedo estar equivocado al sentirme expuesto a un ataque organizado. En su nuevo libro, “I am a Troll: Inside the Secret World of the BJP’s Digital Army,”  la periodista televisiva Swati Chaturvedi afirma que el partido en el poder, el Bharatiya Janata (BJP) del señor Modi, está organizando campañas virtuales para intimidar a presuntos detractores del gobierno a través de su núcleo de redes sociales.

La afirmación de la autora está respaldada por el relato de Sadhavi Khosla, una empresaria y ex simpatizante de Modi, quien dice que fue ciber voluntaria del BJP durante dos años hasta finales de 2015. Se cansó de promover la misoginia, islamofobia y odio, que era lo que se le pedía hacer. Khosla agregó que el BJP posee una red de voluntarios que reciben instrucciones del núcleo de redes sociales y dos organizaciones afiliadas, con el fin de trollear las voces críticas. Los objetivos incluyen a periodistas y estrellas de Bollywood.

Lo más notorio de estas campañas fue el ataque a la estrella de Bollywood Aamir Khan (quien había manifestado preocupación sobre la falta de tolerancia en India) y a Snapdeal, la compañía de comercio electrónico que promocionaba.

Snapdeal despidió al señor Khan como su vocero después de que furiosos simpatizantes de Modi bombardearon la compañía con órdenes de compra que posteriormente cancelaron (una campaña la cual Khosla afirma que fue liderada por el BJP).

El BJP fue el primer partido político indio en reconocer el poder de las redes sociales para movilizar la opinión pública. El señor Modi creó su cuenta de Twitter en 2009, mientras que el militante del partido del congreso Rahul Gandhi, esperó hasta 2015.

De hecho, Twitter es el medio de comunicación favorito de Modi: desde su elección, el primer ministro indio no ha realizado ninguna conferencia de prensa, pero sí tuitea con frecuencia, y sus comentarios o silencios en la plataforma son analizados meticulosamente.

El ínfimo ruido de Chaturvedi no entrega prueba alguna de que el BJP organiza acoso virtual o ciberbullying, ni alguna prueba convincente de que el primer ministro ha dado su aprobación a esta iniciativa.

Por su parte, el BJP ha negado que la señora Khosla formaba parte oficialmente de su núcleo de redes sociales. La autora, sin embargo, describe lo que considera ser vínculos entre el partido y los acosadores virtuales, señalando que el señor Modi en su cuenta personal de Twitter sigue a un grupo de personas que con frecuencia envían tuits ofensivos. Algunos de los miembros de su gabinete han apoyado abiertamente algunos trolleos de Twitter.

Este libro es una lectura rápida para la audiencia india, pero tal vez, puede resultar difícil para los que lo ven desde afuera. No obstante, está generando impacto en su mercado nacional. La semana pasada, Derek O’Brien, miembro de la cámara alta de la India en el parlamento Bengala Occidental, planteó las afirmaciones de la señora Chaturvedi en la asamblea legislativa, preguntándose por qué el señor Modi seguía a los acosadores virtuales. «Estamos amplificando el odio», argumentó. El señor O’Brien preguntó si la administración del Sr. Modi les aconsejaría a los altos cargos dejar de seguir las cuentas de Twitter que regularmente tuitean con lenguaje abusivo u obscenidades (esta es una pregunta que aún no ha sido respondida.)

Chaturvedi ha adoptado una mirada interesante sobre un tema de creciente relevancia para la India y otras democracias. Pero el relato fidedigno del uso de las redes sociales por parte del PBJ (y una evaluación más profunda del impacto del ciberbullying en la cultura política) aún está por escribirse.

*Traducido por: Cindy Navarro Toledo, traducción Inglés-Español, Universidad Arturo Prat (UNAP).

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