Medio ambiente
La mortalidad de las abejas ha aumentado en los últimos años principalmente debido a enfermedades y el uso de pesticidas. Su desaparición generaría una disminución significativa de alimentos que frutas y verduras como la palta o la manzana.
El cambio climático, el uso de pesticidas, enfermedades y otros factores, han generado un decrecimiento en la población de abejas en el mundo que ha encendido las alarmas por las devastadoras consecuencias que tendría para el medio ambiente la desaparición de este insecto.
En Chile no existen cifras sobre la pérdida de abejas melíferas, pero en Estados Unidos por ejemplo, la pérdida invernal de colonias de abejas ha estado por sobre lo normal durante los últimos 10 años.
Debido a este fenómeno, la cadena hotelera Fairmont, publicó una investigación sobre la forma en que la desaparición de las abejas afectaría a nuestra alimentación. Con el nombre «Life Without Bees: The Effects on Food» (Vida sin abejas: los efectos en la comida), el estudio indica que un tercio de la comida que consumimos en el mundo, depende de las abejas.
Según cifras de la bióloga entomóloga Marla Spivak, quién ha sido premiada por su trabajo con abejas, de 100 cultivos que proveen el 90% de nuestra comida, 71% son polinizados por abejas. De desaparecer, las abejas afectarían significativamente la producción de importantes alimentos. Fairmont ilustró el cambio que se generaría a partir de cómo se verían nuestras comidas diarias con y sin abejas:
Según Fairmont, el 90% de la polinización de las naranjas, las paltas y los arándanos depende de las abejas. En caso de que desaparecieran, esos productos disminuirían significativamente y se volverían mucho más caros.
En el caso del café, su planta se auto poliniza, pero su rendimiento saludable depende de la polinización cruzada de las abejas. Sin ellas, los cultivos serían más débiles y propensos a enfermedades.
En el caso de las semillas de calabaza, utilizadas en granola y barras de cereal, se estima que el 90% de los cultivos desaparecerían sin abejas melíferas. En el caso de las almendras, este fruto también depende en un 100% de las abejas.
La cebolla depende en un 90% de la polinización de las abejas, mientras que en el caso de los tomates y de los pepinos, este insecto mejora de manera significativa la calidad y producción de esos productos.
Para la mostaza, un tercio de las plantas requieren polinización de las abejas. Además, según Fairmont, las abejas son responsables de la producción de la alfalfa y los tréboles, que alimentan a animales como las vacas. Por lo tanto, con su desaparición disminuiría la producción de leche, queso, mantequilla, yogurt y helados.
Las manzanas dependen en gran parte de la polinización cruzada y son unas de las comidas que más sufrirían si las abejas desaparecieran.
Los berries y el kiwi también se verían severamente afectados por la desaparición de las abejas.
Pero ¿qué tan probable es que esto pase? Según la Directora del Consorcio Apícola, Paulina Cáceres, efectivamente el rendimiento de estos alimentos decrecería mucho en caso de que desaparezcan las abejas, pero no dejarían de existir debido a la existencia de otros agentes polinizadores nativos. “De todas maneras la producción se vería afectada. Las abejas cumplen un rol polinizador de los cultivos y es el agente polinizador doméstico de mayor uso en el mundo”, explica.
“La ventaja de la abeja es que es un insecto doméstico. Uno puede criarlo y manejarlo en cantidades importantes. Pero en la vida silvestre donde no hay cultivos ni abejas, también hay polinización que realizan los polinizadores nativos”, agrega.
Sin embargo, Cáceres cree que es difícil que las abejas desaparezcan y luego de que se encendieran las alarmas sobre el «síndrome del despoblamiento» en el hemisferio norte, ha habido una mayor concientización sobre el riesgo de la desaparición de este insecto y se han tomado medidas como mayores estudios respecto de las enfermedades y los pesticidas que las afectan.“Hoy hay mucha más conciencia de cuidar a las abejas, lo que es súper positivo porque cuidar a las abejas es cuidar al medio ambiente y los polinizadores en general, que son más anónimos pero tan valiosos como las abejas”, explica.
