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Desarrollo Sustentable: Tarea por cumplir Opinión

Desarrollo Sustentable: Tarea por cumplir

José Luis Balmaceda
Por : José Luis Balmaceda Director de Asuntos Humanitarios y Cooperación Internacional de la Fundación Help for the Andes
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Es urgente consensuar políticas públicas que consideren medidas concretas que eviten transgredir las fronteras ecológicas y plantee soluciones que admitan superar la crisis que nos afecta como civilización y especie.


El concepto de desarrollo sustentable, que hoy muchos evocan para limpiar o mejorar la imagen de sus actividades, florece a partir de 1987 cuando la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo lo definió como «aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para cubrir las propias». Sin embargo, la realidad que hoy enfrenta el mundo en lo ambiental, lamentablemente dista aun de cumplir su objetivo. Así lo certifican entidades tales como el IPCC, World Economic Forum,WWF y otras, al coincidir que la degradación ecológica ha profundizado su intensidad. La llegada de una nueva era geológica denominada Antropoceno, generara profundas transformaciones a nivel planetario, sembrando incertidumbre y temor ante la posibilidad de que sus efectos resulten irreversibles.

Valga mencionar las dramáticas consecuencias derivadas del cambio climático que vienen asolando nuestro territorio, uno de los 10 más afectados del universo por las consecuencias meteorológicas relacionadas con dicho fenómeno. Las tensiones que el tema ocasiona entre los poderes político, económico y social, derivadas mayormente de visiones e intereses contrapuestos, no contribuyen a gestar un escenario propicio para detener su marcha. Claro ejemplo de lo anterior, es la decisión del actual gobierno estadounidense de restarlo de su agenda programática, un duro revés en la búsqueda de un compromiso mundial, si consideramos que junto a China son los mayores emisores de CO2. El reciente decreto firmado por el Presidente Trump incentivando la producción de fósiles, amenaza que ese país no logre cumplir su objetivo de reducir las emisiones en un 30% para 2030.

La sustentabilidad se identifica con nuevos modos de organización social, nuevas formas de enfrentar la vida, animada de conceptos precisos, principios y valores donde se releve el buen vivir y la sana convivencia. Se trata de “construir un futuro que tenga en cuenta comportamientos de la naturaleza que no separen a la sociedad del entorno que la sostiene y recree una dinámica coevolutiva»( Micheline Carino y Lorella Castorena ). De allí que la incorporación de nuevos estudios destinados a orientar la creación de sociedades sustentables, permitirá acercarnos al ideal de muchos por conseguir un mundo mejor donde el ser humano se reencuentre con la naturaleza y la justicia social. En este sentido, corresponde erradicar el supuesto de que los recursos fósiles y minerales son infinitos si pretendemos mantener un crecimiento sostenible.

Es urgente consensuar políticas públicas que consideren medidas concretas que eviten transgredir las fronteras ecológicas y plantee soluciones que admitan superar la crisis que nos afecta como civilización y especie. Solo así seremos capaces de cimentar una genuina sustentabilidad que “consigne memoria histórica y visión de futuro utilizando enfoques interdisciplinarios que generen nuevas formas de concebir conocimiento»(Gian Carlo Delgado) capaz de identificar los problemas que hoy nos aquejan y frenar sus efectos.

Desde la perspectiva de la ecología política, ello requiere contar con mas profesionales capaces de interactuar con los diversos sectores de la sociedad a fin de sensibilizar la conciencia colectiva, para así producir los avances que el actual trance exige. El uso irracional de los recursos naturales asociados a un desarrollo marcado en la mayoría de las naciones por una acentuada desigualdad social, enfrenta a Estados débiles en su institucionalidad, caracterizados muchas veces por medidas ambiguas, inadecuadas, paliativas, incapaces de asumir con determinación este nuevo desafío de la Humanidad.

Es responsabilidad de las actuales generaciones evitar la «colonización de la naturaleza» si queremos garantizar la subsistencia de los ecosistemas y un crecimiento económico en permanente expansión, en momentos que el 20% de la población mundial consume el 80% de los recursos naturales. No es posible pretender que el hábitat continúe ajustándose a la actividad económica, sino que esta última debe salvaguardar los límites que la primera establece. La sustentabilidad es de «quien la trabaja y no de quienes solo la postulan, analizan, pervierten o presumen, lo que exige su inserción en el ADN de nuestros pueblos» ( Port Polman, Pdte Unilever ).

Estamos en el siglo de la sustentabilidad y como país requerimos, entre otras medidas, mantener el liderazgo sudamericano en el desarrollo de ERNC, las que deberían superar el 20% al 2025; consolidar el vínculo naturaleza y sociedad aprovechando la incorporación de nuevos conocimientos y tecnologías pensados para asegurar un mejor vivir; reforzar el trabajo interdisciplinario que debe comprometer otros conocimientos aparte del científico; la obtención de cero residuos de las fábricas hoy liderada por Unilever; intensificar el papel de la Superintendencia de Medio Ambiente y programas de cumplimiento para las empresas; promover y apoyar la reutilización del recurso hídrico cuya insuficiencia ya afecta el 65% del territorio derivado de una sequía que se prolonga por 8 años consecutivos; hacer más efectiva la medición de la huella hídrica; mayor fiscalización a las empresas mineras en la observancia del respeto al medio ambiente; la plena aplicación de la nueva ley de reciclaje; implementar el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a través del Decreto Supremo 49 de 2016; materializar la Ley de Glaciares; establecer un servicio nacional de biodiversidad y áreas protegidas; terminar con la sobreexplotación de áreas marinas por parte de las grandes empresas que operan en zonas asignadas a los artesanales; poner en práctica la economía circular; utilizar la nueva tecnología para capturar el dióxido de carbono; y, difundir e implementar la ley de fomento del reciclaje y responsabilidad del productor en un país donde el 80 % de la población no sabe en qué consiste. Rememorando a Eduardo Galeano “ojalá seamos capaces de hablar poco y hacer mucho “

 

 

 

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