Salud
Médico infectólogo de la UV advierte una tendencia al alza, producto de las condiciones que experimenta el hábitat del ratón silvestre de cola larga, el principal reservorio y transmisor de este mal.
Un aumento considerable de casos de hanta en Chile se prevé a partir de este verano en Chile.
En opinión del médico infectólogo Rodrigo Cruz Choappa, docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso y especialista del hospital Carlos van Buren, el crecimiento de la flora silvestre en cerros, valles y quebradas -debido a las copiosas lluvias caídas el pasado invierno-, sumado a las altas temperaturas que ya se están registrando –y que hacen que los arbustos y matorrales se sequen- y a la probable ocurrencia de incendios forestales, están generando las condiciones propicias para que el ratón de cola larga, principal reservorio y transmisor del virus al ser humano, se reproduzca y pulule en mayor número por zonas rurales y semi urbanas ubicadas en las regiones del centro y sur del territorio nacional.
“En este año, a la fecha se contabilizan más de 70 casos confirmados de hanta, la cifra más alta en los últimos 12 años. En 2016, de enero a diciembre, se registraron un total de 66, y en 2015 fueron 51. Es decir, hay una clara tendencia al alza”, afirma el infectólogo de la UV.
Si bien el Ministerio de Salud ya inició la campaña de prevención pública contra el hantavirus, el doctor Cruz advierte que es necesario redoblar los esfuerzos tendientes a informar a la población sobre las características y sintomatología de esta enfermedad, cómo se contrae, cómo evitarla y, en especial, en qué sitios o lugares el riesgo de contagio es más elevado.
“El área de mayor riesgo de hanta en Chile se sitúa entre las regiones del Biobío y de Aysén. Sin embargo, se han registrado casos en toda la zona de distribución del reservorio. Más del 60% de las personas que contraen el síndrome cardiopulmonar por hantavirus reside en sectores rurales y casi un tercio realiza actividades en el sector agrícola-forestal. El resto de los casos suele afectar a personas que van de picnic, acampan al aire libre o se alojan en albergues o cabañas que han permanecido cerrados por algún tiempo. Por lo tanto, en estricto rigor se trata de un mal de efectos severos pero acotados”, afirma el médico infectólogo.
Presencia en límites urbanos
Según argumentó Cruz, el aumento de casos también se explica por el hecho de que, en la actualidad, los ratones de cola larga se acercan con mayor frecuencia a los límites de pueblos o ciudades.
“Valparaíso, por ejemplo, que es una urbe rodeada de cerros y quebradas en los que ya se observan frondosos matorrales, y donde muchas veces hay acumulación de basura puede perfectamente transformarse en una zona de riesgo, porque el hábitat de este roedor se está ampliando por la situación ya descrita. Esto es algo que ya afecta a otras ciudades más pequeñas, como Coihaique, y medianas, como Talca. Incluso a comunas periféricas de Santiago”, acota el doctor Cruz.
Según el profesional, el hecho de que los últimos casos no solo afecten a trabajadores agrícolas, sino también a estudiantes, dueñas de casa y últimamente a un grupo de jueces que aparentemente no visitó un sector rural -de los cuales uno de ellos ya falleció- es una señal más de que la situación se está volviendo compleja y hay que adoptar los resguardos necesarios.
“En este tema no se trata de causar alarma en la población, pero sí de concientizar, para que así las personas adopten las medidas necesarias y evitar posibles nuevos contagios. No olvidemos que esta es una enfermedad con una letalidad que fluctúa, por lo general, entre el 30% y 40% y que muchas veces provoca la muerte porque el infectado confunde los síntomas con un resfrío o gripe común y no acude en forma oportuna a un centro de salud con la capacidad para realizar los exámenes correspondientes y tratar al afectado a tiempo y de manera adecuada”, concluye el infectólogo Rodrigo Cruz.
