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Chilenos estudian efectos del mindfulness en pacientes con esquizofrenia y riesgo de psicosis

Técnica de meditación, inspirada en el budismo, busca entregar bienestar y mejorar funciones cognitivas en los afectados. Estudio es liderado por Dr. Álvaro Langer, psicólogo de la Universidad Austral, y por el Dr. Pablo Gaspar, psiquiatra del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica, BNI. Primeros análisis ya reportan una disminución de angustia patológica en estos pacientes, síntomas difíciles de tratar con fármacos.


La práctica del mindfulness, que busca desarrollar la atención plena y focalizarse en el presente, está siendo implementada de forma piloto en un grupo de pacientes chilenos con esquizofrenia y personas vulnerables a psicosis. El programa, liderado por el psicólogo Dr. Álvaro Langer, de la Universidad Austral de Chile, y el Dr. Pablo Gaspar, psiquiatra del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica, BNI, analizará los efectos de esta técnica  en la mejora de funciones cognitivas y bienestar psicológico.

El ensayo, que se inició el año pasado en hospitales y centros de salud, y que seguirá en curso hasta el próximo año, contempla el estudio de 48 pacientes con diagnóstico de esquizofrenia (primer episodio) y de 48 personas con  estado mental de alto riesgo, de edades que fluctúan entre los 15 y 35 años. “Junto a nuestro enfoque en prevención de la psicosis,  hemos querido promover otro tipo de terapia que permita entregar neuroprotección a estos pacientes, con el fin de impedir o retrasar la evolución de su enfermedad a un estado más crónico. En ese contexto, estamos desarrollando esta investigación que busca entender los beneficios del mindfulness como estrategia de entrenamiento mental y atencional, que ayude al mejoramiento de la funciones cognitivas y mejora del bienestar subjetivo”, comenta el Dr. Pablo Gaspar, Jefe de la Unidad de Psicosis, de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile.

Las ocho sesiones, de una hora y media aproximadamente, son semanales y consisten básicamente en prácticas que “contemplan ejercicios de respiración, compasión, movimiento consciente, distención corporal y auto monitoreo, en el contexto de una intervención grupal”, asegura el co-investigador del proyecto.

Esta práctica de la atención plena -con raíces en enseñanzas del budismo-, se puede entender como una forma específica de meditación que busca aumentar las diferentes funciones psicológicas por medio de un esfuerzo entre la regulación de la atención, la emoción y la autoconciencia.

Estudio en pacientes

Los participantes han sido especialmente seleccionados bajo ciertos criterios de exclusión, y guiados por terapeutas entrenados tanto en mindfulness como en el abordaje de trastornos mentales graves, técnica que a su vez se adaptó para personas con psicosis. Una vez finalicen los estudios se analizarán diversos parámetros para evaluar su efectividad. “Mediremos la cognición a través de una batería de test en el que somos expertos en Chile, llamado MATRICS, que contempla: atención, memoria ejecutiva, cognitiva, lenguaje, y qué fallas ocurren en pacientes con psicosis, antes y después”, señala el psiquiatra de BNI. A pesar de esto, y porque aún se trata de un estudio piloto, el Dr. Gaspar explica que estas prácticas no debieran implementarse en cualquier paciente, sino en aquellos que están estabilizados  y en los que exista una clara alianza con el terapeuta.

Disminución de la ansiedad

Aunque la investigación está en desarrollo, los expertos advierten que ya hay efectos visibles sobre el bienestar de los participantes. Según explica Gaspar, uno de los ingredientes principales de los estados psicóticos es la alteración ansiosa, la angustia. “En estos pacientes se manifiesta la angustia psicótica, que es diferente a la reactiva, aquella que ocurre de forma normal en las personas cuando se enfrentan a ciertas situaciones como puede ser una fobia.  Y en estos pacientes, dicho estado ocurre de manera muy fuerte, sin tener una explicación específica, y los fármacos no contribuyen mayormente a disminuirlo. Sin embargo, en nuestros estudios con mindfulness hemos visto que las escalas de ansiedad y angustia disminuyen bastante, lo que nos sugiere una alternativa de tratamiento potente”, señala Pablo Gaspar.

Impacto social de la psicosis

Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS, para el año 2020, el 15% de todas las discapacidades se asociarán con enfermedades mentales, siendo la psicosis uno de los trastornos mentales con mayor impacto social debido a los altos costos personales y familiares que conlleva.

Un episodio de psicosis ocurre cuando una persona pierde contacto con la realidad y se altera el juicio sobre esta misma. Así, se pueden presentar delirios: falsas creencias acerca de lo que ocurre o de quien se es.  Bajo este estado, las personas también pueden tener alucinaciones, en relación a lo que ven o escuchan.

Un tipo de psicosis es la esquizofrenia, enfermedad compleja que afecta al 1% de la población mundial. “Nuestra teoría en esquizofrenia es que hay una alteración de la conectividad a distintos niveles, básicamente en la sincronización neuronal, es decir, en cómo conectamos nuestras neuronas desde el punto de vista funcional”, comenta el Dr. Gaspar.

De acuerdo a ese panorama, el proyecto en curso busca contribuir a la reducción del deterioro cognitivo en la atención, la memoria de trabajo y la cognición social, así como el aumento del bienestar mediante el empoderamiento de los recursos personales de los pacientes en el manejo de sus propios síntomas y experiencias psicóticas. “Si la hipótesis es real, pensamos que esta herramienta sería eficaz no sólo para las psicosis sino también períodos vulnerables en el neurodesarrollo de múltiples enfermedades psiquiátricas y otras patologías que tienen alteraciones de la atención. Esto, considerando que la atención tiene conexiones importantes con las redes de memoria y el ámbito cognitivo, lo cual se ve muy dañado en la psicosis”, comenta Gaspar.

Naciones como el Reino Unido, Australia o Canadá, han incluido la intervención temprana como un enfoque central para abordar la esquizofrenia. En Chile, su tratamiento es una prioridad de política pública y en ese plano, la presentación de un primer episodio de esta enfermedad, se ha convertido en una condición de salud mental incluida en las garantías explícitas de atención médica.

Por todo ello, el psiquiatra afirma que a un mayor refuerzo de la protección cerebral, mejor será el pronóstico del paciente. “Cuando llega ese primer episodio de psicosis, en general los pacientes ya tienen una disfunción cognitiva severa. Entonces, si desarrollamos una estrategia que nos permita poder retrasar la alteración cognitiva o que el paciente pueda establecer una calidad de vida mejor, la intervención en esta etapa será crucial”, señala el especialista del BNI.

Mindfulness y aportes a la neurociencia

Inspirado en la meditación budista, se estima que el Mindfulness nació hace 2500 años, proveniente de las enseñanzas originales de Siddhartha Gautama Sakyamuni, conocido popularmente como Buda. Estas prácticas y filosofía de vida buscaban, originalmente, erradicar el sufrimiento humano. Enmarcada dentro de la corriente contemplativa de la meditación, denominada vipassana, el mindfulness comenzó a popularizarse en Oriente, principalmente en países como India, Japón y China, y luego en la segunda mitad del siglo XX en Occidente, siendo en la actualidad una herramienta ampliamente practicada en nuestro país y otras naciones. Mejora del estado de concentración y del ánimo, o reducción del estrés, son algunas de los síntomas positivos que mayormente se reportan con esta técnica y otras meditaciones afines.

En el contexto de los trastornos psiquiátricos, también se han descrito investigaciones vinculadas al mindfulness. Según documenta el proyecto del Dr. Álvaro Langer, el primer estudio de esta técnica en pacientes con psicosis se realizó en Reino Unido con personas que sufrieron alucinaciones, y que en algunos casos,  les producían gran malestar. Tras realizar sesiones de mindfulness,  los resultados revelaron un aumento de las habilidades de atención plena en el manejo de pensamientos e imágenes  que les causaban estrés.

En Chile, los investigadores esperan implementar el mindfulness en centros médicos del país, como una intervención terapéutica que también pueda contribuir a la inserción de los pacientes en el ámbito social, familiar y laboral, entre otros planos de la vida.

Para el Dr. Pablo Gaspar, el acercamiento de la neurociencia a las enseñanzas orientales como el budismo o la meditación, representa un cruce fundamental  en el aprendizaje del cerebro, tarea que se inició de manera fuerte con el científico chileno Francisco Varela, mediante estudios sobre ciencia cognitiva, que incluyeron diálogos con el Dalai Lama y una exploración al cerebro de los budistas. El mismo Dr. Gaspar se formó en esa línea de trabajo e incluso leyó todos los libros de Varela, referidos a esta corriente.

“Estamos sobre hombros de gigantes en el campo de la neurociencia y ha sido importante abrirse a esta mirada de las teorías orientales. En el caso de Varela, él desarrolló estudios sobre la mente en estado sano, y en nuestro laboratorio hemos llevado estos conocimientos al ámbito de las patologías. En el caso del proyecto sobre mindfulness también esperamos comprobar sus beneficios terapéuticos concretos sobre la salud, hecho que sin duda, entregará neuroprotección y podrá mejorar la calidad de vida de los afectados”.

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