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Terremoto incide en baja de las proyecciones de crecimiento a un rango entre 4,25% y 5,25%


Los efectos del terremoto del pasado 27 de febrero marcaron el Informe de Política Monetaria (IPOM) dado a conocer este martes por el presidente del Banco Central, José de Gregorio, ante la Comisión interina de Hacienda.

Junto con asegurar que «la catástrofe del terremoto no compromete las perspectivas de progreso y desarrollo del país», el titular del instituto emisor fijó las proyecciones de crecimiento para este año en un rango entre 4,25% y 5,25%. La cifra es levemente inferior a la proyección de diciembre pasado que llegó a un rango entre 4,5% y 5,5%.

De Gregorio recalcó que esta proyección se fundamenta en que «sin terremoto nuestra economía habría crecido en torno al 6%, incluso sobre las proyecciones efectuadas en diciembre pasado», por lo tanto, la catástrofe incidió en este potencial de expansión.

«De no haber ocurrido esta catástrofe, el ritmo de expansión que venía mostrando la actividad económica y la demanda, junto con el benigno escenario internacional, habrían llevado a revisar al alza el rango previsto para el crecimiento de este año en un punto porcentual». Es decir, a un rango de 5,5% y 6,5%», dijo el presidente del Banco Central.

Por otro lado, el instituto emisor pronosticó un aumento de la inflación para este año de 3,7%, en circunstancias que en el IPOM de diciembre el Consejo previó que el IPC finalizaría diciembre de este año con un aumento de 2,5% respecto a igual mes de 2009.

De Gregorio afirmó además que «los efectos inmediatos del terremoto y maremoto sobre la actividad predominarán sobre el incremento que provocarán los esfuerzos de reconstrucción».

El Informe de Política Monetaria (IPOM) consideró también que el desastre natural generó una pérdida de stock de capital productivo neto de un 3%, lo que impactó la capacidad productiva de la economía.

Sin embargo, el instituto emisor también consignó que, a partir del terremoto, se generará una mayor inversión cercana a un punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) del presente año, considerando tanto nuevos proyectos como la reasignación de iniciativas previamente planificadas. La proyección indica elevar a un 14,8% desde un 8,2% estimado a fines de 2009.

Lo anterior, junto a un fuerte dinamismo del consumo total -creciendo a 5,7%-, configuran un escenario, que según el Banco Central, llevaría a la demanda interna a elevarse por sobre el 12%.

En línea con el mejoramiento de la economía internacional tras un 2009 marcado por la recesión, el instituto emisor subió su estimación para el precio promedio del cobre en 2010 a US$ 3,10 la libra, desde US$2,7 previsto en el documento anterior.

También corrigió su proyección para el valor del petróleo (WTI) desde US$80 a US$82 el barril.

Respecto a la política de tasas de interés, José De Gregorio recalcó que «hacia fines del horizonte de proyección, dos años, se convergerá a un nivel similar al que arroja la Encuesta de Expectativas Económicas de marzo». Es decir, a 5,5% hacia febrero de 2012. Sin embargo, agregó que «su ritmo de normalización será algo superior al considerado en esa encuesta».

Con todo, el Consejo estimó que «el balance de riesgos me mediano plazo para la inflación y el crecimiento está equilibrado, aunque el terremoto y maremoto hacen que la incertidumbre sea mayor que la habitual». Esto, especialmente para los registros en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de marzo y abril.

El presidente del Banco Central puntualizó que «pese a que aún no tenemos las estadísticas en materia de inflación del mes pasado, es posible que la reacción inmediata a esta catástrofe nos muestre un aumento transitorio de la inflación y una desaceleración brusca de la actividad, ambas como consecuencia de las significativas disrupciones en el proceso productivo y los canales de comercialización».

Por lo tanto, «lo que nuestra estrategia de política monetaria sugiere y nos permite, es no sobrerreaccionar a fluctuaciones de corto plazo. El manejo de la política monetaria, especialmente en situaciones de incertidumbre como la actual, debe anticiparse a las tendencias de más largo plazo».

De este modo «aunque el primer y segundo trimestre el dinamismo de la actividad probablemente será menor al que observamos hasta enero, a mediano plazo los esfuerzos de reconstrucción y la misma normalización de la actividad y la demanda darán un significativo impulso a la economía».

José de Gregorio recalcó que «la principal contribución que puede hacer la política monetaria es garantizar un entono de estabilidad para que la reconstrucción se desenvuelva sin tensionar nuestra economía».

Agregó que «las proyecciones que presentamos en este IPOM nos demuestran que la economía volverá a crecer este año y que el cierre de las brechas de capacidad proseguirán por lo que la política monetaria seguirá siendo expansiva por los próximos trimestres, lo que apoyará decididamente el proceso de reconstrucción. Al mismo tiempo se irá ajustando para asegurar que este proceso se dé en un contexto de estabilidad y sea coherente con la meta de inflación».

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