Tras reunirse con damnificados de la localidad costera de Dichato, en el marco de la gira que representantes de la Concertación realizaron a las zonas afectadas por el terremoto de febrero, la presidenta del PPD y vocera del bloque opositor, Carolina Tohá, aseguró que las víctimas de la catástrofe «se sienten abandonadas» y que no están siendo escuchadas por el gobierno.
Según la otrora ministra, durante el recorrido realizado por las localidades que sufrieron con mayor potencia la furia de la naturaleza el 27 de febrero, «hemos constatado la fortaleza de la gente, pero al mismo tiempo la lentitud del gobierno y su torpeza de no escuchar a los propios afectados».
Tohá acompañada por el presidente del Partido Socialista (PS), diputado Osvaldo Andrade y el vicepresidente de la Democracia Cristiana (DC), alcalde de Peñalolén, Claudio Orrego, se reunieron con familias del campamento El Molino donde habitan más de 400 familias en Dichato con quienes sostuvieron un diálogo en que los afectados plantearon sus preocupaciones y necesidades que se repitieron luego en la conversación que se llevó a cabo con quienes se encuentran en el campamento Santa Clara en Talcahuano.
A ello, se sumó una reunión ampliada con pescadores artesanales, agrupados en la Ferepa que congrega y representa a los pescadores artesanales de la región del Biobío.
Al concluir la serie de reuniones programadas en la zona, la vocera del bloque opositor dijo que «aquí hay una conclusión triste y es que la gente está y se siente sola. Esta consciente del abandono en el que se encuentran y pese a eso vimos una gran fortaleza no sólo en los afectados, sino también en los liderazgos que han surgido, pero que lamentablemente no son escuchados, ni tomados en cuenta por las autoridades regionales del gobierno».
Tohá precisó que «hemos recogido información, hemos escuchado a los afectados y desde la oposición vamos a denunciar las incoherencias e ineficiencias del gobierno, vamos a fiscalizar que se las promesas se cumplan y vamos a insistir en que se escuche a la gente, porque los damnificados se sienten abandonados y el gobierno no los escucha».
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