El líder del movimiento progresista, Marco Enríquez-Ominami, junto a la vicepresidenta del Partido Progresista (PRO), Alejandra Bottinelli, expresó su descontento por la medida impulsada por la Confederación Nacional de Buses (Conabus), que desde marzo no reconocerá la Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) que cobra una tarifa más barata a los alumnos y lo reemplazarán por un documento propio.
Enríquez-Ominami apuntó las críticas contra el Ejecutivo por permitir que los empresarios «hagan lo que quieran y de esa forma afecten un derecho de los estudiantes».
«La actitud planteada por ese gremio es una mala señal para Chile y para toda la gente que depende de ese único medio de locomoción para transportarse. No puede ser que los empresarios decidan hacer lo que quieran en un país donde se debe respetar las garantías fundamentales de los ciudadanos. El Ejecutivo debe fiscalizar ahora o se tendrá que hacer cargo de todas las consecuencias que tenga la medida adoptada por Conabus», dijo el timonel del PRO.
Los dirigentes aseguraron que exigirán junto al diputado del PRO René Alinco, que los ministros de Educación y de Transportes, respectivamente, expliquen al país la situación que amenaza a los estudiantes y que medidas tomara el gobierno.
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