Como «damnificados forzados» calificó el presidente del Movimiento Amplio Social (MAS), senador Alejandro Navarro a las familias de Centinela 2 de Talcahuano, al comunicar que un informe realizado por la Universidad de Chile, arrojó que los edificios de esa población no se encontraban inhabitables ni con orden de demolición, sino que en algunos casos de reparación, tras el terremoto.
El parlamentario afirmó que a los habitantes los «obligaron a abandonar sus departamentos e irse vivir de allegados o a mediaguas, por un capricho de la intendenta del Bíobío (Jacqueline van Rysselberghe), que de manera irresponsable incentivó a la desmantelación de los edificios por parte de los vecinos».
Esto último, «a pesar de que el informe del Idiem de la Universidad de Chile, cuyo resultado fue negado a la Municipalidad de Talcahuano por parte del Serviu, arrojó que los edificios estaban habitables, sin calificación de demolición, sino que de reparación».
Navarro expresó que «este es otro grave error político, social y técnico que cometen en Biobío, en medio de una reconstrucción que ha sido transversalmente cuestionada, por su ineficacia, por la nula participación ciudadana, por las mentiras de la intendenta y por el retardo en los avances».
«Y este es un claro ejemplo de ineficacia, del ‘manual de cortapalos’ de la Intendencia para hacer las cosas mal; ya que pudiendo haber trabajado de manera gradual los casos de Centinela 2, se obligó a las familias a ser damnificadas y a vivir de forma precaria en mediaguas o de allegados», añadió.
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