El presidente (s) de la Democracia Cristiana (DC), Fuad Chahín, acusó al Gobierno de contradecirse por las declaraciones de varios ministros y del Intendente metropolitano, Fernando Echeverría, respecto de la autorización, o no, a las próximas movilizaciones en contra de Hidroaysén.
Por este motivo, el diputado hizo un llamado a «que aquí no pueden pagar justos por pecadores», ya que a su juicio, no es culpa de los manifestantes los episodios de violencia que se han suscitado y mucho menos, se les puede culpar de esto.
«Los ciudadanos no pueden pagar las consecuencias de estos grupos violentistas, y por lo tanto aquí el Gobierno no puede lavarse las manos, tiene que ejercer su rol de resguardar el orden público (…) y no puede pretender que sean los convocantes, los ciudadanos quienes ejerzan este rol», manifestó.
Acompañó al dirigente DC, el presidente de la Corporación Más Democracia, una de lasa convocantes a estas movilizaciones, quien criticó a los manifestantes encapuchados, pero reafirmó su persistencia en las protestas a través de la no violencia activa y la desobediencia civil.
Junto a esto, criticó a los personeros de Gobierno y representantes oficialistas que han llamado a los organizadores de las marchas a asumir responsabilidades por los daños hechos por violentistas.
«Yo nunca he escuchado, ni al Gobierno ni a los parlamentarios que hoy día dicen eso, ir a reclamarles a los empresarios del fútbol que paguen por los daños que generan las manifestaciones de violencia en los clásicos de fútbol», dijo.
Además, reiteró la voluntad de las organizaciones convocantes a que «La Moneda es el lugar donde se manifiesta la sociedad civil de manera explícita y democrática», rechazando la posibilidad de que se realicen en el Parque O’Higgins, como fue propuesto recientemente.
Esto fue respaldado por el diputado, también DC, Gabriel Silber, que expuso que «la gente debe desenvolverse con normalidad».
«La Alameda es nuestra principal arteria (…) obviamente el pasar por la Alameda es muy importante para los manifestantes, por tanto no corresponde enclaustrarlos, encerrarlos como que no existieran, al interior de un parque», concluyó.
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