El Banco Central no descartó una futura variación en las tasas de interés, según se desprende de la minuta de la última Reunión de Política Monetaria (RPM) publicada este viernes por el instituto emisor.
Si bien, tras la reunión del mes de agosto los consejeros optaron por mantener la tasa en un 5.25%, no descartaron correcciones futuras fundamentadas, por una parte, en la evolución del panorama internacional y, por otra, el dinamismo de la economía interna.
Así, el Central se abre a un descenso en la tasa en caso de un abierto recrudecimiento de los problemas que enfrentan la Eurozona y Estados Unidos. El análisis del emisor indica que «lo más probable era un escenario en que el crecimiento de las economías desarrolladas fuera lento por un período prolongado», según la minuta.
De todos modos, también se discutió que un alza podría llegar a darse si las presiones inflacionarias futuras lo aconsejaran, básicamente producto del dinamismo mostrado por la economía interna y un alza en las expectativas de normalización.
«Una orientación restrictiva podría justificarse ante la evidencia de una moderación más lenta de la demanda interna, un estrechamiento más intenso de las holguras de capacidad internas, el riesgo de una eventual aceleración de las presiones inflacionarias por mayores costos laborales y/o mayores márgenes de comercialización, y la expectativa de una pronta normalización de la volatilidad en los mercados financieros internacionales», sentencia el texto.
El documento también se hace eco de la baja de las expectativas de crecimiento por parte de los actores privados del mercado, puntualizando además que los indicadores de actividad mostraban un comportamiento sólido, en concordancia con lo esperado por el Banco Central antes de la reunión.
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