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Cepal: Violencia y desigualdad limitan la democracia y son causa de pobreza y subdesarrollo


La violencia y la desigualdad son causa y consecuencia de la pobreza, la inseguridad y el subdesarrollo, a la vez que limitan la democracia, la libertad y reducen la calidad de vida de los habitantes de Latinoamérica y el Caribe, señaló Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y María Otero, subsecretaria de Estado de Estados Unidos para la Seguridad Civil, la Democracia y los Derechos Humanos.

Bárcena explicó que los países con grandes desigualdades de ingresos tienen más probabilidades de ser afectados por delitos violentos que las sociedades más igualitarias. Por el contrario, el crecimiento económico, una mejor distribución del ingreso y una mayor transparencia contribuyen a evitar la violencia.

«Los latinoamericanos queremos paz construida en democracia, con respeto a la dignidad humana. Hemos aprendido que la protección de nuestras democracias es tarea de todos», declaró.

En este sentido, en el ámbito de la democracia el Estado debe generar los espacios para la participación de los sectores excluidos. «Sólo será posible mejorar la situación de seguridad de nuestros países con más y mejor Estado, con más y mejor política, con más y mejor gestión», enfatizó.

Destacó como ejemplo que el costo de la violencia en Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) alcanzó en 2006 a 7,7% del PIB subregional, considerando pérdidas en salud, seguridad pública, justicia, gastos privados, pérdidas materiales y costos institucionales.

Por su parte, la subsecretaria de Estado de EE.UU. comentó que la protección de los derechos humanos, la promoción de oportunidades económicas y el fomento al sistema judicial y al imperio de la ley son tres pilares fundamentales para crear sociedades más justas, seguras y prósperas.

«La seguridad de la ciudadanía nunca se alcanzará sin atención a los derechos humanos, sin oportunidad económica y sin sistemas democráticos que estén constantemente siendo fortalecidos. El camino hacia la seguridad ciudadana y la democracia en el siglo XXI requiere un trabajo compartido entre Estados Unidos y todos los países de la región, para así lograr democracias más fuertes, seguras y mejores para todos sus habitantes», acotó.

Otero se refirió también a la importancia de la libertad de expresión, especialmente a la necesidad de contar con un acceso a Internet libre y abierto, ya que es una de las herramientas fundamentales para la participación ciudadana. En protección de los derechos individuales, precisó que es central evitar la discriminación y respetar a las minorías sexuales, así como a las personas discapacitadas. De igual forma consideró esencial para el ejercicio de estos derechos que los ciudadanos logren tener confianza en sus propios gobiernos y en el imperio de la ley.

Finalmente, sobre cómo frenar el tráfico ilegal de armas y drogas hacia la región, la autoridad estadounidense planteó la necesidad de que su nación y los países latinoamericanos trabajen de forma conjunta, ya que se trata de un tema urgente, que involucra muchos recursos y a otras regiones del mundo.

upi/so

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