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«Lo más probable es que Frei sea candidato sin primarias»

Cuánto podrá influir el gremialismo en la campaña presidencial de Sebastián Piñera es la pregunta que nace de la incorporación del ex presidente de la UDI al comando del empresario. Sobre todo por la histórica carga de antagonismo entre ambos personajes. Con su fama de gran estratega a cuestas Longueira analiza los recovecos del expectante momento político, y entra a definiciones de fondo sobre la agenda: «Es un veranito de San Juan para los estatistas», asegura.


Desconcierto es lo que genera Pablo Longueira al conversar con él después de asumida la decisión de apoyar a Piñera. Resulta casi un desconocido cuando asegura que «en algún minuto había que demostrar que hemos construido una centro derecha que ha terminado con los vicios de la derecha histórica. Donde las disputas, las diferencias, llegaban a un nivel personal en que, finalmente, terminaban arrastrando a los partidos políticos, incluso a las generaciones, a los hijos, y de por vida».

Pareciera que para él todo eso terminó. Quedaron atrás sus, en algún momento irreconciliables diferencias de forma y de fondo, tanto con el empresario como con parte de sus equipo.

En todo caso, Longueira aprovecha cada minuto para mostrar la convicción que lo asiste, tras una decisión que muchos no pueden creer aún, incluso al interior de la UDI. Y, por cierto, no le hacen mella las críticas anónimas acerca del rol protagónico que está asumiendo en la campaña presidencial. Al punto que asegura que «me hago cargo del liderazgo y lo que represento en la UDI y la gente de la UDI tiene confianza cuando yo asumo ciertos cargos».

-¿Qué cree que pensaría Jaime Guzmán si después del esfuerzo puesto en crear un partido «popular» viera que la UDI apoya la candidatura presidencial de un empresario, que sería la antítesis de los que ustedes quisieron formar?

-He pensado mucho en él. Creo que esta decisión también para Jaime habría sido muy simple, porque cuando hicimos todo para no tener candidato presidencial había que pensar en Chile. Los únicos responsables de no tener candidato presidencial somos nosotros mismos, por lo tanto, creo que Jaime hubiera hecho todos los esfuerzos para tenerlo, pero en esta hora, en la situación que estamos, creo que hubiera dicho que lo hicimos bien.

-En este contexto ¿cómo conjuga la UDI la aspiración del partido popular con la calidad de empresario de Piñera?

-Ninguno de nosotros ha planteado nunca como inhabilitante la calidad de empresario de S Piñera. Lo que hemos planteado es que él tiene ciertos intereses económicos y comerciales que, al menos yo considero, son incompatibles con la presidencia. Y él ha señalado que va a deshacerse de todos aquellos que estime incompatibles.

-¿Su rol es el de garante del proyecto UDI en el programa de gobierno de Piñera?

-La UDI ha querido que me incorpore con el presidente del partido en la instancia de coordinación estratégica de la campaña, la instancia más importante de la conducción. Se ha estimado que es lo más adecuado, yo no he pedido ningún cargo. Me hago cargo del liderazgo y de lo que represento en la UDI. La gente de la UDI tiene confianza cuando yo asumo ciertos cargos y entiendo que lo han hecho por eso. Son ellos los que tienen que dar las explicaciones de por qué razón voy a ocupar el cargo que voy a asumir. Me lo pidió Piñera, la UDI, y tengo muy claro que al estar ahí tengo, obviamente, que garantizar que el proyecto de la UDI sea un proyecto que va a tener su espacio, no solamente en la campaña sino que también en un futuro gobierno. Y esos fueron los principales temores que se manifestaron por los dirigentes en el Consejo Directivo Ampliado, si estiman que yo contribuyo a despejar esos temores, será parte del aporte que espero hacer. Tengo muy claro que la gente de la UDI saldría profundamente defraudada si, finalmente, no hacemos un gobierno para nuestra clase media y para los sectores más populares del país.

-¿Cómo podría convencer a quienes en su partido no están dispuestos a votar por Piñera porque no se sienten representados por él?

-En política es imposible darle el gusto a todo el mundo. Lo que uno tiene que hacer es actuar en conciencia y tomando las decisiones pensando en el país. Si hay gente que quiere darse ese gusto, que se lo dé. Así es la democracia. Pero hay que actuar con responsabilidad, hay que pensar en la gente que hoy más nos pide un cambio, que es gente muy modesta, muy sencilla. No lo piden los empresarios, la gente más acomodada, que a lo mejor se sentiría feliz con un quinto gobierno de la Concertación.

-Usted ha dicho que el país quiere un cambio porque la Concertación no ofrece nada nuevo, pero Piñera tampoco es nada nuevo si se considera que era precandidato de RN cuando Eduardo Frei y Ricardo Lagos también lo eran, en 1993.

-Cuando planteo lo nuevo no es un problema de rostros, me refiero a que lo nuevo es el cambio. En la Concertación siguen siendo los mismos, no hay ninguna capacidad de renovación de liderazgos estando 20 años en el poder. Por lo tanto, si no tiene esa capacidad, la ciudadanía tiene que pronunciarse por la continuidad o el cambio. Y creo, sinceramente, que hay una amplia mayoría que quiere el cambio, que nos va a dar la oportunidad de gobernar y para mí lo importante no es ganar, sino que gobernar bien y ese es nuestro gran desafío.

-A propósito de gobernar bien ¿No le parece populista plantear que hay que gastar los ahorros, que este gobierno ha generado, en proyectos sociales? Se lo pregunto porque se supone que esos recursos van a servir para sortear mejor la crisis los próximos dos años al menos.

-Yo creo que los ahorros que tiene Chile no se pueden gastar, porque desde el punto de vista macroeconómico eso es insostenible. No es posible que el país gaste esos recursos, tenemos que administrarlos bien.

-¿Y los proyectos sociales que ustedes han planteado?

-Los proyectos sociales tienen que tener el financiamiento adecuado y, obviamente, un nivel de gastos compatible con los equilibrios macroeconómicos. Aquí no hay espacio para populismos porque el populismo finalmente trae más pobreza. Por lo tanto, hay que asumir voluntades políticas que no han existido y priorizar la deuda social que está dejando la Concertación después de 20 años de gobierno, que creo que es enorme.

El estatismo regresa

-A raíz de la crisis económica que viene desde Estados Unidos, que salió al salvataje de varias empresas, para algunos debería imponerse la tesis de un Estado más fuerte. ¿Cómo ve un próximo gobierno de la derecha en este contexto?

-Las sociedades libres del mundo crecen más que aquellas más estatistas, generan más progreso y desarrollo que las que son más estatistas. Lo importante es tener un Estado fiscalizador, transparente, que regule en aquellas partes donde el mercado no es el mecanismo de mejor asignación. Creo que Chile ha ido construyendo un Estado eficiente, tanto es así, que las crisis que hemos tenido nos han permitido construir las regulaciones que permiten que hoy día el país no esté viviendo los fenómenos que viven, incluso, países más desarrollados. Porque, en la actualidad, tenemos una regulación, una fiscalización, un tamaño del Estado que yo considero adecuado para el país. Si en otros países se requiere más Estado, más regulación, más fiscalización -puede que ocurra y efectivamente hay episodios que son fruto de un mal Estado o de falta de regulación-, pero no es el caso chileno. Por supuesto que es un veranito de San Juan para los estatistas, que van a tratar de aprovechar para impulsar este tipo de iniciativas.

-¿O sea que es imposible que se vean algunos visos de estatismo en una campaña de la derecha?

-No, no lo creo. Lo que la gente va a pedir es más trabajo porque va a ser el problema más apremiante, por lo tanto el que dé más garantías de sacar al país de la situación en que vamos a estar el próximo año, ese va a ser el ganador. Y, obviamente, esa es una gran ventaja que tiene el candidato de la Alianza para enfrentar a Frei, que vivió una crisis, y las malas decisiones en su período las grabamos y creo que no hay dos opiniones que estas terminaron agravando la Crisis Asiática, por lo que no me parece que sea un buen candidato para el momento que debe enfrentar la Concertación.

-Más allá de la Crisis Asiática, en algún momento usted dijo que Frei podía ser el candidato más difícil, ¿sigue pensando lo mismo?

-Creo que la Concertación pasa por un problema muy complejo. No la veo con mística, con entusiasmo y creo que, finalmente, lo más probable es que Frei sea candidato presidencial sin primarias, por lo que ni siquiera va a tener la fuerza de haber ganado en una interna, va a ser una decisión cupular. Incluso en el cuadro que Frei no disminuya la distancia con Piñera, se podría dar que mucha gente empiece a pensar en que vuelva Lagos.

-En el actual escenario, ¿Usted diría que la derecha tiene la presidencial asegurada?

-No. Nunca he creído que sea así, muy por el contrario. Creo que tenemos que hacerlo bien, porque desconocer el potencial electoral que tiene la Concertación me parecería un profundo error. Nosotros tenemos que hacer las cosas bien, tenemos que posicionar a la Alianza para que sea atractiva para un segmento de chilenos que nunca ha votado por nosotros. Si hacemos las cosas bien, ganamos, pero no es fácil hacerlas bien y falta mucho tiempo.

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