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Déficit Atencional: ¿es necesario medicar a tantos niños? Destacado

Déficit Atencional: ¿es necesario medicar a tantos niños?

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Cuando Matías, el hijo de Luz María Pérez estaba en Tercero Básico, su profesora pidió llevarlo a un especialista para que viera si es que tenía Trastorno de Déficit Atencional. «Todo partió en el colegio, principalmente recomendados por una profesora que solicitó que llevemos al niño a un neurólogo. Nosotros al principio no creímos que fuera necesario, buscamos otro tipo de ayuda, más natural, como flores de Bach u Omega 3», recuerda.

El padre de Matías no quería medicarlo, pues para él su conducta era producto de la edad y de que los niños son inquietos. Sin embargo, su hijo no sólo bajó las notas, si no también su autoestima, como muchos de los niños que se terminan acostumbrando a que los llamen desordenados o flojos. «Lo llevamos a unas terapias de niño con un especialista infantil pero el avance era lento, más encima la misma profesora seguía insistiendo», asegura Luz María.

Y es que su hijo es uno de los más de 50 mil casos de niños con Déficit Atencional diagnosticado en nuestro país. Mundialmente es uno de los trastornos neuroconductuales más comunes en la niñez, que afecta entre el 5 y el 10 por ciento de los niños.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. el mejor tratamiento consiste en una combinación de medicamentos y terapia conductual. Uno de los más comunes es el Ritalín, nombre comercial del Metilfenidato, aunque no es el único tratamiento.

«Hay niños que tras una evaluación neurológica exhaustiva sí presentan déficit atencional y ahí es evidente que el medicamento funciona porque el menor lo necesita, a diferencia del niño mal diagnosticado que no lo requiere y que parece como dopado porque no le sirve, sólo es un niño inquieto que no necesita fármacos», explica la sicóloga clínica educacional Lorena del Río.

De acuerdo a su experiencia, la especialista cree que muchas veces los colegios fuerzan a los padres a medicar a los niños. «Prácticamente el profesor es el que ordena que el niño tiene que hacer uso del Ritalin para que esté tranquilo en la sala de clases y eso solo es el reflejo de un no manejo de la forma de expresión conductual del niño», asegura la experta.

Ésa es la presión que sintieron los padres de Matías. «Tuvimos poca ayuda de la profesora. Nos sentimos presionados y lo llevamos al neurólogo. Lo medicaron y nos dijeron que era normal, que no tenía consecuencias», recuerda Luz María. Ahora su hijo está en Sexto Básico, ha subido sus notas, mientras se controla cada dos meses.

«Ya se toma como natural, de sus compañeros al 80 por ciento lo mandaron al neurólogo. De hecho lo cambiamos de curso y el niño se siente más tranquilo académicamente hablando. Lo malo es que hoy en día sus pares son más sedentarios», explica la madre de Matías.

La sicóloga del Río recomienda que son los padres los que deben decidir qué es lo mejor para sus hijos, más allá de que no sean neurólogos. «Hay colegios especializados que han logrado que sea el niño el importante, con profesores que sepan manejar distintos tipos de conducta, pero son muy pocos. El resto de los colegios va por el lado de la excelencia académica por lo tanto un niño así le perjudica sus planes», sostiene.

Un síndrome cuestionado

Un estudio sobre la historia del trastorno en Chile realizado por los psicólogos Sebastián Rojas, del King’s College de Londres y Mónica Peña, de la Universidad Diego Portales, señalaba que entre 2009 y 2013 los casos de Déficit Atencional cubiertos por el sistema de salud público se duplicaron, pasando de 27.659 en 2009 a 52.895 en 2013.

Además, en la investigación se indicaba que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (International Narcotic Control Board, dependiente de la ONU), situó a Chile entre los 10 países del mundo que más consumen metilfenidato el 2013. “Con una demanda de 400.000 gramos, el metilfenidato es la segunda substancia psicotrópica más requerida por el Gobierno chileno a esa fecha”, decía.

Pero hay profesionales que no están de acuerdo con estos diagnósticos. En el 2014 el neurólogo Richard Saúl lanzó su libro «El Síndrome de Déficit Atencional con Hiperactividad no existe» donde planteaba que era un conjunto de síntomas causados por más de 20 condiciones distintas, que deben ser tratadas por separado. El especialista se mostraba preocupado por la cantidad de personas a las que se les dice cada año que padecen el síndrome y a su vez a la cantidad de niños a los que se les prescribe medicamentos para tratarlos, sin que para él sea una ayuda verdadera para los pacientes. Y no es el único que cuestiona estos diagnósticos.

El psicólogo de la Universidad Harvard Jerome Kagan, dijo en una entrevista en Spiegel el 2012,  que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH por sus siglas en inglés) es una condición inventada. «Cada niño al que no le está yendo bien en la escuela es enviado a ver a un pediatra y el pediatra dice: ‘Es Déficit Atencional, aquí está el Ritalin’. De hecho, el 90 por ciento de estos niños no tienen un metabolismo anormal. El problema es que si un medicamento está disponible para los médicos, harán el diagnóstico correspondiente», afirma.

El especialista aseguró que las farmacéuticas influyeron en hacer común este diagnóstico simplemente por razones económicas. Además Kagan sostuvo que al ser la prescripción de drogas innecesaria, solo termina siendo una solución más fácil para los profesionales tanto de salud mental como educativos.

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