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Universidad de Chile lanza pionero protocolo para la investigación del acoso sexual en las aulas Destacado

Universidad de Chile lanza pionero protocolo para la investigación del acoso sexual en las aulas

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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Conversamos con Carmen Andrade, directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, quien nos contó que dentro de la casa de Bello, también hay brecha salarial, pocas mujeres en el poder y una naturalización del acoso. Todo esto se pretende mejorar con políticas innovadoras, como cupos especiales para mujeres en ingeniería, jardines Junji en los campus, formación de especialistas para enfrentar el acoso y hasta una especie de pre y post natal para las estudiantes que sean mamás.


Fue el año 2013 cuando se creó la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, perteneciente a la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, para hacer políticas de igualdad de género dentro de la universidad y procurar que haya equidad entre hombres y mujeres. La necesidad de que existiera un organismo que se preocupara de esto, se vio claramente tras el trabajo de una comisión de académicas, profesoras, funcionarias y estudiantes, quienes hicieron un primer diagnóstico de género en la Universidad de Chile y que concluyó que «la Chile» es igual que el país. Las mismas discriminaciones salariales, sub representación de las mujeres en el poder y discriminaciones.

Carmen Andrade, socióloga y ex ministra del Sernam, se hizo cargo del organismo, que debe haber vivido uno de los momentos más difíciles el año pasado, con fuertes acusaciones en contra de varios profesores, entre los que destacan Fernando Ramírez y Leonardo León, acusaciones que empezaron a destapar algo que hasta entonces era un rumor a voces, el encubrimiento entre profesores y la cultura naturalizada del machismo. Así lo informó El Mostrador en su nota llamada Sexo, mentiras y denuncias: la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile y los casos de acoso y abusos. Y la confirmación de que es una cosa cultural, vino de parte de un profesor del Departamento de Historia, Gabriel Salazar, quien defendió a sus colegas: “Hay profesores que buscan más que una relación de amistad con las alumnas, pero a ellas (las denunciantes) yo las veo muy pintiparadas. Dando declaraciones de acá para allá. Yo no las vi muy destruidas psicológicamente. Los que sí están destruidos son los dos profesores acusados, Ramírez y León. Están jodidos. Yo no sé si un acoso estúpido da para la pérdida que se produjo por esto (la destitución de ambos). En la balanza es donde hay que ver”.

La semana pasada, la comunidad de la universidad recibió un informativo, en el que presentan el registro de fiscales y actuarios, académicos y funcionarios de distintas facultades que se capacitaron para realizar investigaciones relacionadas con acoso sexual, acoso laboral y discriminación arbitraria. Lo que se une al Protocolo de Actuación ante denuncias sobre Acoso Sexual, Acoso Laboral y Discriminación Arbitraria, que señala los pasos a seguir para denunciar e investigar este tipo de hechos. El escrito añade que “esperamos que estas iniciativas sean eficaces y ampliamente difundidas para contribuir a enfrentar todo tipo de violencia de género y/o abuso en la Universidad”.

Conversamos con Carmen Andrade sobre éste y otros avances de la pionera oficina que dirige y sobre el estado actual de las cosas en la universidad del estado.

– ¿Cuáles son las principales problemáticas de género en la universidad?
– Uno de los principales problemas de desigualdad, es que tenemos diferencias salariales entre hombres y mujeres, hay brecha. Otro de los problemas que se evidenció fue que hay segregación horizontal, es decir, aun cuando la matrícula es casi paritaria, las mujeres se siguen concentrando en determinadas áreas y las carreras feminizadas son las que coinciden con los menores salarios en el mercado laboral. También hay segregación vertical, o sea, que las mujeres se agrupan principalmente en los niveles inferiores de la cerrera académica. La carrera académica se va construyendo en distintas jerarquías. Los tops son los profesores titulares. Lo que encuentras en la universidad es que en los niveles de inicio están las mujeres, pero en los niveles superiores, casi no hay. Lo mismo pasa en los cargos directivos. Y bueno, el otro de los problemas que evidenció el estudio eran las situaciones de acoso sexual. Hicimos grupos, entrevistas y al principio salió tímidamente, pero luego se empezó a hacer más evidente que este era un problema en la universidad.

– Están cumpliendo cuatro años, cuéntame cuáles han sido los avances.
– La universidad hizo un programa pionero, mérito de las académicas de ingeniería, que es un programa de acceso preferente para mujeres en ingeniería. Abrieron 40 cupos adicionales para las listas de espera, que corre sólo para mujeres en esas carreras. Las mujeres en ingeniería tienen súper buen rendimiento, son muy buenas alumnas, pero tienen problemas en el ingreso. Hay estudios que dicen que las pruebas de ingreso tienen sesgo de género. Otra política que tenemos se llama de corresponsabilidad en el cuidado. Las alumnas que son madres, las funcionarias que son madres, las académicas que son madres, tiene muchas más barreras para el desarrollo de sus carreras. Una alumna que es mamá, empieza por postergar los exámenes y puede llegar a abandonar la universidad. En el caso de las académicas, la producción (escritos, publicaciones, etc) baja porque están criando y eso afecta la evaluación y por eso no llegan a los cargos directivos. Hicimos entonces una política universitaria y tenemos un acuerdo con el gobierno, para construir jardines infantiles en los campus universitarios. Vamos a tener cuatro que ya se están construyendo.

[cita tipo=»destaque»] Se están modificando los reglamentos de las académicas para que durante este periodo en que son mamás, en que no pueden tener producción académica como sus pares, no se les consideren las evaluaciones para que puedan competir en igualdad de condiciones. [/cita]

Como parte de esta misma política, hay un nuevo reglamento estudiantil que está hoy día en discusión, que genera una suerte de prenatal, postnatal, permiso por la salud de los hijos, un símil de lo que existe en materia laboral, pero para las estudiantes que son mamás. Si alguna de ellas tiene un hijo enfermo, el reglamento le permitiría presentar el certificado médico para que la excusen de los exámenes para que no pierda el ramo, hicimos un símil de la legislación laboral, adaptado a la universidad. Se están modificando los reglamentos de las académicas para que durante este periodo en que son mamás, en que no pueden tener producción académica como sus pares, no se les consideren las evaluaciones para que puedan competir en igualdad de condiciones.

– Maravillosas noticias para estudiantes, profesoras y funcionarias. ¿Y qué ha pasado con el acoso sexual?
– En el tema del acoso sexual, hemos entrado por el lado de la formación, porque el acoso sexual está súper normalizado, bueno, en todas partes. Sólo que acá, lo que lo complejiza es que cuando se trata de profesores y alumnas, existe una relación de poder. De este profesor depende el ramo, la carrera, la práctica, depende el futuro de las chiquillas. Es muy desigual, muy asimétrico. Así que hemos partido por hacer una labor interna de concientización con talleres, coloquios, seminarios, conversaciones, pero orientados hacia lo formativo. También hacemos cursos de género y violencia para los alumnos de pregrado porque lo que nos interesa es cambiar conductas. No es solamente perseguir, sancionar. En paralelo, se aprobó un protocolo de actuación, que lo que indica es básicamente qué hago si me acosan o si conozco alguna situación de acoso. Esto fija líneas de conductas, es decir en la Chile no se tolera el acoso.

– También capacitaron a académicos y funcionarios…
– Nosotros somos una universidad pública y en los servicios públicos cuando hay faltas, se hacen sumarios administrativos. A cualquier académico le puede tocar integrar una comisión de sumario. Pero el punto es que los casos de acoso sexual son de una entidad distinta porque afectan la habilidad de las personas, porque hay que saber preguntar de manera de no revictimizar, hay que tener cierta preparación. Así que hicimos una capacitación para académicos y funcionarios hombres y mujeres de las distintas facultades, junto con la dirección jurídica de la universidad, para preparar una suerte de staff de personas especializadas, que tiene elementos teóricos, prácticos, normativos para enfrentar el acoso. De manera que si hay alguna situación de acoso sexual, los decanos, que son los que tienen que ordenar las investigaciones, puedan recurrir a estos especialistas y nosotros les hemos sugerido además que sean de otras facultades para que no estén vinculados. Y el broche de oro, que esperamos tener pronto, es que hicimos una política universitaria, que no solamente tiene estos temas formativos, sino también tiene prevención, protección de las víctimas, formación, una política integral.

– Esto es novedoso en nuestro país…
– Me da pudor, pero somos bien pioneras. En las universidades hay centros de estudios de género, hay cursos de género, pero estos son mecanismos para hacer políticas de género adentro de la universidad. Es bien novedoso en Chile y en América Latina también.

– ¿Han sentido el machismo?
– Resistencia no hemos sentido. Lo que sí es que sientes que hay que hacer un trabajo de concientización, que el ser académico, tener títulos universitarios, muchos estudios, no necesariamente te hace tener una visión sobre la igualdad de género. Para la universidad este es un tema nuevo, sobre el cual no habían reflexionado, no lo habían visto, es una tarea ardua. Pero no nos encontramos con una oposición. Por ejemplo, este protocolo lo llevamos al consejo, donde está toda la plana mayor, el rector, los vicerrectores y todos los decanos. Discutimos sobre el tema del acoso, puntos de vista, nos plantearon sus preocupaciones, cómo se va a medir, cómo se prueba. Una vez hecha la discusión, se votó y la aprobación fue unánime.

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