Bella y Sana
El término técnico que podría aplicarse es «parálisis del sueño», un subtipo de parasomnia o trastorno del sueño.
El verano pasado, tras quedarse dormida después de jugar Pokémon Go en su teléfono, una mujer moscovita se despertó sintiendo una aplastante presión.
Abrió sus ojos y, aparentemente, vio que estaba siendo atacada por un Pokémon de verdad.
En estado de pánico, pero sin poder hablar, forcejeó con la criatura, mientras su novio seguía durmiendo a su lado.
Finalmente, pudo levantarse y el Pokémon se desvaneció. Después de revisar rápidamente su casa, la mujer reportó el ataque a la policía.
La noticia se difundió rápidamente y terminó apareciendo en las actualizaciones de mi cuenta de Twitter.
Sin embargo, como psicólogo experimental con un enfoque particular en experiencias perceptivas anómalas, pensé que eso «podría haberle pasado a cualquiera».
Elfos y espíritus malvados
La breve, aunque aparentemente paradójica explicación, es que la mujer podría haber estado despierta y soñando al mismo tiempo.
Los recuentos históricos de ataques demoniacos tienen mucho en común con el entendimiento moderno de la parálisis de sueño. Foto: Getty Images.
Dejemos, por un momento, al Pokémon de lado y revisemos su relato, según el cual no se podía mover y tenía una aplastante presencia encima.
El término técnico que podría aplicarse aquí es «parálisis del sueño», un subtipo de parasomnia o trastorno del sueño.
Además de la incapacidad de moverse, suele estar acompañada de vívidas alucinaciones multisensoriales, frecuentemente manifestadas como visiones de un intruso en la cama que, físicamente, presiona a la persona dormida.
Hay registros de ese tipo de incidentes que se remontan incluso hasta el año 400 a.C.
Los investigadores de la parálisis del sueño Brian Sharpless y Karl Dograhmji recopilaron 118 distintos términos que describen experiencias parecidas a la parálisis del sueño.
Así, por ejemplo, los alemanes tienen términos como hexendrückeno «presión de brujas» y alpdrücken o «presión de elfos».
Las historias del folklore noruego incluyen los vartalfar, unos elfos malvados que le disparan flechas paralizantes a las personas, antes de posarse sobre sus pechos.
En Japón el término, kanashibari se refiere a quedar atado mágicamente por un metal invisible.
Los kurdos hacen referencia al mottaka, un espíritu malvado que sofoca a la gente durante la noche.
Bridget Bishop fue la primera víctima de los «Juicios de Salem». Hoy se cree que la evidencia en su contra podría haber incluido el recuento de un caso de parálisis de sueño. Foto: Getty Images.
Los científicos también han teorizado que las experiencias de parálisis del sueño podrían explicar algunos relatos modernos de abducciones alienígenas.
Así que no me parece un enorme salto lógico incluir ataques de Pokémon en esas explicaciones.
En aras de la comparación, recordemos el «testimonio» dado por Jon Loudner durante los tristemente celebres Juicios de las Brujas de Salem en 1692.
Durante su comparecencia dijo que, al despertarse en medio de una noche, «vi claramente a Bridget Bishop, o su imagen, sentada sobre mi estómago».
Y, al igual que la mujer moscovita y el caso del Pokémon, Loudner describió una sensación aplastante y de parálisis que le interrumpía la respiración.
Tras su testimonio, como lúgubre acotación histórica, Bridget fue ejecutada en la horca, convirtiéndose en la primera víctima de la cacería de Salem.
Misterio persistente
La brujería es una explicación menos popular actualmente, pero los mecanismos fisiológicos precisos que resultan en la parálisis del sueño aún no se entienden completamente.
El sonambulismo de lady Macbeth reflejaba su culpa. Pero ahora entendemos las causas neurológicas de este extraño estado de conciencia. Fotos: Alamy
Lo que sí se sabe es que, cuando soñamos, nuestras acciones normalmente están limitadas a nuestra imaginación.
Todos tenemos un mecanismo interno de seguridad, especie de interruptor que nos impide actuar físicamente las acciones que soñamos.
Así, cuando crees que está siendo perseguido por un monstruo en tu sueño, no te levantas realmente y embistes la pared de tu habitación.
Sin embargo, nuestros cerebros son sistemas altamente complejos y, como tales, son proclives a sufrir desperfectos ocasionales.
Uno de esas fallas es bien conocida: el sonambulismo, que ocurre cuando la parálisis se reduce demasiado pronto, mientras sigues dormido.
En el otro extremo, a veces la parálisis persiste, incluso cuando estás despierto.
Sucede típicamente al borde del sueño, cuando te estás despertando o a punto de caer dormido.
Puedes estar consciente, con los ojos abiertos, pero completamente incapaz de mover tu cuerpo y, comprensiblemente, la experiencia puede ser alarmante.
Tales problemas pueden ser una consecuencia de un trastorno más general del sueño.
Algunos experimentos de laboratorio han mostrado que las experiencias de parálisis del sueño pueden ser inducidas cuando despiertas, repetidamente, a los participantes de sueños profundos.
Y los expertos calculan que hasta la mitad de la población experimentará parálisis del sueño por lo menos una vez en su vida.
Visiones en bloques
Pero volviendo al extraño caso en Moscú, ¿por qué esa alucinación apareció, entre todas las criaturas posibles, como un Pokémon?
La conexión entre los videojuegos y los sueños está bien documentada. Foto: Getty Images
Dada su naturaleza altamente subjetiva, los sueños son notoriamente difíciles de estudiar científicamente.
Sin embargo, la conexión entre los juegos de videos y los sueños es una de las áreas de investigación mejor documentadas.
En 2000, un equipo científico liderado por Robert Stickgo, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, EE.UU., reportó que quienes jugaban Tetris consistentemente reportaban ver «imaginería hipnagógica», relacionada al videojuego.
Antes de dormir, experimentaban visiones de los icónicos bloques cayendo.
Y resultados similares se han obtenido usando otros juegos de video.
Esa evidencia ha sido utilizada para apoyar la idea de que dormir podría servir para «consolidar» recuerdos de nuestra vida consciente.
La consolidación es un término que se refiere al proceso de reforzar y fortalecer recuerdos nuevamente creados.
Varios experimentos han demostrado que a las personas que se le dan tareas basadas en la memoria, tendrán mejores resultados si tienen oportunidad de dormir después del aprendizaje.
Así, parecería que nuestras mentes usan el sueño como espacio de ensayo para practicar la solución de problemas.
«Sueños» de ratas
Más evidencia surge de un examen de la actividad cerebral en ratas dormidas, aunque es un campo de investigación difícil, ya que los científicos tienen que inferir precisamente cómo la actividad eléctrica puede relacionarse a la experiencia fenomenológica.
En un experimento, un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts, EE.UU., insertó electrodos directamente en el hipocampo de las ratas, una parte del cerebro asociada con la forma como formamos recuerdos de espacios físicos.
Al parecer el cerebro de las ratas recrea el camino que el animal recorrió en un laberinto cuando está dormido.. Foto: Getty Images
Los electrodos le permitieron a los investigadores observar la actividad neural, en tiempo real, de las actividades de células específicas del hipocampo, con un pico registrado cada vez que una de las células era activada.
Mientras las ratas estuvieron conectadas, aprendieron a recorrer un laberinto que tenía, al final, alimento como recompensa.
Posteriormente, mientras las ratas dormían, los científicos dejaron a los electrodos tomando registros.
Y, durante el sueño, las células en el hipocampo se encendieron, indicando que los patrones de activación correspondían con los patrones asociados con el recorrido correcto en el laberinto.
De nuevo, no podemos preguntarle a los roedores lo que estaban experimentando, pero los resultados indican que estaban practicando lo que habían aprendido antes de dormirse.
Se debe advertir que ese trabajo no demuestra un nexo causal directo entre el sueño y los recuerdos.
El sueño en sí mismo podría no hacer que los recuerdos se refuercen, sino que podrían ser simplemente una especie de efecto colateral del proceso de consolidación.
En otras palabras, la aterradora alucinación de la mujer moscovita no sólo es un hecho relativamente normal, sino que podría mostrarnos una ventana hacia la naturaleza del sueño y las razones por las que soñamos.
Y es algo que vale la pena tener en cuenta, si alguna vez te encuentras experimentando una visión fantástica, mientras estás en el umbral del sueño.
