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Por qué responsabilizan a un juez por el asesinato que conmociona a Argentina Destacado

Por qué responsabilizan a un juez por el asesinato que conmociona a Argentina

Pese a las recomendaciones de peritos que decían que el presunto homicida de Micaela García no estaba apto para reinsertarse en la sociedad, un juez le otorgó libertad condicional.


Carlos Rossi ha sido tendencia varios días en Twitter al otro lado de la Cordillera. El juez de Ejecución de Penal de Entre Ríos, fue quien liberó -contra las recomendaciones de los peritos- a Sebastián Wagner, el principal sospechoso del crimen de Micaela García.

La autopsia confirmó que la joven de 21 años murió estrangulada el sábado 1 de abril, el mismo día en que desapareció. Según los especialistas forenses, la causa específica es “asfixia por compresión mecánica de cuello”. Aún falta determinar si hubo ataque sexual anterior o posterior a la muerte.

El magistrado pidió licencia por 20 días tras la ola de críticas que recibió tanto de la ciudadanía como del mundo político, quienes exigen su destitución por otorgar la libertad condicional a Wagner, condenado a nueve años de cárcel por dos violaciones.

Este caso ha abierto el debate en Argentina. El ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, pidió modificar la ley para no otorgar libertad condicional a quienes intervinieron en homicidios, secuestros seguidos de muerte y delitos sexuales. Aseguró que darles el beneficio de revisar las condenas «significa un menoscabo del derecho de las víctimas», informó El Clarín.

Fue el propio presidente Mauricio Macri quien mostró su enojo ante la decisión judicial que dejó salir de la cárcel antes de tiempo al sospechoso. “A este tipo de jueces no los podemos tener”, dijo. También se sumó el ministro de Justicia, Germán Garavano, quien consideró que “debería renunciar” o “el Consejo de la Magistratura debería removerlo”.

El pedido de destitución de Rossi también llegó a la plataforma Change.org  y ya reúne 9 mil firmas.

Incluso el hermano gemelo del sospechoso, Maximiliano Wagner dijo que no podía creer que estuviera libre: «Una persona si no está bien, no debería estar libre, tendría que estar preso». Y agregó: «Si yo fuera juez, pena de muerte no se la deseo a nadie, pero que no salga más, una persona así es mejor que esté presa que este acá con la gente» .

Además, se conoció el caso de una niña de 13 años, amiga de la hija de su pareja, quien denunció que la había querido manosear cuando se cambió de ropa para ir a una piscina.  Luego le habría mandado unos mensajes de texto que decían: “Cuando te agarre, te hago mía. La otra vez te salvaste, pero la próxima te hago mía. Te voy a hacer mía, vas a ver», según contó el padre de la menor tras hacer la denuncia con los mensajes de texto.

La libertad cuestionada

Sebastián Wagner fue condenado en agosto del 2012 a nueve años de prisión por haber violado a dos jóvenes en Entre Ríos en julio y noviembre del 2010. Él reconoció los abusos. Hubo un tercer caso que se le imputó pero fue absuelto porque no se pudo determinar si fue él o su hermano gemelo.

Tras cuatro años de prisión, su defensa pidió la libertad en junio del año pasad, la que fue otorgada por Rossi el 1º de julio. En la sentencia, el juez considera que «se resalta saludablemente el cambio actitudinal de Wagner así como una positiva modalidad de resolución de conflictos».

El magistrado otorgó la liberta pese a que tres informes lo desaconsejaban: eran las conclusiones de los peritos del juzgado de Rossi, del Equipo Técnico Criminológico de la cárcel donde estaba detenido,y era  además el dictamen del Fiscal que rechazaba la libertad, informa Infobae.

«Tiene poca adhesión con el daño causado… como también a lo referido a la libertad sexual de terceros», dijeron los especialistas.

 

Un equipo interdisciplinario del juzgado se pronunció en contra del pedido: «No ha desarrollado una evolución favorable por lo que el grado de reinserción social alcanzado no admite un pronóstico favorable para el acceso al instituto de la libertad condicional, conclusión que se arriba en términos probabilísticos, conforme criterios de razonabilidad pero cuya certeza no es absoluta», dijeron los peritos y recomendaron profundizar su tratamiento relativo a su problemática de violencia sexual y al consumo de drogas.

Los especialistas señalaron que Wagner «no alcanzaba un análisis profundo y sentido respecto de los actos reprochables que cometió. Sin presentar indicadores de compromiso afectivo en relación al delito cometido y sin una genuina valoración respecto del daño producido».

Además, se manifestaba que el presunto asesino de Micaela no tenía «adherencia de parte del interno como tampoco a lo referido en relación a la libertad sexual de terceros y mantiene un inadecuado control de los impulsos, escasa capacidad reflexiva».

Por su parte, el Equipo Técnico Criminológico también desaconsejó la libertad condicional. El informe señala que el interno «mantiene un inadecuado control de los impulsos con posible pasaje al acto; no está pudiendo reflexionar en relación a lo ocurrido por eso se trabaja en pos de que pueda hacerse cargo de sus actos y en consecuencia de sus causas, ya que no está logrando dimensionar las consecuencias ocasionadas por las mismas».

Con esos informes, el fiscal Lisandro Beheran estaba en contra de la libertad. «La incorporación del penado a una etapa final del régimen progresivo de la pena (la de menores restricciones) no es procedente por no reunir las condiciones necesarias para pronosticar una adecuada reinserción social», concluyó.

Sin embargo, el juez Rossi sostuvo que esos informes no son vinculantes para los magistrados y deben ser tomados «como meras pautas evaluativas o sugerencias».

«Sin perjuicio de no contar con un pronóstico positivo de reinserción social dictaminado por peritos (…), Wagner se encuentra posicionado favorablemente para acceder a la soltura anticipada de la manera por él impetrada», señaló Rossi en su resolución.

Entre los argumentos del juez, se indica que Wagner no es reincidente, no cometió los delitos que impiden acceder a la libertad condicional, cumplió los dos tercios de la pena –tuvo una reducción de 11 meses en su condena por asistido a clases y cursos durante su encierro– y no violó ninguna libertad condicional previa.

También destacó que desde que accedió en marzo de 2015 a salidas transitorias socio-familiares (a la casa de su abuela y de su pareja) «ha demostrado la observancia de las normas de soltura impuestas por este Tribunal». Ese beneficio lo violó en una oportunidad en la que no volvió a la cárcel y fue detenido en la calle por la policía. Pero el juez entendió que fue un hecho «de menor entidad» por «no haber tenido dicha falta repercusión en terceras personas».

«El causante más bien, ha demostrado, en este tiempo -período de prueba- de salidas familiares, que ha acatado las normas que le fueran impuestas, y ello por lo tanto significa que ha sabido internalizar normas de adecuado ensamble social, siendo así suficiente en el presente el modo y tiempo que ha gozado bajo éste régimen, para proyectarlo hacia un egreso de mayor amplitud de responsabilidad como el que aquí solicita», entendió el juez.

En sus consideraciones, Rossi resaltó que después de las violaciones por las que Wagner fue condenado «tal conducta no se ha replicado con posterioridad en el causante, ni se ha podido advertir alguna exteriorización de una tendencia abusadora».

De hecho, el juez cuestiona a los peritos por intentar «perpetuar en Wagner la idea de la conducta que se encuentra penando». Además, critica la situación carcelaria de Entre Ríos por no contar con una política penitenciaria para las personas con adicciones y las condenadas por delitos sexuales.

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