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Stay-at-home mom: una dueña de casa moderna Yo opino

Stay-at-home mom: una dueña de casa moderna

Milca Pérez
Por : Milca Pérez Porteña, diseñadora, creativa, viajera y mamá. Ha trabajado para organizaciones internacionales y en proyectos independientes en temas de educación y maternidad desde donde reside (por ahora), Australia. www.milcaperez.com
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El término es usado en países de habla inglesa para definir el trabajo de una madre o padre que se queda en casa enfocado en la crianza a sus hijos.

El significado de stay-at-home mom o full-time mom puede variar en cada familia porque somos individuos libres, decidiendo por nuestros intereses personales.

Sin embargo, una descripción interesante del término (aquí encontrarás la fuente) nombra algunas de las tareas de una stay-at-home-mom: limpiar la casa, cocinar y comprar los alimentos, planificar eventos, profesora, contadora y chofer.

Según esta descripción, si las madres de tiempo completo fueran remuneradas, el sueldo seria de alrededor $3.000.000 al mes.

Una carcajada me sale del alma después de leer esa descripción y una diminuta e inocente esperanza que quizás nuestras nietas serán madres de tiempo completo remuneradas y reconocidas.

Por el momento, comparto mi propia experiencia de cómo llegué a convertirme en una “dueña de casa moderna”, viviendo lejos de mis raíces en Chile.

Nunca digas Nunca…

Cuando con mi “pololo” (hoy es mi marido y padre de mis hijos) tuvimos una conversación acerca del “futuro juntos” me dijo: “Quiero que tú críes nuestros hijos, eso significa que te quedarás en casa para dedicarte 100% a ellos”, me sentí terriblemente atacada por lo que percibí en ese momento como una idea machista.

Años más tarde y yo más madura, me imagino a mi marido diciéndome algo así: eres la mujer de mi vida, la madre perfecta para nuestros hijos, quiero que les enseñes tus cualidades, que los ames, cuides y hagas feliz como me haces a mí. Sin embargo, mi marido no tiene ninguna inspiración poética como yo, es más bien directo y práctico.

[cita tipo=»destaque»] Miré a mi bebe, lo vi tan pequeñito a sus seis meses de vida, indefenso, me sentí tan curiosa de qué gracia haría el día de mañana y decidí quedarme con él por otros meses más, lo que significó dejar una prominente nueva carrera con un ascenso incluido. [/cita]

Pero, en ese momento, mi foco era YO. Yo, una mujer independiente; yo, exitosa en mi carrera, viajando y estudiando en el extranjero, convertida en una “dueña de casa”, sacrificando mi carrera profesional. Mi respuesta fue: “NO ME VEO CRIANDO, pero creo que eso lo podemos discutir en su momento…”.

Llegó el momento

El momento llegó tres años más tarde de esa conversación, luego de un muy buen embarazo y parto, llegando a nuestro hogar con un nuevo miembro de la familia (un ser diminuto, llorón y hambriento), pero muy inyectados de amor. Entonces nos preguntamos: ¿Y ahora qué?

Estuvimos las tres primeras semanas los tres solos, enfrentando y aprendiendo de los retos de ser padres primerizos.

Después de seis meses de mi vida de mamá, recibí el primer email de mi ex-manager preguntando si volvería a trabajar en los próximos meses.

Miré a mi bebe, lo vi tan pequeñito a sus seis meses de vida, indefenso, me sentí tan curiosa de qué gracia haría el día de mañana y decidí quedarme con él por otros meses más, lo que significó dejar una prominente nueva carrera con un ascenso incluido.

Conversamos con mi marido y “tiramos lápiz” (calculamos el presupuesto familiar) y obviamente un salario menos nos costaría dejar los lujos que tuvimos como pareja y los míos propios. Por suerte, nunca nos endeudamos más de lo que podíamos pagar con un sueldo.

Sobre mi carrera, sí me dio tristeza porque me gustaba mucho, pero pensé: trabajo siembre habrá y yo soy creativa así que buscaré algo que hacer, pero mi bebé será bebe sólo una vez en la vida, no me puedo perder esta oportunidad.

¿Qué es para ti ser mamá de tiempo completo?, pregunté en mi círculo cercano y estas son algunas de sus respuestas:

• “No perderme ningún momento del crecimiento de mi bebé”.
• “Que no me cuenten, como estuvo el día de mi hijo, sino que yo le cuente a mi pareja qué ha hecho nuestro hijo hoy”.
• “Ser los responsables desde el engendramiento, del nacimiento y crianza de nuestros hijos”.
• “El trabajo más pesado del mundo, 24 horas, 7 días, no vacaciones”.
• “No tiempo para dormir, pero una sonrisa de mi bebé me hace recordar lo que realmente importa en la vida y que no se puede comprar con dinero”.
• “A veces no tenemos dinero para ponerle bencina al auto, pero caminamos todos juntos de la mano a la estación de bus muy felices, es una aventura”.
• “Me levanto a las 5 am a hacer ejercicios. Mi marido levanta y viste a las gemelas, vuelvo a las 6am, me ducho, le doy teta a las bebés y nos vamos al trabajo los cuatro juntos. Así todos los días es un trabajo duro, pero en equipo, que nos llena de gratificación”.

“Se necesita toda una villa para criar a un niño”

La crianza, muchas veces, puede ser un tema no hablado en el periodo del embarazo o planificación familiar. Generalmente se asume que tu vida de mamá/papá volverá a “la normalidad” después de tener tu hijo y se presume que las alternativas para la crianza (salas cunas, nanas, familia) serán la opción.

En nuestro caso (y conozco muchos más), viviendo lejos del núcleo familiar, sin una villa o “tribu” cercana que pueda colaborar en la crianza. Ya sea porque la familia está dispersa por el mundo, o son parejas provenientes de diferentes culturas, o deben adaptarse a nuevos idiomas, costumbres, y sólo Dios sabe, qué otros desafíos enfrenta cada familia en la crianza de sus hijos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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