Cuidado
La actriz confesó que en un momento de mucha ansiedad perdió los dientes y pidió que se tomara conciencia del estrés como enfermedad.
Demi Moore (54) asistió al programa de Jimmy Fallon para promocionar su nueva película, Rough Night, pero toda la atención se la llevó una imagen. «Nos enviaste una foto y es una de las cosas más locas que jamás haya visto», le dijo el animador por una fotografía tomada años atrás en la que se puede ver a la actriz muy sonriente y sin dos de sus dientes frontales.
De manera distendida y relajada, pero también con seriedad, Moore explicó: «Se me cayeron dos dientes frontales. Me encantaría decir que sucedió mientras hacía skate o algo realmente cool, pero creo que se trata de algo que es importante compartir porque es, después de las enfermedades del corazón, uno de los mayores asesinos en los Estados Unidos. Hablo del estrés».
La interprete dijo que quiso revelar lo que le pasó para tomar conciencia de lo que puede pasar con el estrés. Además, contó que sus hijas estaban encantadas con verla así, porque la hacía «lucir más vulnerable y más humana».
Existen numerosos informes realizados acerca de los efectos que puede producir el estrés en el cuerpo y el impacto que los trastornos que afectan al sistema nervioso pueden llegar a generar en el resto del organismo.
Luego de confesar que perdió los dientes en un momento de mucha ansiedad, de manera más jocosa celebró los avances de la salud dental: «Gracias a Dios por la odontología moderna. Gracias por todos aquellos que practican la odontología».
Estrés en los dientes
Hay diversas situaciones de estrés que pueden afectar los dientes, como los cambios en el pH de la boca que puede provocar daño en el esmalte de los dientes, entre otras cosas.
Pero es el bruxismo -apretar los dientes de manera involuntaria- el principal problema relacionado con el estrés, pues la tensión hace que los dientes se desgasten y, en casos extremos, se rompan.
No es tan fácil detectar el problema. Según el especialista en implantología, Felipe Silva, el paciente «generalmente se queja de dolores musculares en la zona de cabeza y cuello, incluso en la zona de la espalda, pero no se da cuenta que tiene un problema en los dientes, a menos que el desgaste sea demasiado».
Por eso es necesario evaluar la causa del bruxismo, como la tensión a la que está sometido en la vida diaria o trastornos de sueño, lo que puede llevar a un tratamiento multidisciplinario si el paciente lo requiere, con un tratamiento psiquiátrico o psicológico para combatir el estrés y con kinesiólogo para corregir la postura o daños en la madíbula. Además, también se puede recurrir a medicamentos como relajantes musculares, analgésicos, antiinflamatorios y/o ansiolíticos.
Un tratamiento paliativo también es el uso de placas o planos de relajación. “El dispositivo busca aminorar los daños provocados por la fuerza de la mandíbula sobre los dientes, músculos y articulación», señala Silva.
La terapia más novedosa es la aplicación de bótox en los puntos de dolor, que aunque también es un tratamiento transitorio -dura aproximadamente tres meses-, provoca rápido alivio al relajar los músculos tensos.
