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Chilena en España relata cómo mujeres acceden a un aborto libre, seguro y gratuito Yo opino

Chilena en España relata cómo mujeres acceden a un aborto libre, seguro y gratuito

Constanza Portigliati
Por : Constanza Portigliati Periodista Universidad Diego Portales. Fue investigadora y realizadora del Área de Reportajes de Canal 13 y Área de Reportajes de Chilevisión. Actualmente estudiante del Máster Periodismo Multimedia en la Universidad Complutense de Madrid y practicante en la Agecia EFE TV.
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Lo primero que aparece en la búsqueda de google cuando hago el ejercicio y tecleo “quiero abortar” es una lista de Clínicas IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) y páginas que te guían para poder abortar. No existen causales ni condiciones, sólo depende de la decisión de la mujer y es absolutamente gratis si lo realizas a través de la seguridad social, sistema de salud implementado por el Estado español.

¿Pero cuánto demoró en España en legalizar el aborto?, ¿será tan fácil y seguro como se lee en la web?, ¿qué tan alejado está Chile de esta realidad?

La historia es la siguiente. A pesar de que durante los años 30 hubo algunos períodos de tiempo donde el aborto fue legal, no fue hasta 1985, diez años después de la muerte y salida del dictador Francisco Franco, que se despenalizó en tres causales: riesgo para la salud de la mujer, violación y malformaciones del feto.

Leíste bien. Hace 32 años que España tiene lo que en Chile aún se está discutiendo.

El 5 de julio del 2010 se promulgó la “Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo”, que legalizó el aborto libre para mujeres mayores de 16 años hasta las 14 semanas de embarazo. Se determinó también que en caso de riesgo de la madre o inviabilidad del feto el plazo se extendería hasta pasado la semana 22, previo análisis de un consejo médico.

Pero el año 2015, bajo el gobierno del Partido Popular (actuales gobernantes), la ley fue modificada para las menores de edad, quienes desde ese año deben tener el consentimiento de sus padres o tutores. Las mayores de edad siguen teniendo la posibilidad de acceder a un aborto libre, seguro y gratuito.

¿Pero cómo se hace concretamente?

El primer paso es ir a tu doctora de cabecera, quien debe confirmar la existencia de un embarazo que no supere las 14 semanas. Comprobado esto se deriva a un trabajador social quien “tiene como único objetivo dar contención a la paciente”.

Tal como me comenta Eva, una de las trabajadoras de un Centro Médico de la Comunidad de Madrid “lo que nosotros hacemos es guiarla, saber si efectivamente es una decisión que ella tomó o si está siendo presionada por su pareja o algún familiar, cuáles fueron las causas de ese embarazo, si es que ha existido violencia machista, etc”.

Según la profesional, la causa número uno de los embarazos no deseados es la nula utilización de métodos anticonceptivos en personas que tienen una relación estable o un encuentro casual. “Hay mucha información dando vueltas, el problema es que muchos son mitos. En ese sentido, jóvenes y adultos son víctimas de la ignorancia”.

Reconoce que en España la educación sexual está al debe. “Lo que está pasando es que los jóvenes se están contagiando de VIH, sífilis, gonorrea, papiloma humano, etc. No hay conciencia y todos creen que eso no va con ellos, que nunca les va a pasar”.

Por esto, la trabajadora social ayuda a que la paciente no vuelva a repetir un embarazo no deseado y tenga una sexualidad responsable.

Tras comprobar que la decisión es 100% de ella, se deben esperar tres días denominados “de reflexión” para que la paciente confirme la voluntad de realizar un aborto.

Luego derivan a la clínica IVE más cercana a tu domicilio, donde dan una hora que no pasa de los tres días siguientes. Para embarazos de menos de 12 semanas, la intervención suele durar entre 5 y 10 minutos y en un máximo de tres horas la paciente está fuera de la clínica.

Es absolutamente gratis para las mujeres afiliadas a la seguridad social. Las extranjeras en situación irregular o mujeres que quieran viajar a España para realizarse un aborto pueden acceder pagando entre 300 y 500 euros dependiendo de las semanas de embarazo, es decir, entre 210 y 350 mil pesos chilenos.

Según cifras del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad español, desde que se legalizó el aborto libre las intervenciones han bajado consecutivamente, llegando el año 2015 a 94.188 intervenciones, correspondientes a 10.46 abortos por mil mujeres.

La mayoría de intervenciones las realizan mujeres entre 30 y 34 años, seguidas por las de 25 a 29 años. En cualquier caso, el 89,46% ha sido por voluntad propia y sin argumentar ninguna de las causales que hoy se están discutiendo en Chile.

Mientras tanto, en nuestro país no existen cifras oficiales. El Ministerio de Salud estima que el año 2015 se realizaron 33.000 abortos, cifra que el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva duplica según sus estudios.

Lo cierto es que hoy somos uno de los 5 países del mundo que prohíbe el aborto en cualquier caso.

Y el escenario pareciera que no va a mejorar. En un año de elecciones presidenciales, sólo dos precandidatos, Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, están a favor de un aborto libre, seguro y gratuito. Felipe Kast dice estar en contra “porque es liberal”, Sebastián Piñera pregunta en televisión si “estaría dispuesto a matar” a un feto inviable y Manuel José Ossandón cree que las mujeres “tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, pero no sobre otra vida”.

No suena extraño si pensamos en cómo Chile coarta la libertad de hombres y sobre todo mujeres. Nacimos en un país donde las mujeres tienen derecho a votar desde hace sólo 68 años y donde los chilenos y chilenas que vivimos en el extranjero podremos hacerlo por primera vez.

Mirar desde afuera nuestro país lo hace ver a veces prehistórico, siempre preocupado de los índices económicos, del desarrollo, de seguir siendo los jaguares de Latinoamérica y tan conservador, dictatorial e hipócrita que da pena. Pero al mismo tiempo guardas siempre la esperanza que las cosas van a cambiar, que en un futuro cercano las mujeres podremos decidir libremente, sin miedo algo tan personal y fundamental como ser madres.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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