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Gestación subrogada en Chile: ¿un debate pendiente? Debate

Gestación subrogada en Chile: ¿un debate pendiente?

Mientras en el mundo se discute cómo debe regularse el tema de los «vientres de alquiler» -y si se transgrede el derecho de las mujeres o no-, en Chile no existe ninguna norma que permita esta práctica.


Mientras en Chile se discuten temas como la despenalización del aborto en las causales de riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación -debate zanjado en la mayoría de los países hace muchos años- los ojos del mundo están abordando el tema de la gestación subrogada o vientre de alquiler.

Se estima que cada año nacen en el mundo al menos 20.000 niños de esta forma, según la ONG suiza International Social Security. Incluso diversos famosos como Ricky Martin, Miguel Bosé, Nicole Kidman, Sarah Jessica Parker y hasta Cristiano Ronaldo han sido padres con este método.

Sin embargo, esta práctica no está exenta de polémica, sobre todo porque en una gran cantidad de países o es ilegal o no existe regulación. Y en los lugares donde sí hay una norma, la legislación puede ser muy permisiva en algunos o bastante restrictiva en otros.

En España, por ejemplo, donde se discute una iniciativa en el parlamento sobre el tema, se cree que entre 800 y 1.000 hijos de españoles nacen anualmente de esta forma, según asociaciones de padres y agencias de gestación subrogada, aún cuando es una práctica ilegal.

Otro indicador es que las adopciones internacionales de ese país han caído de 5.541 en 2004 a 799 en 2015, principalmente por lo demoroso del sistema, por lo que prefieren pagar entre 45.000 y 60.000 euros) entre 35 y 45 millones de pesos chilenos) que puede costar en Ucrania y Rusia, hasta los 120.000 (80 millones de pesos) que llega a costar en California, uno de los estados que permite el proceso.

Cada país establece sus normas, siendo la más cuestionada la remuneración a las gestantes. El debate además incluye las restricciones a extranjeros o a parejas homosexuales. Argentina, Perú y Uruguay están discutiendo algunas iniciativas. Ucrania permite esta posibilidad a extranjeros, pero solo heterosexuales. Canadá también lo autoriza a extranjeros pero solo en la modalidad altruista, es decir no puede haber un beneficio económico para la mujer gestante. Reino Unido y Portugal deja la forma altruista pero solo a sus nacionales. India ha ido cambiando de posición haciéndolo más restrictivo,  prohibiéndolo a extranjeros y de a poco al pago, ante tanta comercialización.

La explotación también hizo que Tailandia en 2015 acotara la gestación subrogada sólo a sus nacionales después del bullado caso de Gammy que escandalizó al mundo: una pareja australiana que contrató a una tailandesa para gestar, descubrió que esperaban mellizos, pero uno tenía síndrome de Down, por lo que solo se llevaron a la niña con ellos.

¿Contra los derechos de las mujeres?

Organizaciones feministas también se han mostrado en contra, pues acusan que se utiliza el cuerpo de la mujer como mercancía. Y es que muchas de las que aceptan alquilar su vientre viven en condiciones paupérrimas y es la única manera que ven para sacar su familia adelante.

Alicia Miyares, doctora en Filosofía y una de las portavoces del movimiento feminista No Somos Vasijas, surgido en España en 2015, explicó a Glamour.es: “De igual manera que ningún estado regularía el tráfico de órganos, que su compraventa se someta a un contrato privado, no se debe poder regular esta práctica. Invocar la libertad individual es convertirla en una parodia, la libertad se invoca para extender derechos no para anularlos. ¿Acaso no sabemos ejemplos de personas que estarían dispuestas a vender su riñón? ¿los Estados deberían regularlo por eso?”.

El ginecólogo de Clínica Las Condes Rodrigo Macaya P, especialista en reproducción humana, señala además los problemas que se puede generar ante la separación de vínculo entre la gestante y el recién nacido. «Creo que obviamente produce en la mujer gestante un dolor o duelo al momento de la entrega de ese bebé, sin embargo no hay estudios ni experiencia sobre este tema. En otros países donde está permitido, aun los estudios son muy preliminares en este aspecto. Además, la lactancia sin duda es interrumpida y suplida con leche artificial», sostiene.

El problema es que no existe ningún marco legal internacional sobre subrogación. En 2015, el Parlamento Europeo condenó la práctica porque “socava la dignidad de las mujeres” y convierte su cuerpo en mercancía. Sin embargo pese al intento de regular no se ha conseguido.

Y es que el 98% de los casos en el mundo corresponde a subrogación comercial. En países donde se puede hacer de manera desinteresada los casos son aislados. “Consta que en los países como Reino Unido en que se adoptado el modelo ‘altruista y garantista’, no ha habido prácticamente casos, lo que revela que detrás de la falacia del ‘altruismo’, lo que hay en realidad es compraventa de niños y vulneración de los derechos fundamentales de las madres gestantes”, dice María Ángeles Jaime de Pablo, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

Según contratos que se han dado a conocer públicamente, principalmente por activistas, existen detalles y restricciones impactantemente crudas. Uno de California del año 2015 menciona sobre la “compensación por la pérdida de un órgano como consecuencia directa del embarazo”: “Extracción de las trompas de Falopio o de ovarios, 2.500 dólares cada uno”; “extirpación del útero, 5.000 dólares”. Se estipula también que los padres, y no la gestante, deciden cuándo poner fin al embarazo si algo sale mal.

En otro contrato de México se establece de la mujer gestante que “la evaluación psicológica certificó (…) las condiciones psicológicas pertinentes para no sentir apego por el embrión que gestará en su vientre”.

Las críticas de especialistas también apuntan a que el inicio de este método fue pensado para mujeres que no se podían embarazar porque no tenían útero, ya sea porque nacieron sin él, o les fue extirpado por diversas razones.

Sin embargo, esta posibilidad se fue extendiendo a hombres homosexuales, personas solas o incluso mujeres que no quieren vivir el embarazo o parto por ellas mismas.

¿Qué pasa en Chile?

En nuestro país, no existe la posibilidad de subrogación or ley, ya que la maternidad queda determinada por el parto, constando el nombre de la madre y del hijo en las partidas del registro Civil. “En Chile la mujer que tiene un parto es ‘dueña y mamá de ese bebe’ independiente si el espermio u ovocito que generaron esa gestación eran de ella y su pareja o de donantes de ovocitos o espermios», explica el Dr. Rodrigo Macaya, especialista en reproducción humana y endocrinología ginecológica de la Clínica Las Condes.

«Cualquier proceso de entregar ese bebé a otra madre/padre debe pasar por un trámite de adopción.  En este sentido no existe en Chile ningún protocolo de ‘preparación’ para una supuesta futura madre que prestará su útero ‘en alquiler’. La gestación subrogada por ayuda o contrato no es posible porque la regulación no lo permite.  No es legal y no se puede hacer de ninguna manera en Chile», agrega.

Ni siquiera se permite con fines altruistas, como cuando en la serie Friends, Phoebe prestó su útero para que su hermano pudiera gestar con su pareja a sus trillizos. Incluso en casos médicamente  justificados y que una familiar se ofrezca para gestar, no existe ninguna normativa.

La única opción para padres chilenos que quieran recurrir a este método es contactar a clínicas extranjeras en países donde está regulado, con los costos económicos y emocionales que implica.

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