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¿Vacaciones de invierno o de infierno? Crianza

¿Vacaciones de invierno o de infierno?

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Exceso de panoramas, poca plata y tiempo y mucha culpa, hace que los padres terminen estresados en esta época del año que, se supone, es para descansar.


Llegó la época del año en que los niños y adolescentes salen de vacaciones de invierno. Pero ese esperado descanso puede transformarse en una verdadera pesadilla para los padres, porque o no tienen con quien dejar a sus hijos, porque hay tantos panoramas infantiles -no muy baratos- que el bolsillo no alcanza o porque planearon un viaje o tantas actividades para hacer, que al final no alcanzan a relajarse.

En los últimos años, se ha desarrollado toda una industria para esta época del año con exposiciones, películas y panoramas destinados a la familia y el público infantil. También es el tiempo donde los terminales de buses y hasta el aeropuerto se llenan de familias y maletas.

Sin embargo, las vacaciones de invierno terminan siendo muy estresantes para los adultos e incluso algunas veces para los niños, por este afán de llenarse de actividades y «aprovechar» el tiempo juntos.

«Hay muchas personas que encuentran que en esta época hay cierta presión entre hábitos laborales y hábitos familiares, porque uno ya tiene una estructura de cómo compatibilizar la casa con el trabajo y lo que viene a pasar con las vacaciones de invierno es que surge esta instancia donde la familia empieza a tener distintos horarios, entonces por un lado la persona trabajadora tiene que seguir haciendo sus actividades mientras el o los niños están en la casa y eso aumenta la demanda de horas donde los niños están ahí y donde los padres empiezan a sentir que ellos no tienen la capacidad de estar presentes, la capacidad de divertirlos o hacerlos sentir bien o jugar con ellos», explica el sicólogo Sergio Schilling.

En la misma línea está la sicóloga clínica Lorena del Río. «Creo que sí son estresantes las vacaciones. Me imagino que para algunos es una instancia de encuentro con los hijos, de tener un momento y un respiro a mitad de año, pero se transforma en estresante porque en este momento tan materialista que estamos viviendo se confunden un poco las cosas, porque los momentos agradables con los hijos no necesariamente tienen que ser financiados». Y agrega: «Es como el concepto de los ‘papás payasos’ en el sentido de tener que entretener a los hijos siempre por una suerte de culpa de no estar siempre con los hijos».

En el caso de los padres que trabajan, algunos deciden pedir una semana de vacaciones para compartir con la familia, acortando su descanso en verano. ¿Es una buena decisión aunque salgan o viajen y se «escapen» de la rutina? Los especialistas no lo recomiendan del todo.

«Normalmente si tú tomas una semana de vacaciones en esta etapa del año, tener dos semanas en las vacaciones de verano va a ser muy poco. No existen estándares respecto a cuánto es lo necesario para poder considerar que un cuerpo se recupera respecto a los elementos estresantes del diario vivir, pero podríamos tener como una norma de que los primeros días de vacaciones las personas no están realmente descansando, todavía se están readaptando a una situación que es igualmente estresante que es la vacación, porque hay que entender que cualquier cambio en la rutina de un ser humano es una adaptación y toda adaptación genera estrés, sin excepción», explica Schilling.

Por su parte, Del Río cree que «si son 15 días hábiles de vacaciones, acortarlas en verano a fin de tener un rato en invierno, en términos de descanso efectivo yo creo que no se logra ni en verano ni en invierno. Entonces si eso va a repercutir en la familia y nuestros hijos no es favorable… es un tremendo sacrificio».

Estresarse en vacaciones puede parecer paradójico, pero es frecuente en nuestra sociedad. «El estilo de vida, nos está matando a través de esta forma silenciosa, lenta y progresiva que se conoce como estrés, que es el hecho de tener una respuesta permanente de vigilancia y lucha frente a situaciones que nos ponen en peligro, y estas situaciones actualmente no son riesgos reales, sino que son riesgos asociados a exceso de trabajo, pagar cuentas, tener deudas, tener culpas por no poder estar presente en todas las actividades en que quisiéramos estar», señala Sergio Schilling.

«La mayoría de los investigadores en Estados Unidos, consideran que la causa de discusión laboral más importante del futuro va a ser asociada a trastornos asociados con el estrés, inclusive puede que en algún minuto los asociados superen, por ejemplo, a accidentes vasculares», explica.

La importancia del ocio

Quedarse en casa también puede ser un plan en vacaciones de invierno, sin tener que gastar tanta plata. «Creo que es la vida que nos ha tocado vivir por distintas razones político-sociales, lo que no quiere decir que tengamos que tapar nuestra culpa por tratar de financiar estos momentos lúdicos de nuestros hijos. Creo que es justamente al revés, se debiera aprovechar estos momentos para que los niños puedan crear, puedan inventar cosas para divertirse y si voy a optar por tener un momento de vacaciones me puedo acoplar a esa creación. Ya es suficientemente estresarse con esto de tener plata para cubrir la raciones, porque no puedo tener un momento de descanso real y efectivo. Y los niños también tienen que tener un momento de descanso y no tener que ir a un montón de lados», indica Lorena Del Río.

Y es que el ocio es un factor indispensable para desarrollar la creatividad y la imaginación, sobre todo en los niños. «Yo he visto que cuando dejas a un niño sin intervenir en un momento que puede ser súper aburrido para él, porque tú puedes estar enfermo por ejemplo, el niño efectivamente se pone a crear para entretenerse y todos los niños tienen la misma capacidad. No veo por qué no se hacer», asegura.

Y no hay que olvidarse de algo, por más obvio que parezca: los niños también se cansan, por lo que no es necesario que estén ocupados todo el rato.

«Yo le diría a los padres: ‘Tranquilos, no es necesario tomarse las vacaciones y si es necesario hacerlo porque no tienen con quien dejar a sus hijos, descansen y conéctense con ellos con un montón de instancias para entregar ese cariño, pero dejen que sus hijos creen, los niños tienen una infinita capacidad de creación», sostiene Del Río.

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