Publicidad
Cinco ideas para ayudar a una embarazada-extranjera Yo opino

Cinco ideas para ayudar a una embarazada-extranjera

Milca Pérez
Por : Milca Pérez Porteña, diseñadora, creativa, viajera y mamá. Ha trabajado para organizaciones internacionales y en proyectos independientes en temas de educación y maternidad desde donde reside (por ahora), Australia. www.milcaperez.com
Ver Más


Ser mamá, ya sabemos es una desafío pero ser mamá en el extranjero es más bien un reto a la resilencia.

Mi tribu (familia y amigas) viven al otro lado del globo y he sido madre en un país con otro idioma y cultura diferente a la chilena. Sin embargo, en mi primer embarazo tuve el apoyo incondicional de mi grupo de trabajo hasta mis siete meses de embarazo que fue cuando nos cambiamos a una nueva cuidad en otra región.

Con mi marido y mi bebe en mi vientre, llegamos a una ciudad sin conocer a nadie, ni siquiera donde íbamos a vivir. Llegamos a residir, formar familia y un nuevo trabajo para mi esposo.

Mi historia, quizás suene algo peculiar. Pero la verdad es que no. La inmigración -por diferentes razones- ya sea entre países o regiones, es parte de la vida moderna y la integración es un desafío que enfrentamos como sociedad.

Luego de leer que Chile se ha transformado en un receptor de inmigrantes y que “los inmigrantes suman 441.529 personas. Esto significa, la llegada en Chile de individuos desde diferentes países en busca de mayores posibilidades para su desarrollo tanto personal como familiar.”

Me he quedado pensando especialmente en las mujeres que han llegado embarazadas y en las que han sido madres por primera vez en Chile.

Si al estrés de mudarse a un nuevo país, le sumamos el periodo de adaptación e integración, no tengo palabras para describir todas las emociones (positivas y negativas) que quedamos expuestas en el proceso.

Inspirada en mi historia y en las de muchas más, la única palabra que se me viene a la mente es “ayuda”.

La maternidad por si sola nos llena de miedos y nos hace vulnerables. Podríamos recibir sustento de instituciones, profesionales o simplemente de nuestro nuevo vecino, colega o de cualquier ser humano en nuestro camino.

¿Cómo podríamos ayudar a estas madres que son nuestras nuevas vecinas, colegas, apoderadas, miembros de tu iglesia, club, grupo de amigas?

Seguramente hay un millón de ideas por ahí, acá comparto las mías;

1. No pregunte cosas “personales”

Adaptarse a la maternidad ya necesita de espacio personal para encontrar nuestro propio estilo y comodidad. Ahora, adaptarse a otra cultura con otras costumbres y tradiciones va a tomar un tiempo, quizás mucho tiempo o poco tiempo para forjar nuestro propio camino.

Se que es difícil resistir el impulso personal de preguntar o hacer comentarios: A: ¿cuántos meses tienes? B: 5 meses A. Uy parece de 8!

En pocas palabras, deje los temas personales y expectativas guardadas hasta que la gestante quiera o no compartirlo con usted. Porque una pregunta amistosa para usted, puede quebrar completamente a un madre en un proceso muy desafiante. Recuerde que todos somos diferentes y tenemos nuestras propias ideales de ser madres. No importa lo diferente que puede ser a su estilo, lo importante es que use su curiosidad y valentía para preguntar cosas productivas: “¿Necesita algo?”, “si necesita ayuda, acá esta me teléfono, llámeme cuando quiera”.

2. Hágalo y no pregunte

En oposición al tema anterior, este punto alude a usar el sentido común y ojalá inteligencia emocional, que se puede traducir en un gesto de atención y gratitud con un madre que evidentemente esta en una situación difícil o incómoda en frente a sus ojos.

Es común que las embarazadas tenemos siempre hambre (antojos), sed y cansadas y que tengamos lapsos de perdida de memoria. Ya ni recuerdo cuántas veces perdí mi celular estando embarazada. Pero siempre hubo una persona generosa que hizo lo posible para tener mi celular de vuelta.

Si su vecina se olvidó de la cartera, o se queja de que extraña cierta comida de su país, bueno sorpréndela con un invitación a comer, una fruta, un postre siempre será bienvenido (de chocolate sobre todo).

Todas necesitamos sentirnos mimadas y regaloneadas.

3. No la ignore

Es bien difícil ignorar una panza. Pero a veces, estamos tan inmersos en nosotros mismos que no podemos ver que esta mujer acarrea vida, y que esa vida puede ser considerablemente afectada por los estados de estrés e incertidumbre de su madre.

Si ve que su colega embarazada está roja del calor o sudando (aunque no haga calor, la temperatura nos sube igual) tráigale el vaso con agua o una taza de té simpáticamente.

Cuando estaba embaraza de 37 semanas, tuve que renovar mi pasaporte y viajar dos horas en tren en un día de verano con 32 grados. El auxiliar del tren me hizo reír diciendo que si quería tener mi bebé en el tren ellos felices me ayudaban. Sin embargo en la oficina del Consulado, la secretaria (otra chilena) me sugiere ir al baño del edificio a tomar agua con mis manos, ya que no pudo “proveerme” con un vaso de agua.

Ser ignorada, no asistida con simpatía y empatía nos provocan emociones negativas, como frustración y tristeza que transmitimos inconscientemente al bebé.

4. No toque panzas ajenas.

El tacto tiene diferente sentido para cada uno, inclusive si es por encima de la ropa. Sí entiendo que puede ser irresistible tocar una panza de embarazada, pero definitivamente es algo que se debe preguntar y estar preparado para un sí o un no como respuesta y no ofenderse.

Recuerde que las mamás somos la comida, el refugio, el calor, el amor y también la tensión que nos puedan provocar situaciones incómodas. No necesitamos, que nos tratan con extrema delicadeza porque no estamos enfermas, sin embargo estamos expuestas a muchos cambios hormonales que afectan nuestras emociones.

Todos podemos ser testigos de la belleza de una madre en su embarazo, siendo respetuosos y humildes.

5. Organice una celebración

En mis dos embarazos, tuve celebraciones organizadas o por colegas y amigos que venía recién conociendo y fueron los gestos más hermosos que necesité en ese momento para no sentir la aislación. Lo agradezco y recuerdo como parte importante de mi viaje a la maternidad, ya que al no tener la presencia de mis padres y amigos de la infancia, me hizo sentir el amor y felicidad de celebrar la vida que vendría.

Deben de haber muchísimas formar de celebrar a una madre gestante, como regalarle un masaje, como organizar un picnic, un baby shower o una celebración más intima y espiritual entre mujeres como generalmente se organiza una ceremonia de Blessingaway.

El sentido de la celebración lo veo más como un apoyo que puede ser espiritual, emocional y económico para esperar la llegada de un nuevo ser (o más) llenas de energía positiva.

Cuando más amor recibimos, más amor le podemos dar al bebe en el vientre ya que activamos la oxitocina, también conocida como la hormona del amor, que además nos ayuda en el momento del parto.

¿Qué agregarías a esta lista? ¿Cuál es el gesto más pequeño que ha tenido el mayor impacto para ti como una nueva madre extranjera?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias