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Sí, soy feminista (y el rol de la mujer para la prensa chilena) Yo opino

Sí, soy feminista (y el rol de la mujer para la prensa chilena)

Javiera Olivares
Por : Javiera Olivares Coordinadora del Programa de Libertad de Expresión y Ciudadanía del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile/expresidenta del Colegio de Periodistas.
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Pese al dolor de los retardatarios y conservadores de siempre, hoy resulta innegable que la sociedad chilena es diferente de la de hace 10 o 20 años. Después de un largo proceso de acumulación de fuerzas que explosionó en amplias movilizaciones de trabajadores, estudiantes, activistas medio ambientales, adultos mayores, entre otros, contra los brutales efectos del modelo neoliberal, en nuestro país se levantan debates colectivos que hace una década resultaban impensados. Por ejemplo, gracias a las masivas manifestaciones estudiantiles y del profesorado, ahora la educación avanza hacia la gratuidad; las marchas contras las AFP pusieron la discusión sobre el derecho a pensiones dignas en la mesa, mientras que miles de mujeres hemos salido a las calles para reclamar el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.

Hoy, afortunadamente, ese viejo y conservador Chile heredado de la dictadura ha cambiado hasta la indignación: ya resulta inadmisible –al menos, a buena parte de la ciudadanía– el que candidatos a la presidencia hagan gala de chistes discriminatorios que, hasta hace no mucho, abundaban en la televisión. Tampoco son tolerables, ni pasan desapercibidos, titulares como “Hizo anticucho con su polola”, texto utilizado por el matutino La Cuarta para informar sobre un femicidio frustrado en 2015 y que levantó numerosas y justificadas críticas, no solo de organizaciones feministas y de periodistas, sino desde la propia institucionalidad política.

Sin embargo, pese a que este mismo diario –parte del poderoso “duopolio” de la prensa escrita-ya no ocupa, de lunes a domingo, la fotografía de una mujer en bikini en su portada para vender más ejemplares, aún se expresa, en los principales periódicos nacionales, la discriminación, cosificación e invisibilización de la mujer, aunque de manera mucho más solapada.

Alguien pudiera pensar, que legítimamente estos diarios solo están reflejando la invisibilización de la mujer que persiste en nuestro país, en ámbitos como la política, las ciencias o el deporte, pero también es cierto que los medios de comunicación no solo reproducen realidad, también tienen capacidad de generarla, por medio de la instalación de agendas que copan el debate político y social. Por ello, es que no pueden eludir su responsabilidad ética, como socializadores y reproductores culturales de las relaciones de género, tal como lo son espacios como la familia o la escuela.

En este sentido, el primer paso para analizar desde una perspectiva crítica el rol de los medios en este ámbito; es necesario saber cómo determinados sectores de la sociedad están siendo representados públicamente. Probablemente ahí radica el principal valor de la reciente investigación realizada por la Unidad de Estudios del proyecto patrimonial “Portadas de tu Vida” que, entre otros datos, revela que un 70 por ciento de los titulares en las portadas de los cinco principales diarios impresos del país son protagonizadas por hombres, mientras que solo el 18,4 por ciento, por mujeres (el resto de los titulares con personas, tienen presencia de hombres y mujeres).

Según, el mismo estudio de 2.387 fotos de portadas analizadas, 74 por ciento muestran a hombres, y tan solo un 26 por ciento a mujeres.

Estas cifras resultan altamente preocupantes, pues demuestran que, pese al cambio cultural en el país, aún se mantiene bajo el histórico velo, las acciones de las mujeres, es decir, la mitad de la población nacional (y mundial) se encuentra subrepresentada en estos medios de comunicación masiva.

El Colegio de Periodistas de Chile ha alertado en diversas oportunidades el desigual espacio designado a hombres y mujeres en medios de comunicación. A través de sus dirigentes y de la Comisión de Género, la organización ha llamado a abandonar el sexismo y promover el lenguaje inclusivo en los discursos mediáticos chilenos por considerar que esta situación afecta el ejercicio periodístico ético, pasa a llevar el respeto a los Derechos Humanos y redunda la concentración editorial con un discurso único sexista, afectando el pluralismo de voces de la sociedad.

Ya sabemos -y los organismos multilaterales del mundo así lo han reconocido- que los medios juegan un rol clave en la construcción cultural y validación de conductas. La IV Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing (1995) los consideró dentro de las 12 áreas de especial interés para alcanzar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Lo que esperamos, por lo tanto, es que, desde todas las plataformas comunicacionales, se analice críticamente las dinámicas de construcción de discursos y se garanticen los espacios para que todos los grupos sociales sean representados de manera equilibrada.

El llamado a los diarios chilenos, como también a radios, televisión y portales web, es a revisar sus criterios editoriales, atender los preocupantes resultados expresados en estudios como los descritos, y renovar el compromiso con la generación de sociedades verdaderamente inclusivas, sin sectores de la población invisibilizados.

No está demás decir que no se trata aquí de encapsular en casillas o caricaturas a quienes buscamos el fin de la discriminación, invisibilización y cosificación de la mujer en la prensa. No se trata de feminazis ni feministas sin remedio. Más bien se trata de reconocer lo que hoy estudios como el de “Portadas de tu Vida”, demuestran con datos irrefutables. Se trata de hacer un acto de justicia.

Porque creo en la equidad de derechos y en que todos merecemos los mismos espacios fuera de discriminación alguna, es que sí, soy feminista.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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