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Ley de matrimonio igualitario: ¿Qué pasa con los derechos de filiación de los hijos que ya existen? Parejas del mismo sexo

Ley de matrimonio igualitario: ¿Qué pasa con los derechos de filiación de los hijos que ya existen?

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Aunque para las organizaciones LGTBI el proyecto de matrimonio igualitario es una avance, existen dudas por los hijos de familias homoparentales o lesbomaternales que no nacieron dentro del futuro matrimonio, si es que se aprueba la ley, lo que llevaría a la discriminación de esos hijos por no contar con derechos de filiación.


Este lunes la presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley de Matrimonio Igualitario, el que será enviado al Congreso el próximo jueves 31 de agosto. En la ocasión, la mandataria sostuvo que «no puede ser que los prejuicios antiguos sean más fuertes que el amor» y que esta la ley es para que «quienes desean compartir su vida, lo puedan hacer del modo en que ellos o ellas decidan».

Sin embargo, es la filiación, es decir el vínculo entre padres e hijos, uno de los temas que más genera debate y recelo, y no solo porque el proyecto contempla que todos los matrimonios, sin importar si son o no del mismo sexo, puedan adoptar o ser padres a través de reproducción asistida, ya que la ley iguala todos los derechos entre homosexuales y heterosexuales, sin discriminación.

La pregunta para muchas parejas homoparentales y lesbomaternales que actualmente crían hijos en conjunto fuera del matrimonio es que pasará con los derechos de filiación de sus hijos, pues no se incluye el reconocimiento voluntario de madres o padres de hijos del mismo género, y tampoco se regula la adopción por convivientes, pues se entiende que la filiación queda supeditada a un contrato matrimonial.

Claudia Amigo era soltera y tenía a una hija de tres años cuando conoció a su pareja actual. Juntas han formado una familia ensamblada ya que desde hace 10 años comparten la crianza. «El hecho de que nuestra hija no cuente con los mismos derechos de filiación con su mamá de crianza es lo que más nos preocupa», explica.

Por eso para ella, junto con la ley de matrimonio igualitario «lo que tiene que primar acá es una reforma a la ley de filiación como corresponde, paralelamente con la tramitación de matrimonio igualitario, que de manera independiente ambos proyectos puedan ir avanzando para que se solucione el tema gravísimo de violación de derechos de los niños, niñas y adolescentes con respecto a su filiación, con respecto a la relación que tienen los hijos y las hijas con su madre o padre de crianza y no necesariamente que dependan de que la pareja se pueda o no juntar a través de un matrimonio civil igualitario».

Y agrega: «Si eso no se regula, el gobierno estaría generando una distinción arbitraria en contra de los hijos de familias diversas, cuyas madres o padres no pueden acceder al matrimonio igualitario por diversas razones que existen, como por ejemplo si la madre biológica muere obviamente la mamá de crianza jamás va a poder reconocer a sus hijos en común porque ya ha fallecido su pareja, al igual que otras personas que se han separado, tampoco esas dos madres o padres van a tener la opción de volver a estar juntos para reconocer a sus hijos a través del matrimonio civil, eso sería imposible».

Esa es la situación de Alexandra Benado, quien es madre de dos hijos mellizos de 7 años, aunque el Estado no lo reconoce. El problema es que el matrimonio no es una opción para ellas porque actualmente está separada.

«Concebimos a través de inseminación artificial con donante anónimo en una clínica de fertilización en Chile. Soy la madre no gestora, o no biológica como se dice. No figuro como madre, aunque los niños tienen mi apellido primero», cuenta.

Aunque legalmente no tiene derechos en relación con sus hijos, «mi deseo claramente es reconocerlos y con eso que todos adquiramos deberes y derechos. En mi caso llevo más de 7 años siendo madre, me separé de la otra madre de mis hijos y claramente el matrimonio no va a resolver ese vacío. Los hijos deben obtener su filiación independiente del estado civil de sus madres o padres».

Es por eso que junto a su ex pareja demandaron al Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2013 porque no ha sido reconocida su comaternidad. Y es que al momento de inscribir a sus hijos, se les dijo que era imposible reconocer la maternidad de los niños respecto de la madre que no dio a luz, por tratarse de una persona de sexo femenino.

«Yo no quiero ni puedo resolver mi filiación con mis hijos a través del matrimonio. Se lo dijimos al principio de la discusión al ejecutivo que esto iba a generar un gran problema porque los hijos ya existen  no es que vayamos a casarnos para poder adoptar, es más bien una demanda de los hombres que de las lesbianas», señala Benado.

Hace algunos meses, agrupaciones de mujeres y feministas -entre ellas Rompiendo el Silencio, Visibles, Corporación Humanas y Familia es Familia- presentaron un proyecto de ley para garantizar los derechos de filiación de hijos e hijas de parejas del mismo sexo, el que fue patrocinado por los senadores Ricardo Lagos Weber, Isabel Allende, Adriana Muñoz, Alfonso De Uresti y Alejandro Navarro.

La iniciativa (Boletín 10626-07) que actualmente está en la comisión de infancia del Senado, busca regular los derechos filiativos de parejas del mismo género sin necesidad de contraer matrimonio, tal como sucede en las uniones conformadas por un hombre y una mujer.  De esta forma, se regularían  los derechos de filiación a los hijos nacidos a través de técnicas de reproducción asistida, reconociendo a la pareja de mujeres que se sometió en conjunto al proceso, además del reconocimiento voluntario de otra madre que comparta crianza y que no tiene filiación y se regula a las parejas que realizaron un Acuerdo de Unión Civil (AUC) para que puedan adoptar legalmente y también para acceder a la co-adopción.

Y es que las agrupaciones de lesbianas no están en contra del proyecto de matrimonio igualitario, el que sí creen que es un avance. Solo esperan que se legisle para que los hijos ya existentes de parejas del mismo sexo puedan tener los mismos derechos de los niños que nacerán dentro del matrimonio igualitario, si es que se aprueba la ley.

«Esto se trata de los derechos de los niños y no de los adultos. Y lamentablemente en Chile aún se va trabajando con los mínimos políticos que hay y eso no es suficiente y no lo será. Y si el gobierno quiere hacer oídos sordos al proyecto de ley de filiación que ya se encuentra en el Senado estarían conscientemente discriminando en contra de hijos que nunca llegarán a ser hijos legalmente reconocidos por las parejas que no pueden acceder al matrimonio o que opten por no contraer matrimonio en el futuro», sostiene Amigo.

Para Claudia, «en nuestro caso tenemos que ver si este proyecto contempla el reconocimiento voluntario o no. En ese caso podríamos acceder al matrimonio igualitario y reconocer el vínculo que existe entre ellas como madre e hija y, si me llegase a pasar algo, quedaría la filiación de las dos. Ahí no habría riesgo de que nuestra hija sea removida de su hogar por no contar con un cuerpo legal para garantizar el derecho inherente que ella tiene como cualquier niño tiene cuando es co-criado por otra persona», tal como pasa en nuestro sistema con los hombres que quieren reconocer los hijos de mujeres.

«Mi hija merece tener los mismos derechos que otros hijos que son de familia con mamá y papá, es así de simple. Si no existen ambos proyectos de ley, tanto el matrimonio igualitario como el proyecto que regula la filiación de hijos e hijas del mismo género, quedarían niños fuera siendo discriminados por no ser hijos de una pareja que contrae matrimonio y eso no puede existir», agrega.

En esa línea también está Alexandra Benado en cuanto al proyecto de matrimonio  igualitario. «Claramente es un avance dentro de las muchas demandas de las organizaciones de la diversidad sexual. Para aquellos y aquellas cuyo anhelo es casarse se espera que equipare los mismos derechos para todos, cosa que no sucede con el AUC. Pero hay que esperar porque deja fuera otras demandas quizás más importantes como los derechos filiativos», señala.

Benado está expectante ante el proyecto. «Como aún no se sabe el contenido no quiero apresurar una opinión, pero hay señales políticas claras. Se habla de adopción por ejemplo y no de filiación, como si se quisiera legislar para casos hipotéticos y el ejecutivo no da cuenta de las realidades ya existentes», sostiene.

Y advierte: «Esto recién empieza y como hay tanto vacío en la regulación me parece súper facible que lleguemos a una discusión en el parlamento muy parecida a la generada con la ley de aborto tres causales, invocando al origen de la vida, etc.».

«Los derechos tienen una enorme dimensión en lo legal pero mucho mayor en lo cultural. Creo que hay muchos factores por los cuales el grueso de la sociedad aún no se permite avanzar en estos temas. Mucha información distorsionada, fundamentalismos, dogmas. Mis hijos juegan felices con otros hijos. En ese espacio los niños están mucho más preparados y desperjuiciados. No seria malo mirar  un poco más a los niños en sus relaciones  y aprender. El resto es solo ignorancia y miedo a perder los estatus», agrega.

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