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Carta abierta a Congregación Marista tras abuso a 14 menores: «Son cómplices activos del peor crimen» La institución guardó silencio durante 7 años

Carta abierta a Congregación Marista tras abuso a 14 menores: «Son cómplices activos del peor crimen»

Ingrid Garces
Por : Ingrid Garces Periodista, penquista, ex Sub gerente de contenidos de La Red, experta en marketing digital. Directora en www.elmostrador.cl/braga En Instagram @ingridgarces En Twitter @ingrid_garces
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La Congregación ha sido fuertemente criticada por la demora para denunciar a Ábel Pérez por abuso sexual, luego de que el religioso confesara los hechos ante la institución en 2010. Recién la semana pasada se presentaron a la Fiscalía los antecedentes de los ilícitos del integrante de la institución religiosa, quien admitió haber abusado de 14 menores de edad desde el año 1970 en el Instituto Alonso de Ercilla y en el Colegio Marcelino Champagnat.


La Congregación Marista ha sido fuertemente criticada por la demora de más de 7 años para denunciar a Ábel Pérez (70) por abuso sexual, luego de que el religioso confesara los hechos ante la institución en 2010.

La semana pasada se presentaron a la Fiscalía los antecedentes de los ilícitos del integrante de la institución religiosa, quien admitió haber abusado de 14 menores de edad desde el año 1970 en el Instituto Alonso de Ercilla y en el Colegio Marcelino Champagnat.

Representantes de la congregación señalan que al enterarse de los abusos sexuales le prohibieron a Pérez seguir desarrollando labores como docente en los establecimientos educacionales, siendo derivado a tareas administrativas en las que no tuviera relación con menores de edad. Sin embargo, no denunciaron los hechos, esperando, según ellos, que las víctimas lo hicieran.

David Poyanco, ex alumno del Colegio Marcelino Champagnat de Villa Alemana, escribió una carta que expresa todo el dolor sobre el silencio de quienes le dieron educación durante su niñez.

Siempre se sintió orgulloso de estudiar en dicha institución pero, como manifestó en la misiva, «lamentablemente, a contar de hoy eso se termina. Las revelaciones noticiosas referidas a los abusos del «hermano» Ábel Pérez (las comillas van a propósito) cometió impunemente durante años, y la inexplicable protección y silencio que la congregación Marista ha guardado durante siete años parece inexcusable, con caracteres de una maldad y sadismo que aplasta, de una sola vez y de forma irreversible, todo lo que se me dijo durante años, de todo lo que aprendí y todo lo que una vez sentí por ser maristas». Y dice que el silencio los hace cómplices activos del peor crimen, «máxime si esto viene de una organización fundada y fundamentada en la educación de los niños en el marco del amor a Dios».

Además agregó que «desde hoy renuncio a todo buen recuerdo de haber sido marista. Evitaré sentirme avergonzado escondiendo mi origen educacional, haré lo posible porque la gente que conozco sepa la verdadera altura moral de la congregación, y les pido eliminen todo registro mío que tenga el colegio».

Acá la carta completa:

El presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos del Episcopado, Alejandro Goic comentó que «como nos han recordado los últimos dos Papas, la demora en hacer justicia agrava el daño inmenso que, por sí mismo, constituye todo abuso contra menores de edad». Esta preocupación, aseguró, «no es a partir de la imagen institucional. Es por la coherencia con el Evangelio que predicamos. Más allá de la impresión que demos, nuestra misión es proteger, cuidar, dignificar. El cumplimiento de la misión que nos dio Jesús, ese es nuestro centro, nuestro deber moral que antecede a la obligación jurídica y a nuestra reputación o imagen pública».

La increíble defensa de la congregación Marista.

Ábel Pérez acusado de abuso sexual a 14 menores de edad

El hermano marista, Mariano Varona, expresó a CNN que la denuncia no había sido realizada antes porque «nos dijeron que si las víctimas no denunciaban, no lo hiciésemos nosotros». Sin embargo, reconoció el error por la tardanza y aseguró que «con el correr del tiempo, nos hemos dado cuenta que nuestra conducta fue impropia y no corresponde».

Tras darse a conocer los antecedentes de los abusos, la institución religiosa expresó su apoyo al acusado: «Uno tiene que tener misericordia y preocuparse también del agresor. En estos protocolos se dice que los primeros a los que hay que atender y preocuparse es de las víctimas, pero también hay que dar un trato pastoral al agresor», dijo. «En ese sentido nosotros se lo vamos a seguir dando. Abel Pérez es una persona y tiene todo el respeto a pesar de lo que ha hecho», emitió.

El religioso aseguró que como congregación diseñaron protocolos para que situaciones como ésta no se vuelvan a repetir: «Y si surgiese, inmediatamente se haría la denuncia».

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