Preocupación constante
Un tercio de los escolares dice haber consumido alguna vez marihuana en el último año. Sin embargo, a los padres les cuesta enfrentar el tema y no saben cómo reaccionar ante eso
Luego de conocerse el caso del alumno de la Alianza Francesa que se suicidó días después de ser encontrado con marihuana en el establecimiento -procedimiento policial de por medio- se abrió el debate de cómo actuar en estos casos, tanto de parte de los colegios como desde los apoderados. Y es que son muchos los padres que no saben cómo enfrentar esta situación que a varios incluso toma por sorpresa.
Le pasó a Silvana con su hijo Nelson cuando tenía 15 años y encontró marihuana en el bolsillo de su camisa cuando la fue a lavar. También le pasó a Daniela cuando se dio cuenta del olor habitual que tenía la ropa de su hijo Andrés. Lo peor fue para Alejandra cuando la llamaron porque su hijo adolescente fue detenido por fumar en una plaza.
Alguna sintió que «lo quería matar», otra se sintió culpable y todas quedaron muy preocupadas. Y muchas más han debido enfrentar el problema y la angustia de no saber que hacer en ese momento y que prefieren no dar su testimonio en extenso para proteger la identidad de los menores.
El consumo de drogas entre adolescentes no es algo extraño, sino habitual. Como con el alcohol, hay muchos que buscan probar. El 34,2% de los estudiantes chilenos dejo que había probado marihuana al menos una vez en el último año, según el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar que realizó Senda el 2015 y cuyos resultados se conocieron el años pasado.
«Probablemente porque uno lo ve desde el otro lado, sabemos que el consumo de drogas es el pan de cada día. O sea en la mayoría de las casas hay un consumo y por ahí el tema es poder saber lo que está pasando debajo del techo», dice la sicóloga clínica de Psíquico Lorena del Río.
A su vez advierte que «más que el hecho de descubrir que tu hijo está consumiendo algo, creo que hay que revisar un poco la historia de cada uno como adultos, los papás en este caso. Hay un tema hereditario que es súper potente en el consumo de drogas en términos de generar una adicción, entonces eso ayuda muchísimo para ver o para poder tantear si tienes que asustarte o saber cuándo se puede sobrellevar la situación. Creo que en la mayoría de los casos puede ser más que nada probar, incluso se pueden probar otras drogas y eso no significa que se vaya a generar una adicción, pero sí en familias donde hay antecedentes de adicción los hijos podrían generar algo y ahí hay que tener mucho cuidado».
A su vez la sicóloga y fundadora de Centro Alama, Valeria Mandakovic, cree que «lo primero que debiera hacer un padre si se percata que su hijo está consumiendo drogas es tratar de entender que le está pasando, que está experimentando en verdad y establecer un diálogo común que sea apropiado y que sea comprensible para ambas partes. Un diálogo fluido, de confianza, que sea realmente de ayuda para ambos, porque el padre tiene que entender a su hijo y el menor también tiene que entender la preocupación de sus padres. Muchos adolescentes fuman porque se sienten solos, y a veces porque están con problemas, entonces tenemos que como padres entender qué le está pasando a nuestro hijo y por qué está fumando o consumiendo algún tipo de drogas».
Por otra parte del Río sostiene que el problema es cuando «se usan las drogas como bastones psicológicos, o sea, si yo tengo alguna habilidad que no se ha desarrollado y la puedo lograr a través de un consumo de ciertas sustancias eso también es jodido porque lo logro a través de algo y no a través de mi habilidad y eso también hay que revisarlo».
Es por eso que Mandakovic señala que «es importante que como padres hablemos de todas las posibles consecuencias que puede tener el consumo de cualquier tipo de drogas y para eso si es necesario bajar información de Internet, leer algo, ver documentales juntos o incluso preguntarle a algún médico, es importante hacerlo, para que entiendan todos los efectos que tiene el consumo de drogas, incluso de marihuana y sus consecuencias a nivel físico y emocional». La preocupación radica principalmente en que el cerebro, por ejemplo, está en formación hasta cuando se acaba la adolescencia, y si se abusa de algún consumo de droga podría alterar un funcionamiento a futuro.
«Lo que es súper importante de saber y de manejar es que el consumo de drogas no sea un consumo ‘problemático’ de drogas que cuando pasa a ser una enfermedad. La adicción es una enfermedad y cuando se trata como enfermedad esa mirada es completamente distinta para poder trabajarla como tal, no es una conducta errada de una persona mala o conductas equivocadas», explica la sicóloga de Psiclico.
Es más, la especialista también enfatiza en la conducta de los padres y su modelo a seguir. «Pueden haber padres que tengan un consumo problemático de drogas y otros que consumen sin ser un problema y ahí hay que diferenciar, porque obviamente un padre con un consumo problemático no va a poder regular, ya que como hay un descontrol no puede enseñarle a sus hijos a tener un consumo ‘adecuado’ o medido. Sí lo podría lograr una persona que consume pero no es adicto, en términos de cómo se presenta como modelo para sus hijos, porque si es una conducta natural dentro de esa familia evidentemente que sus hijos o alguno de ellos va a tomar este camino porque es natural. Por eso está el tema de ser consecuente con lo que uno hace y en el fondo como presentas esa conducta en relación a los tuyos: si lo vas hacer a escondidas, hay que tener sumo cuidado de que no te sorprendan, porque si te ven evidentemente va hacer algo no natural e inadecuado, entonces eso también se podría prestar para que el hijo se esconda, ya que eso pasa a ser lo natural», sostiene del Río.
Lo que las especialistas recalcan es que castigar no siempre es una buena opción. «Si yo sorprendo a un hijo, antes de alarmarnos hay que revisar los antecedentes para saber qué camino tomar. El castigo lo único que hace es generar más conductas erradas y sin duda si hay sólo castigo vas alejar a tu hijo sobre todo en estas acciones que tienen un trasfondo, porque no creo que cualquier persona vaya a consumir drogas porque sí. Frente a cualquier conducta que pueda ser extraña, que no nos guste como padres, hay que tantear y por eso es tan importante mantener vínculos lo más sanos posibles, de confianza por sobre todo, porque pase lo que pase en lo cotidiano, sobre todo en la etapa de la adolescencia donde los vínculos se hacen más vulnerables, cuando tú has formado un vínculo previo de confianza con ese hijo que aparentemente está lejos en esta etapa, igual va a tener la confianza para contarte muchas cosas, porque consumir algo que está prohibido, sancionado legalmente y socialmente, obviamente es una conducta ‘de riesgo’, entonces cuando tú estás transmitiendo eso genera también susto para él, no es llegar y consumir la primera vez», señala del Río.
A su vez Mandakovic indica que «es importante que como padres si sabemos que nuestro hijo está consumiendo no entremos en pánico, no nos vayamos a hacer un gran drama de esto sino que simplemente manejemos la situación de una manera calmada, en paz, tranquila y conversar con él de modo de entender que le está pasando. Hay que explorar profundamente y no quedarnos con lo superficial que nos diga».
«Si lo sorprendes, lo importante es poder conversar con él para saber qué es lo que pasó y por qué lo está haciendo, porque si es un tema social, un tema de probar la verdad es que no me asustaría con respecto a eso, porque lo más probable es que sea súper circunscrito a una etapa de vida, pero yo estaría alerta si sé que en mi familia hay antecedentes de adicción, ahí sí que hay que ocuparse», sostiene también del Río.
Para Mandakovic, hay otros aspectos a considerar. «Yo recomiendo que si vemos que nuestro hijo consume drogas hay que saber con quién está consumiendo. Es muy frecuente que ese consumo sea entre pares por lo tanto lo mejor ahí está en ver con quién está consumiendo y contactar idealmente a los padres de estos amigos porque el consumo de drogas por lo general ocurre porque lo están consumiendo los amigos y por el hecho de sentirse aceptado», enfatiza la fundadora de Centro Alama.
«Tenemos que verlo como una persona que puede actuar responsablemente y para eso le tenemos que dar toda la información que implica el consumo de drogas, las consecuencias que puede tener y para que pueda actuar responsablemente consigo mismo y con otras personas.», destaca la sicóloga.
