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Baradit cuestiona libro para niños que justifica Golpe de Estado. ¿Cómo enseñar la dictadura? Controversia

Baradit cuestiona libro para niños que justifica Golpe de Estado. ¿Cómo enseñar la dictadura?

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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El escritor, que ha mostrado el otro lado de próceres y referentes de nuestra historia, es tan amado como criticado y esta vez le devuelve la mano a quienes lo tratan de tendencioso, denunciando el texto Historia de Chile Para Niños de María Angélica Ovalle, que hace alusión al Golpe de Estado como necesario y utiliza el concepto de “Gobierno Militar” para la dictadura. “El proceso a través del cual se traspasa un hecho como una única realidad, se acerca más a lo que se conoce como adoctrinamiento”, explica la sicóloga Johanna Narr.


Jorge Baradit ha estado en el ojo del huracán desde que su saga de libros La Historia Secreta de Chile se transformó en best seller. El primer tomo vendió 75 mil ejemplares en 9 meses y él, por ende, se convirtió rápidamente en un personaje de la cultura popular. Un escritor y diseñador que se atreve a escribir de historia desde una visión distinta a la acostumbrada.

Recibió la atención de los medios, los comentarios de sus lectores y de las redes sociales, que te aman y te odian con el mismo fervor. Bastaron pocos meses para que un grupo de historiadores alzara la voz y lo acusara de “degradar el trabajo de quienes llevan décadas dedicados al estudio y la enseñanza de la historia y su didáctica”. Y luego para que los que prefieren la historia desde un punto de vista más académico y formal, lo acusaran de tendencioso e izquierdista.

Y como la venganza es un plato que se sirve frío, Baradit denunció esta semana a través de sus redes sociales, un libro de historia que hace alusión al Golpe de Estado como necesario y utiliza el concepto de “Gobierno Militar” para la dictadura.

“En 1973, el país se encontraba sumido en una profunda crisis política, económica, y social. El Gobierno había caído en la inconstitucionalidad, la economía había colapsado y existía una gran violencia entre los distintos sectores políticos y sociales del país. En ese contexto, las Fuerzas Armadas decidieron actuar”, señala textualmente el libro Historia de Chile Para Niños.

“Esto es una porquería. Y después dicen que no tergiversan la historia”, opinó el profesional en Twitter, mientras que en su Facebook añadió: “La edad de adoctrinamiento es esta: la niñez. Este libro vale 20 lucas, es iniciativa privada. Detrás, una historiadora ligada a universidad y órganos de derecha y extrema derecha más una editorial industrial que fabrica libros de turismo y cocina en un galpón en Pudahuel. Todo muy serio. Ni una gráfica original pudieron hacer, copia burda de Érase Una Vez El Hombre de la cadena francesa FR3 (1978). ‘No poh, si Baradit es el paranoico’”, finaliza su post.

En la red social del pajarito, añade que la escritora es “María Angélica Ovalle Gana, historiadora y columnista en El Líbero, medio de extrema derecha. Rest my case (algo así como “con esto está todo dicho”)”.

Efectivamente la escritora aparece firmando varias columnas sobre historia en El Líbero y también en Voces de La Tercera, donde escribió sobre otro de sus temas favoritos, tanto, que hizo otro libro sobre él: la Reforma Agraria del gobierno de Eduardo Frei Montalva. El libro para niños es posible encontrarlo en la página web de la Librería Antártica y en su ficha dice que es para niños de Tercero Básico. “Una obra con un completo análisis que abarca desde las primeras culturas hasta la actualidad. Una manera didáctica y entretenida para conocer la Historia de Chile”, es el comentario que va acompañado de la siguiente ficha:

“Título: Historia de Chile para niños, Autor: Ovalle Gana, María Angelica, Madrid: Editorial Lexus, 2009, Descripción física: 232 p.+ 1 DVD, Editorial: Lexus, ISBN: 9789568634025, Idioma: Español”.

“Estoy indignada igual que Baradit. Conocer sólo un lado de la historia le hace pésimo a un niño, lo haces crecer con resentimiento, con odio. Es menos empático con los procesos nacionales”, explica Paula Jorquera, profesora de historia, cuentacuentos y columnista de El Mostrador Braga sobre la cosmovisión de nuestros pueblos originarios. “Además a esa edad los niños son influenciables. Tampoco entienden mucho procesos históricos tan intensos como el golpe. Pero sí, ellos creerán lo que se les enseñe, no cuestionan mucho, como sí lo hacen los más adolescentes”, acota Paula.

– ¿Cuál sería la forma de explicar a un niño de esa edad un proceso tan doloroso para el país?

– Les explicaría de una manera más global. Contándoles que los militares no actuaron solos, que en ese tiempo estaba dividido el mundo y Chile también. Que si bien había muchísimos problemas, también había más soluciones. Que la división mundial, también llegó a Chile. Y como otros países de Latinoamérica, también cayó en lo que son las dictaduras, que es cuando gobierna una sola persona, sin pedir la opinión a las otras personas. Lo haría de ese modo para que se vea más global y que se entienda que existen estas dos visiones, que son el mundo comunista y el mundo de Estados Unidos. Hay que explicarles de manera simple y en un lenguaje que ellos puedan entender. Quizás la escritora quiso bajarle el perfil. Pero no hay que bajar el perfil, hay que explicar las cosas como son, pero de una manera simple, sin dejar de ver las dos caras, porque de modo contrario, al final los niños crecen con una sola visión y eso es malo también. En un mundo tan global es difícil que el niño no vaya a darse cuenta en algún momento, que no hay sólo una visión de la historia.

Paula Jorquera toca otra tecla también: “Creo que en la actualidad, es más fácil obtener la visión de los dos bandos. Nosotros crecimos con la historia de Encina, que tiene una visión súper sesgada. En la actualidad, en cambio, hay mucho más campo de estudio en la historia que puede tomar los dos bandos. Igual convengamos que la historia de Chile ha sido escrita siempre por gente más bien de derecha. Y recién en el siglo XX vino una renovación y Baradit viene a hacer eso, a mostrar esa historia que tenemos escondida en Chile sin ser historiador”.

¿Y qué pasa en los colegios con la dictadura? ¿Cómo se enseña? En la reforma educativa de 2009 se incorporó formalmente al currículo escolar la enseñanza sobre el golpe de 1973 y los 17 años de gobierno militar de Augusto Pinochet. Lo cierto es que la práctica, en gran parte de las escuelas chilenas este tema no se enseña. Así lo confirmaron en 2013 a BBC Mundo alumnos, profesores y académicos chilenos, quienes afirman que a pesar del paso del tiempo, el tema es aún considerado demasiado controvertido como para ser abordado en un aula. Es una especia de tabú. Y aunque es parte de los temas del ministerio, extrañamente los profesores “alcanzan” a llegar a 1973.

[cita tipo=»destaque»]  “La forma en que se aborda la llegada de la dictadura a nuestro país, en este texto para niños, se encuentra justificando la violencia y el abuso de poder a raíz de un contexto caótico. El caos es subjetivo, la violencia no», Johanna Narr. [/cita]

En 2006, una encuesta realizada por la académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales María Isabel Toledo, reveló que el 49% de los colegios no enseña sobre este período histórico. Una de las razones sería que “los profesores tienen miedo de hablar sobre algo tan polémico”, aseguró la especialista. Parte del problema es que la vasta mayoría de los maestros de Historia que se encargan de impartir esta enseñanza en las escuelas, tienden a sentirse identificados con una ideología de centro a izquierda. En tanto, muchos de los colegios son administrados por dueños que se identifican con políticas de centro a derecha.

“Los profesores tienen miedo de que si abordan el tema de la dictadura y hablan de las violaciones a los derechos humanos, podrían perder su empleo”, afirmó la académica.

Violencia como solución de conflictos

Desde el punto de vista de la sicología, Johanna Narr también se preocupa de que un libro como éste, esté dedicado a niños de Tercero Básico. “Cuando un proceso de aprendizaje es mediado por la entrega de una información subjetiva, totalitaria y sesgada que depende completamente de quién la enseña (o escribe), ya no podemos hablar de un proceso de aprendizaje en el que la persona que enseña debe motivar al niño y/o niña al análisis y al cuestionamiento crítico para la posterior incorporación de dicha información. El proceso a través del cual se traspasa un hecho como una única realidad se acerca más a lo que se conoce como «adoctrinamiento» que es lo completamente opuesto. O sea, al mostrar solo un solo punto de vista acerca de un hecho histórico, del cual -al menos- existen dos miradas completamente opuestas, lo que estás haciendo es inocular un hecho puntual como una realidad incuestionable donde al niño/a se le está entregando información sesgada e incompleta, transmitiendo (consciente o inconscientemente) la idea de que no es necesario el análisis crítico, cuestión fundamental en un proceso de aprendizaje a través del cual se debieran desarrollar herramientas que le sirvan para enfrentar futuras problemáticas”, explica con preocupación la profesional.

“En el tema puntual de un libro educativo que habla de la historia de nuestro país, sobretodo en uno de los pasajes más dolorosos para todos los chilenos y que define de alguna manera nuestra identidad, resulta absolutamente inadecuado y peligroso que se internalice la violencia como una forma posible de resolución de conflictos”, puntualiza.

Para luego sumar que “la forma en que se aborda la llegada de la dictadura a nuestro país, en este texto para niños, se encuentra justificando la violencia y el abuso de poder a raíz de un contexto caótico. El caos es subjetivo, la violencia no. Es importante ser conscientes en la formación de nuestros niños, que son el futuro de nuestro país. ¿Queremos transmitirles que hay ocasiones en los cuales se justifica la violencia? ¿Cuáles serían los parámetros que definen cuáles son esas ocasiones? ¿Los define la masa? ¿Los define el poder? Ojo con eso, porque el representante del poder es el mundo adulto (padres y educadores)… y entonces… ¿depende de cada adulto definir el contexto en donde la violencia es una alternativa viable? Estoy segura de que no es así. La violencia no es alternativa nunca. Eso no tiene dos lecturas y los encargados de la educación en nuestro país son quienes lo debieran tener más claro que ninguna otra persona”, detalla Narr.

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