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Embarazo, ITS, prevención y mitos vs. realidad… ¿Cómo hablar de sexo con los hijos? Crianza

Embarazo, ITS, prevención y mitos vs. realidad… ¿Cómo hablar de sexo con los hijos?

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Hablar de sexo con los hijos puede ser una tarea difícil si no se sabe como. Sin embargo los expertos advierten que plantear el tema desde temprana edad puede hacer que sea un tema natural que no cree mayor conflicto. La confianza es fundamental.


La pregunta de “¿cómo se hacen los bebés?» puede incomodar a más de algún padre al darse cuenta que tiene que empezar a conversar de sexo con sus hijos. Y a medida que van creciendo son otras las interrogantes que surgen que van desde el control de la natalidad hasta los miedos por un buen desempeño en medio de los mitos y especulaciones que surgen de ver tanta información en internet, comentarios o conversaciones entre sus pares.

“Hablar de sexo con los hijos es una tarea tremendamente importante de los padres. Generalmente es en el momento que los niños empiezan a conocer su cuerpo y a nombrarlo, pero los padres son los que nunca se atreven a hablar porque tienen inseguridad, les da miedo, etc”, dice la sicóloga y sexóloga Alexandra Vidal.

“Generalmente cuando los padres quieren hablar de sexualidad con los hijos ahí empiezan a aparecer las angustias de qué voy a hacer. La sexualidad se va hablando paulatinamente desde muy temprana edad y de una manera tranquila, serena, y la educación y la responsabilidad es de nosotros, de los padres”, sostiene la especialista.

De acuerdo a Deborah Roffman, profesora y autora de «Habla conmigo primero: todo lo que debes saber para convertirte en la referencia de tus hijos», es necesario empezar a hablar de relaciones sexuales y explicar cómo funciona la reproducción ya desde los seis años. Cada edad tiene sus desafíos, dice la experta.

En eso coincide Vidal. “No se puede improvisar, es una información y enseñanza que se les va entregando paulatinamente, primero los nombres de las partes del cuerpo, luego se va entregando información continua y suavemente”, sostiene. Y agrega: “Generalmente a partir de que los niños tienen lenguaje podemos comenzar a hablarles de sexo. A los 3 años vamos a hablar por ejemplo de sus genitales y ahí vamos a preocuparnos de enseñarles que nadie los puede tocar, de que no hayan abusos”.

Hablar con los niños, con un lenguaje apropiado a cada edad, sobre los mensajes explícitos a los que se está expuesto en el día a día ayudarán a entender qué es lo que están viendo, sobre todo ante situaciones de sexualidad explícita o hipersexualización que vemos todos los días a nuestro alrededor.

El escritor y educador sexual en Rutgers Netherlands, Yuri Ohlrichs, plantea que los niños están recibiendo información de sus compañeros y de Internet y que los padres tienen que intervenir para disipar los mitos.

«A los 9 años le podemos hablar del cuidado de su propio cuerpo, de preservar su intimidad. Después entre los 10 y los 11 empezamos a hablar de las primeras vellosidades para que no se asusten. A los niños se les puede hablar de las poluciones nocturnas a las niñas lo que significa la menstruación para adelantarse, porque a algunas les llega a los 9 años, para que lo tomen como lo más natural posible».

La temida etapa de la adolescencia

A medida que van creciendo, los hijos van hablando cada vez menos con los padres. Los cambios hormonales y la comparación corporal con sus amigos y compañeros puede hacer que de a poco se retraigan, pero eso no quiere decir de que no estén llenos de dudas. Por eso es importante que los padres no evadan la situación.

Los adolescentes de entre 13 y 16 años están en una etapa egocentrista donde lo que más le importa es el aquí y el ahora, sin importar las consecuencias que sus actos pueden tener en el futuro.

Es una etapa vulnerable además, en cuanto a que están expuestos a la manipulación , pues pueden relacionarse con algunos jóvenes mayores o más «avanzados» en materia sexual. El poco conocimiento de métodos anticonceptivos sumado a posible consumo de alcohol o drogas lo puede llevar a situaciones donde no sean capaces de decidir bien.

«A los 13 y 14 años, tantos los hombres como mujeres empiezan a hablar de encuentros sexuales, empiezan a ver todo lo que tiene que ver con la pornografía con los amigos. A temprana edad empiezan a masturbarse, los diálogos de estos espacios son comunicados por amistades. Por eso hay que explicarles tanto a mujeres como hombres como padres, para que los guíen por una sexualidad tranquila, que la masturbación es algo normal pero que deben tener cuidado, autocuidado y tomar medidas porque muchas veces es tanta la ansiedad y lo hacen tan rápido que la eyaculación empieza a ser precoz a temprana edad, y que la pornografía no es la realidad sexual, cuando uno hace el amor se mira, la mujer se respeta no es objeto, la pornografía no es lo que va a vivir con su pareja», explica Alexandra Vidal.

Ya en la adolescencia, se debe hablar directamente con ellos sobre los riesgos de tener relaciones sexuales y sobre las alternativas que que existen si deciden tener relaciones sexuales para reducir los riesgos que pueda existir tantos físicos como emocionales.

La educadora sexual en Texas y autora de “Niña: Amor, Sexo, Romance y Ser Tú”, Karen Rayne, dice que los padres no deben suponer qué es lo que saben sus hijos y que incluso cuando los padres no tienen inconveniente de hablar sobre el tema, eso no significa que los hijos estén tan abiertos.

Otra cosa necesaria e importante de hablar son la prevención tanto del embarazo como de enfermedades e infecciones. Al hablar de anticonceptivos desde temprana edad, los padres ayudan a prevenir no sólo desde el miedo sino desde el respeto a su propio cuerpo y al de los demás.

Las conversaciones sobre anticonceptivos idealmente deben empezar antes de la menstruación en las niñas y de la pubertad en los niños para que entiendan sus cambios corporales y para que se cree conciencia antes de que estén directamente enfrentados a un acto sexual. Si el tema ya lo tienen incorporado es más fácil que puedan tomar decisiones pensadas y no impulsivas.

Una relación de confianza entre el adolescente y sus padres retarda el inicio de la vida sexual y promueve prácticas  más seguras como el uso de preservativo o la precaución ante infecciones. Aprovechar momentos como una película, programas o noticias para hablar de sexo de manera fluida y natural puede ser una buena ocasión para informar y educar a sus hijos.

Y es que la sexualidad es parte de cada individuo y no debe ser un tema tabú.

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