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Hombres desnudos, mujeres vestidas: la campaña que da vuelta el machismo de la publicidad

Hombres desnudos, mujeres vestidas: la campaña que da vuelta el machismo de la publicidad


La Imagen del día Braga viene de la revista Icon de El País y nos cuenta de la campaña de una marca de ropa de mujer holandesa, que busca combatir los estereotipos de la publicidad, dándolos vuelta.

Estamos acostumbrados a ver campañas publicitarias que cuestionan los modelos establecidos de belleza y que reclaman un lugar para los cuerpos reales, especialmente los femeninos. «Así serían las campañas de perfumes con mujeres de talla normal», dicen los titulares. En este caso lo ha hecho, de forma algo diferente, una campaña de la marca Suistudio, perteneciente a Suitsupply. Suitsupply, fundada en Ámsterdam en el año 2000 y presente hoy en quince países, ha girado las tornas para poner a los hombres en un papel históricamente relegado a las mujeres: el de mejor objeto decorativo.

La última campaña de la marca muestra a varias mujeres luciendo trajes de la nueva temporada que posan de forma algo antinatural junto a hombres desnudos a los que casi nunca se le ve la cara. Como cosas que son, no tienen cara, ni nombre, ni historia. Como muchas mujeres en la historia de este tipo de anuncios.

Así, la campaña deja imágenes como esta:

La propia marca parece hacer esto para enmendar las críticas que recibió en el pasado por sus imágenes con alta carga sexual y, en ocasiones, acusadas de machismo. Como prueba esta, en la que el muñeco de un hombre se cuelga del tanga de una modelo en lo que parece un intento por quitárselo (aunque la marca aclaró que, precisamente, ese muñeco era representado como propiedad de la mujer, sin ningún tipo de poder ni mando sobre ella).

Como la campaña se dio a conocer en la cuenta oficial de Instagram de la marca, los comentarios han mostrado todo tipo de reacciones: desde «¡absolutamente brillante!» a los que no se han enterado todavía de qué va la campaña: «Si esto fuera al revés, con la mujer sobre el sofá y el hombre sobre ella, los grupos de feministas saltarían con sus críticas. ¡Esta doble moral tiene que terminar!». Y le responde una mujer llamada Emilia: «¿Te refieres, por ejemplo, a todas las demás campañas que existen? Obviamente esta es la manera de responder». ¡Buenísimo!

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