Un depravado
Luego de años de diversos testimonios de modelos abusadas por el fotógrafo, la industria de la moda comenzó a tomar en serio las declaraciones de estas mujeres que llevan años denunciándolo. Por fin editoriales y casas de alta costura están declarando que no volverán a contratar a este depredador.
El caso de Harvey Weinstein está generando sensibilidad más allá del territorio hollywoodense. Luego que prácticamente todas las estrellas de cine hablaran del caso, y que millones de mujeres confesaran sus historias de abuso en redes sociales con el hashtag #metoo, el mundo por fin se está tomando en serio nuestra narrativa. Es el caso de Terry Richardson, fotógrafo de moda que lleva años usando su carrera como vía para depredar mujeres, quien esta semana empezó a ser un marginado en la industria de la moda.
Ya era hora. Resulta que desde hace muchos años que hay testimonios que lo desenmascaran como abusador, donde modelos cuentan todo tipo de situaciones incómodas en las que el fotógrafo obliga a sus sujetos a todo tipo de situaciones incómodas, desde sacarse la ropa para fotos hasta obligarlas a tener sexo con él. La primera en contar su vivencia con Richardson fue la modelo Jamie Peck, quien lo denunció el 2010.
Las narraciones son realmente abrumadoras y difíciles de leer. Más perturbador resulta saber que en muchas de esas sesiones es su asistente quien le ayuda a conseguir las chicas y actúa como otro instrumento de coerción, quien es además su esposa y madre de su gemelos.
Este martes el periódico The Telegraph filtró un memo circulando por el conglomerado editorial Condé Nast, -que posee revistas como Vogue, GQ y Glamour- escrito por su vicepresidente James Woodhouse, donde le dice a todo el staff que nadie lo puede contratar de nuevo ni usar su material. Vogue ya lo tenía vetado desde el 2010, y las casas de moda comenzaron a seguir las instrucciones del memo. Valentino y Bulgari ya declararon que no lo piensan llamar nunca más.
El «controversial» Terry Richardson se hizo famoso por sus fotos explícitamente sexuales y la glamorización de su pobreza técnica; desde mediados de los noventa logró entrar a las grandes ligas: marcas como Yves Saint Laurent, Tom Ford, Aldo, Marc Jacobs -sólo por nombrar algunas- lo han contratado para diversas campañas, así como también revistas de la talla de Vogue, i-D, Rolling Stone y Vanity Fair, entre muchas otras.
En el periódico inglés The Guardian, un artículo escrito por Jamie Peck reza «Yo hablé de Terry Richardson hace siete años. ¿Por qué Condè Nast lo veta recién ahora?«. Mientras, en la revista Marie Claire, hay un artículo con la lista de víctimas, que se están engrosando cada día. Hasta ahora, van más de 15 personas que lo denuncian.
