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Mujeres en ciencia ¿Miedo a arruinar sus carreras? Acoso sexual en universidades

Mujeres en ciencia ¿Miedo a arruinar sus carreras?

Revista Héureka se plantea lo que en estos momentos es un escándalo en Hollywood (caso de Harvey Weinstein), no solo pasa en la industria del entretenimiento, sino también en otras áreas… como por ejemplo la ciencia. Un estudio de la Universidad de Chile estima que un 26% de los/las entrevistadas ha conocido situaciones de acoso sexual en la universidad, un 14,7 % lo ha sufrido directamente y que 1 de cada 4 personas ha conocido casos de acoso sexual en su entorno cercano.


Para una mujer dedicarse a la ciencia y a la investigación es, desde un comienzo, una tarea difícil. Se necesita determinación y perseverancia, pero sobre todo coraje para superar cada uno de los obstáculos que se nos presentan en un mundo donde la mayor parte son hombres. En este mundo no solo debemos enfrentarnos a desafíos académicos, sino también a desafíos personales, sociales y culturales.

Lo que en estos momentos es un escándalo en Hollywood (caso de Harvey Weinstein), no solo pasa en la industria del entretenimiento, sino también en otras áreas… si no en todas. Nosotras las mujeres en ciencia e investigación también hemos sido intimidadas de alguna forma durante nuestras carreras. Conocemos ejemplos de estudiantes que tenían que huir, literalmente, de algunos profesores para no “provocar” situaciones que pudieran ser mal interpretadas, por lo que queremos poner el tema una vez más en la palestra.

Desde hace un tiempo se han levantado luces de alerta dentro de las universidades, pero el tema aún persiste. Ciertas situaciones académicas, que son interpretadas por algunos como ocasiones especiales donde pueden tomarse mayores atribuciones, son como por ejemplo conferencias, congresos, salidas a terreno o viajes, debido quizás a que no están literalmente dentro de la universidad. Sin ir más lejos, a principios de año en la Universidad de Chile alumnas y alumnos de la carrera de Ingeniería en Geología denunciaron la conducta inapropiada de dos docentes en una salida a terreno.

En el último tiempo se ha investigado y denunciado en diversas casas de estudio este tipo de hechos, pero pareciera que los conductos regulares no favorecen que las alumnas/os se atrevan a denunciar y en algunos casos los atacantes ni siquiera son removidos de sus cargos. Lo anterior queda de manifiesto en un estudio titulado “acoso sexual en el campus: estudio sobre violencia sexual en la comunidad de la Universidad de Chile”, donde se estimó que un 26% de los/las entrevistadas ha conocido situaciones de acoso sexual en la universidad, un 14,7 % lo ha sufrido directamente y que 1 de cada 4 personas ha conocido casos de acoso sexual en su entorno cercano. Cabe señalar que el acoso sexual está penado en Chile por la Ley Nº 20.005 desde el año 2005.

En este sentido estudiantes de pregrado, doctorado e incluso postdoctorantes son extraordinariamente vulnerables. Esto principalmente porque el futuro de ellas y de sus carreras dependen completamente de “buenas” cartas de recomendación que les puedan otorgar sus supervisores para su primer puesto de trabajo o para postular a las becas de magíster o doctorado. Incluso para postular a los Fondecyt de postdoctorado las cartas de recomendación de tu director de tesis de doctorado son un precedente importante para los resultados de tu evaluación y de que te adjudiques el proyecto. Sin mencionar que estas cartas son siempre de carácter confidencial y sin posibilidades de apelación.

El progreso o éxito de las mujeres en investigación en el comienzo de sus carreras puede estar también determinado por el acceso a equipos o participación en proyectos que son manejados por científicos con un gran reconocimiento (léase como poder) en el área. Es aquí donde muchos creen tener el derecho de tomar ventaja y, por otro lado, algunas sienten perder la libertad de defenderse.

Preguntas como ¿quién me creería?, ¿cómo lo puedo probar, sería mi palabra contra la suya? o ¿seguro pensarán que yo lo busqué por quedarme hasta tarde en la oficina o en el laboratorio? Estos son cuestionamientos comunes por parte de las afectadas. Aunque frases aún peores como ¡lo hace para avanzar rápido en su carrera! se escuchan muy a menudo en los pasillos de las facultades.

Por lo anterior, es que medidas como la creación de protocolos o entidades específicas dedicadas a frenar y enfrentar la violencia sexual y el acoso, como unidades de género dentro de las universidades, son de suma importancia. A la fecha, algunas universidades ya han creado este tipo de instancias, quienes han pensado sumar la creación de un fono ayuda o un correo donde poder hacer las denuncias en forma anónima. Esperamos que más casas de estudios le den la importancia que tiene y seamos capaces de frenar las consecuencias negativas que muchas veces arrastra, que pueden llevar a cuestionar su continuidad en la academia o sus carreras como investigadoras.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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