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La Manada: el caso de supuesta violación grupal que cuestiona a la justicia española por machista Consideraron que ella siguió con su vida normal

La Manada: el caso de supuesta violación grupal que cuestiona a la justicia española por machista

La decisión de aceptar el informe de una oficina de detectives privados, que cuestiona a la víctima por haber seguido con su vida, mientras que elimina los mensajes de whastapp entre los cinco jóvenes donde hablarían de un abuso anterior, tiene a la opinión pública enfurecida. El viernes hay citada una marcha.


«Me parece una barbaridad que se admita un informe de un investigador privado sobre lo que se entiende que debe ser la conducta de la víctima después de la agresión, no tiene ni pies ni cabeza porque da igual lo que sea, haga o deje de hacer. Lo que se tiene que juzgar es la agresión y el antes y el durante, no el después».

Es la opinión del juez Baltasar Garzón ante la polémica decisión del tribunal de la Audiencia Provincial de Navarra, España, de aceptar un informe ampliado sobre la vida de la víctima de una supuesta violación grupal durante la fiesta de San Fermín de 2016 en manos de un grupo de hombres autodenominados como La Manada, por el nombre que utilizaban en whatsapp.

Este caso ha puesto en cuestionamiento al sistema de justicia español por sus decisiones tildadas directamente de machistas. Especialmente esta semana, cuando los magistrados aceptaron un informe realizado por un detective privado encargado por uno de los cinco acusados de violar repetidamente a la joven y de grabar y difundir las imágenes de su acción.

Según el escrito de la acusación, las acciones habrían sucedido así: en el portal del número 5 de la calle Paulino Caballero de Pamplona la madrugada del 7 de julio, los imputados bajaron la ropa interior de la joven, de 18 años, y le obligaron a realizar felaciones a todos ellos, que también la penetraron, uno anal y vaginalmente, sin usar preservativo y “valiéndose de su superioridad física y numérica” y de la “imposibilidad” de la joven de “ejercer la más mínima resistencia”. Mientras, dos de ellos, “sin el conocimiento ni consentimiento” de la chica, hicieron grabaciones de video y fotografías con sus móviles, “con la intención de vulnerar la intimidad de la víctima y posteriormente mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos”.

Los cinco integrantes de La Manada están imputados por un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y un tercero por robo con intimidación, por los que la Fiscalía pide 22 años y 10 meses de cárcel para cada uno. Los jóvenes sevillanos, en prisión previsional, se declararon inocentes en la primera sesión del juicio, que se celebra a puerta cerrada.

La joven, por su parte, declaró este martes y, según trascendió, en esta sesión clave para establecer el futuro del proceso, la denunciante afirmó que en ningún momento se trató de una relación consentida y, a preguntas del abogado de uno de los denunciados sobre por qué sólo presentaba lesiones leves tras la agresión, dijo que si no opuso más resistencia física fue porque entró en “estado de shock” y sólo pensaba en que aquello acabara cuanto antes. El testimonio se alargó durante cuatro horas y la chica ratificó la declaración que realizó ante el juez de instrucción el 8 de julio de 2016.

Durante la declaración, interrumpida a las dos horas para un breve receso, la joven se mostró tranquila y respondió a todas las preguntas planteadas por las partes: fiscalía, defensas de los 5 acusados, Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno de Navarra y su propio abogado, según fuentes del caso. El interrogatorio fue exhaustivo. En su relato mantuvo que entabló conversación con los acusados sobre las tres de la mañana del 7 de julio cuando estaba sentada en un banco de la Plaza del Castillo y, al decir que se iba a dormir al coche que tenían ella y un amigo aparcado en las afueras, se ofrecieron a acompañarla. 350 metros después los cinco acusados la metieron en el portal y la agredieron sexualmente en repetidas ocasiones.

Entre los aspectos que la Audiencia consideró este martes, está el ya famoso informe de los detectives privados, contratados por una de las defensas, que siguieron a la chica en las semanas posteriores al suceso, encendiendo la alerta las expertas en violencia de género y sexual.

Sonia Lamas, psicóloga del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS) se mostró alarmada y perpleja. «No se puede seguir revictimizando a la mujer que denuncia. Con este informe la defensa intenta desprestigiar a la víctima por su modelo de vida y por eso no entendemos qué sentido tiene haberlo aceptado”, dijo a un medio de comunicación.

«Con esta decisión parece que se está juzgando a la víctima y no unos hechos tan graves como la brutal violación que sufrió y parece que a las mujeres violadas se les está diciendo que se pongan de luto, que no salgan de casa y que se encierren». Lamas califica como «deleznable que la defensa de la Manada haya vulnerado la intimidad de la chica porque la ha espiado». Para esta especialista «la justicia está para dar confianza a las víctimas» y, sin embargo, el mensaje que se les envía es el contrario, que «no se está dando credibilidad a su testimonio».

El otro hecho impresentable para las agrupaciones feminista, es el hecho de que el tribunal rechazara los whatsapps anteriores a la agresión sexual que se intercambiaron los de la Manada (uno de los acusados envió al grupo de amigos un mensaje en el que decía que estaría bien tener relaciones sexuales los cinco con una «gorda»). La sala tampoco admitió el video de otra agresión sexual en Pozoblanco previa a los Sanfermines. Los magistrados consideraron que estos antecedentes «no son pertinentes, ni relevantes ni necesarios», ya que no guardan relación con los hechos juzgados.

Las redes sociales y los movimientos feministas han estado pendientes del caso y ya se está organizando una marcha llamada La Manada Somos Nosotras para este viernes a las 18 horas frente al ministerio de Justicia en Madrid.

 

 

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