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Mi matrimonio de segunda categoría Yo opino

Mi matrimonio de segunda categoría

Alessia Injoque
Por : Alessia Injoque Directora de Fundación Iguales. Ingeniera Industrial, mujer transgénero, En twitter @ale_injoque
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Ya a estas alturas puede que algunos me conozcan, mi nombre es Alessia, soy transgénero y lesbiana. Nací en Perú y volví a nacer en este Chile que tanto quiero, que me dio la oportunidad de ser yo misma, que es mi hogar y con el que estoy comprometida, así como estoy comprometida con la diversidad que he aprendido a querer como mi familia.

Desde que soy yo misma he ido conociendo gente en la diversidad, sus formas de pensar, y algo que me ha llamado la atención es cómo muchos están desensibilizados y no le dan la debida importancia al hecho de no poder casarse. Para mí es muy diferente: yo estoy casada, amo a mi esposa y fue la roca que me dio estabilidad durante el proceso estresante que fue mi tránsito de género. Nuestro matrimonio vale mucho para nosotras pero con la ley actual, si intentara actualizar mi nombre y género en mi documento de identidad para que refleje quien soy, eso implicaría la disolución de mi matrimonio.

¿Entienden lo que significa?

Este matrimonio, este amor festejado por la sociedad y reconocido por el Estado de repente ya no merece el mismo reconocimiento si somos dos mujeres. El amor, de pronto, ya no es bien visto y ese matrimonio –mi matrimonio– debe disolverse. Me resulta inconcebible e inaceptable, y un insulto para mí y mi esposa. ¿Valemos menos de repente? Cualquier pareja heterosexual a la que le exigieran anular su matrimonio se indignaría; cualquier pareja heterosexual a la que le impidieran casarse estaría movilizada, pero muchos en la diversidad se han acostumbrado a esta desigualdad, tal vez racionalizándola para que duela menos. Tal vez, sin meditarlo, sienten que no es tan importante.

Pero es muy importante.
[cita tipo=»destaque»] Los liberales de derecha le han fallado a sus principios y a la diversidad, se han vuelto invisibles en su coalición y para su candidato [/cita]

Nuestras vidas giran en torno al amor, por amor lo damos todo, por eso que no nos reconozcan nuestro amor como igual de valioso tiene un impacto en cómo interactuamos con el mundo, cómo nos ven, cómo vivimos y cómo festejamos nuestro amor. Mientras no nos reconozcan nuestro amor como igual al de los demás, somos ciudadanos de segunda categoría. Y hoy ocurre que los sueños y libertades de la diversidad son postergados porque tenemos una derecha que obstruye cualquier avance para reconocernos como iguales y si fuera posible para muchos de ellos mejor si retrocedemos.

Los últimos cuatro años se ha estado tramitando en el Congreso la Ley de Identidad de Género, que permitiría a las personas trans como yo definir con libertad quiénes somos. La ausencia de esta ley es una barrera para la empleabilidad, y por eso, entre muchas otras cosas, es un proyecto importantísimo para la comunidad trans. Su avance, sin embargo, fue entorpecido cuatro años en el Senado por una derecha que nos mira con desidia y que no tiene ningún problema en insultarnos, diciendo que somos aberrantes o que una ley que nos reconozca destruiría a la sociedad.

Hoy, a poco de haber empezado el debate del matrimonio igualitario, la derecha se reúne con fanáticos evangélicos, varios de sus congresistas se tomaron fotos con el bus “de la libertad” durante su campaña y, como si eso no fuera suficiente, en esta segunda vuelta José Antonio Kast entró al comando de Sebastián Piñera, quien validó varias de sus demandas conservadoras. Desde que pasaron las primarias, por su parte, Felipe Kast y Evópoli se han olvidado de los valores liberales que dicen defender, dejando que avance una agenda “valórica” conservadora, de la mano de una agenda religiosa que ataca a las libertades individuales y al Estado laico, dos principios que se supone deberían defender con energía, pero que parecen irrelevantes para ellos de cara a la campaña.

Con esta desidia por los valores liberales ¿hay alguna razón para pensar que los van a defender si llagan al gobierno, o bajarán la cabeza ante los conservadores como lo han venido haciendo?

Lo cierto es que los liberales de derecha le han fallado a sus principios y a la diversidad, se han vuelto invisibles en su coalición y para su candidato, sepultando la esperanza que teníamos algunos votantes de que defendieran la idea de un Chile sin ciudadanos de segunda categoría, donde todos pudiéramos desarrollar nuestros proyectos de vida libres y mirándonos como iguales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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